“El voto climático de los pueblos” es el nombre que recibió la mayor encuesta sobre cambio climático realizada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y que consultó a un total de 1,2 millones de personas de 50 países.
Los resultados son claros: las personas quieren acción para enfrentar la crisis provocada por el calentamiento global.
A pesar de que la encuesta se realizó en plena pandemia del Covid-19, aún persiste el reconocimiento generalizado del cambio climático como una emergencia global en todos los países encuestados. En los 50 países, de hecho, el 64% de las personas -dos tercios del total- dijo que el cambio climático es una emergencia, presentando un llamado claro y convincente para que los tomadores de decisiones intensifiquen su ambición.
En el análisis por naciones, Reino Unido e Italia llevan la delantera con un 81%. En Chile, en tanto, el 66% considera que estamos en una emergencia.
La posición es transversal según el documento: el nivel más alto de apoyo fue entre los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) con un 74%; seguido de los países de más altos ingresos, con un 72%; de los ingresos medios, con un 62%; y luego los países menos adelantados (PAM) con un 58%.
Pero además, se indica que en Europa Occidental y América del Norte, el 72% tiene la misma percepción de la crisis climática, en Europa del Este y Asia Central lo hace el 65%; en los países Árabes el 64%; en América Latina y el Caribe, el 63%; en Asia y el Pacífico, el 63%; y en África subsahariana el 61%.
Respecto de las personas que señalaron que el planeta está en una emergencia global, el 59% dijo que el mundo debería hacer todo lo necesario para dar una respuesta de manera urgente. Sin embargo, el 20% dijo que se debería actuar con lentitud, mientras que el 10% de la gente pensó que el mundo ya está haciendo lo suficiente.
En rango etario, aunque los jóvenes muestran una mayor preocupación (con un 69% entre los 14 y 18 años), el 58% de los adultos mayores de 60 años también declara que enfrentamos una emergencia, lo cual deja entrever que no hay mayores distancias generacionales sobre el tema.
Por otra parte, se preguntó a los encuestados en qué políticas -de un total de 18 donde se consideró energía, economía, transporte, alimentación y agricultura, naturaleza y protección de las personas de los impactos climáticos - los gobiernos debieran poner más atención para abordar la emergencia climática. Las más votadas fueron conservación de bosques y tierras (54% de apoyo público); energía solar, eólica y renovable (53%); técnicas agrícolas respetuosas con el clima (52%); y mayor inversión en empresas y empleos verdes (50%).
Otro de los temas consultados tiene relación con la alimentación. En general para los encuestados desperdiciar menos comida es más popular que desperdiciar menos energía. Así, en los países de ingresos altos y Sudáfrica (53%), hubo una mayoría significativa de apoyo para reducir el desperdicio de alimentos.
Igualmente, tener una dieta en base a plantas fue una de las políticas menos populares, ya que solo el 30% de las personas encuestadas apoyó la promoción de este tipo de alimentación. Los puntajes bajos no significan que la gente esté en contra de las políticas, ya que no respaldar una política también podría deberse a la indiferencia hacia ella. “Esta podría ser una oportunidad importante para continuar con la educación sobre estos temas”, señala el documento.