Desde niña quiso ser científica, no recuerda bien desde qué edad. Haciendo memoria dice que en una Navidad, cuando tenía seis o siete año, su papá le regaló un microscopio y eso la marcó. Creció viendo los documentales de Jacques Cousteau en televisión por lo que primero quiso estudiar biología marina pero cuando ingresó a la universidad, ya estaba decidida a estudiar bioquímica.

Valentina Parra (37) es hoy investigadora asociada del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDiS) y académica de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la U. de Chile y recientemente recibió el Premio Excelencia Académica Adelina Gutiérrez, un reconocimiento que entrega la Academia Chilena de Ciencias a la mejor científica joven del año.

Este premio se entrega todos los años a las investigadoras menores de 40 años como una forma de reconocer la labor de las mujeres científicas, en el caso esta bioquímica por sus importantes contribuciones al estudio de las mitocondrias.

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"Las mitocondrias son los motorcitos eléctricos, los motores energéticos que dan las energías necesarias para que las células funcionen y que después se puedan comunicar entre ellas. Finalmente son el motor energético de todo nuestro organismo, todos los seres humanos y también en los animales", dice la investigadora.

Su relación con esta estructura celular comienza en el año 2005 cuando aún están en pregrado, gana una beca de la Fundación Andes para hacer una pasantía a la Universidad de Liverpool. "El proyecto que yo llevaba para trabajar no funcionó como esperábamos y viendo planes alternativos surgió la idea de mirar la mitocondria para aprovechar los equipos que habían ahí. Fue amor a primera vista, encontré que todo era maravilloso", recuerda.

Su modelo de trabajo son las células cardíacas y hoy en su laboratorio participa en varias investigaciones. Una de ellas consiste en averiguar cómo la mitocondria está afectada o afecta en distintas enfermedades y específicamente, saber qué le ocurre en las células de pacientes con Síndrome de Down que suelen tener problemas cardiacos.

Además, estudia como la mitocondria está también alterada en la hipertensión pulmonar y su participación en la insuficiencia cardiaca.

La doctora en Bioquímica también ha recibido otros reconocimientos en su carrera: la Medalla Hermann Niemeyer para el mejor estudiante de doctorado en Bioquímica o ciencias afines en Chile entregada por la Sociedad Chilena de Bioquímica y Biología Molecular, el Premio "Oriana Josseau" 2011 para la mejor estudiante mujer del programa de Doctorado en Bioquímica de la U. de Chile y la beca FWIS "For Women in Science", entregada por L´Oréal Chile y UNesco. Además, durante 2011, fue finalista del premio científico joven de General Electric, obteniendo el segundo lugar a nivel latinoamericano.