Matrimonio o Acuerdo de Unión Civil: ¿Qué están prefiriendo las parejas a la hora de casarse?

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Matrimonio o Acuerdo de Unión Civil: ¿Qué están prefiriendo las parejas a la hora de casarse?

Las últimas cifras entregadas por el Instituto Nacional de Estadísticas muestran cómo ha cambiado la preferencia de las parejas a la hora de formalizar su relación ante la Ley ¿Cuáles son las principales diferencias entre estas dos formas de unión?


Al momento de consolidar una relación y hacerla oficial ante la Ley, ¿qué eligen más los chilenos? Tanto el matrimonio civil como el Acuerdo de Unión Civil (AUC) son opciones viables para contraer nupcias, con sus respectivos derechos y responsabilidades. Ambas instancias se parecen en muchas cosas y se diferencian en otras. Tan así, que las nuevas parejas que buscan oficializar su unión están cada vez optando más por una que por otra.

Aproximadamente 1 de cada 6 uniones correspondió a un Acuerdo de Unión Civil (AUC). Esta tendencia aumentó un 25% con respecto al último año, a diferencia de los matrimonios que decrecen con el pasar del tiempo.

Matrimonio o Acuerdo de Unión Civil: ¿Qué están prefiriendo las parejas a la hora de casarse?

Si bien los matrimonios siguen siendo la primera opción para formalizar una relación, los AUC cada vez aumentan en número. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), las cifras de noviembre pasado dieron cuenta de un total de 6.238 matrimonios en el país durante ese mes, lo que equivale a un descenso de 7% respecto a la misma fecha del año anterior.

Los Acuerdos de Unión Civil (AUC), en tanto, ascendieron a 1.433 en noviembre, cifra que implicó un alza interanual de un 25%. Otro dato importante a destacar es que la gran mayoría de los acuerdos celebrados (90,8%) fueron entre parejas heterosexuales.

Director del Registro Civil entrega cifras de matrimonios y Acuerdos de Unión Civil
Foto: Agencia Uno.

Se trata de un fenómeno en constante crecimiento. En octubre de 2015, cuando comenzó la celebración de Acuerdos de Unión Civil, estos representaban al 3,44% del total de los enlaces. Sin embargo, el porcentaje aumentó a 10,43% al año siguiente. A partir de ahí, el porcentaje aumentó sostenidamente en el tiempo. 10,3% de los enlaces pertenecieron a AUC en 2018, mientras que el 11,68% y el 12,4% pertenecen a este tipo de unión en 2019 y 2020 respectivamente. Para 2023, el porcentaje de Acuerdos de Unión Civil aumentó hasta el 15,45%, marcando la mayor presencia de la que se tenga registro.

¿Por qué ocurre esto? Según Ángela Boitano, académica Escuela de Sociología de la Universidad Diego Portales, existen un factor importante a considerar, que apunta a la mirada que tienen las parejas de hoy a la fragilidad de los vínculos. “Cada vez yo creo más se hace el matrimonio parecido a un contrato. Siempre lo fue, pero era mucho más recubierto con una cuestión más amorosa. Ahora tenemos mucha más relación con la ruptura de los vínculos”, sostiene.

De hecho es así, que el AUC es más fácil de disolver que el matrimonio. Si comparamos estas dos maneras de formalizar una relación, el acuerdo de unión civil se contrae igualmente que el matrimonio, con la diferencia de que no requiere testigos, sino que basta con la manifestación de voluntad previa. Además, el AUC puede ser disuelto por cualquiera de las dos partes, e incluso puede ser terminado de manera unilateral.

Esto quiere decir que, a diferencia del matrimonio, para terminar con un AUC solo se requiere la voluntad de al menos uno de los participantes del acuerdo para disolverlo. No así en el matrimonio, que requiere un proceso judicializado y, en ciertos casos, una separación de hecho de al menos un año en el caso de que el cese de convivencia sea de mutuo acuerdo. Esta cantidad de tiempo aumenta a tres años si se hace abandono del hogar de forma unilateral.

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A diferencia del matrimonio, para terminar con un AUC solo se requiere la voluntad de al menos uno de los participantes del acuerdo para disolverlo.

Por otro lado, los derechos hereditarios que se generan en un matrimonio también se pueden homologar a un AUC. Esto quiere decir que si, por ejemplo, un cónyuge fallece, el otro sobreviviente hereda de manera legitimaria.

Esta homologación ocurre también con los regímenes patrimoniales, pero el AUC permite, además de la separación de bienes, un régimen de Comunidad, que si bien no es exactamente igual a la sociedad conyugal, se asimila. Otra de las diferencias que separan a estas dos formas de unión recae en las obligaciones de proveer al cónyuge dentro del matrimonio, mientras que en el AUC no existe esa obligación contractual.

Y otro dato no menor: el estado civil no es igual entre un matrimonio y un AUC. Mientras que en el primero es “casado/a”, en la otra instancia es “conviviente civil”. Y si el vínculo llegara a ser disuelto, el estado civil de las personas que vienen saliendo del matrimonio pasa a ser “divorciado/a”, mientras que si se disuelve un AUC, el estado civil vuelve a ser “soltero/a”.

Según comenta Boitano, el matrimonio aún conserva simbolismos que las parejas de hoy buscan, como la celebración en sí misma. Sin embargo, eso también ha sufrido una modificación con el tiempo. “Si bien somos una sociedad cada vez menos católica, ésta proporcionaba un rito a la hora de casarse. Mucha gente se casa sin ser católico, porque el rito católico aún no ha sido reemplazado por otros más paganos. Pero el AUC ha abierto ese camino”, añade.

Para Matías Gómez, sociólogo y director del Laboratorio de Conversación Pública de la Universidad Central, es importante entender que hoy en día existe una secularización del proceso del matrimonio. “En el fondo, el matrimonio ya no es visto estrictamente como una cuestión asociada a un rito religioso que guarda relación con algún tipo de iglesia, sino que más bien ha pasado a ser visto como una institución que guarda relación con aspectos más sobre qué es mi proyecto de vida”, argumenta.

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"El matrimonio ya no es visto estrictamente como una cuestión asociada a un rito religioso que guarda relación con algún tipo de iglesia", sostiene el sociólogo de la U. Central.

El Acuerdo de Unión Civil entró en vigencia en nuestro país en 2015 como una respuesta a que las personas del mismo sexo pudieran consolidar una relación ante la ley. Fue así que las parejas homosexuales -y también heterosexuales- pudieron optar a esta nueva forma de contraer nupcias. Hoy en día, sin embargo, son las parejas de distinto sexo las que mayoritariamente optan por este tipo de unión ante la Ley, mientras que las parejas homosexuales optan principalmente por el matrimonio igualitario, que comenzó a regir en Chile desde marzo de 2022.

En el fondo hay un giro que no es menor. Mi impresión es que el Acuerdo de Unión Civil en Chile hoy día, en esta generación de entre 20 y 40 años, me da la impresión de que la carga cultural, social, con respecto del matrimonio, puede ser la piedra de tope”, señala Gómez al respecto.

El sociólogo proyecta que se va a necesitar un plazo de 10 o 15 años más para ver si esta tendencia va a producir algún cambio en los tipos de contratos que se están adquiriendo. ”Aunque haya un cambio sustantivo en términos legales respecto al matrimonio para que se parezca al AUC, me cuesta ver que esos buenos cambios legales vayan a reducir la tendencia, porque en el fondo lo que se observa es más una carga cultural asociada al concepto de matrimonio”, concluye el investigador.

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