La microbiota de la nariz y la parte superior de la garganta probablemente contenga biomarcadores para evaluar el grado de enfermedad que puede padecer una persona infectada con el virus Sars-CoV-2, según un estudio del Medical College of Georgia (Estados Unidos).
Esta microbiota nasofaríngea se considera generalmente una protección de primera línea contra los virus, bacterias y otros patógenos que se introducen en estos conductos naturales. Los investigadores examinaron la microbiota de 27 personas de entre 49 y 78 años que dieron negativo en la prueba del virus, 30 que dieron positivo pero no presentaron síntomas y 27 que dieron positivo con síntomas moderados que no requirieron hospitalización.
Los cambios más significativos se produjeron en aquellos que eran sintomáticos, incluyendo alrededor de la mitad de los pacientes que no tenían una cantidad suficiente de microbiota para siquiera secuenciar. Les sorprendió encontrar estas “bajas lecturas” de bacterias en la cavidad nasofaríngea de los individuos sintomáticos frente a sólo dos y cuatro individuos en los grupos negativo y positivo sin síntomas, respectivamente. La gran mayoría de los individuos positivos sin síntomas seguían teniendo suficiente microbiota.
El goteo nasal y los estornudos podrían explicar la pérdida, un número ya significativamente menor de habitantes bacterianos podría haber aumentado el riesgo de los individuos de desarrollar este tipo de síntomas, o el virus podría haber cambiado el paisaje, que sospecha que es esto último.
Basándose en la experiencia con la microbiota en el tracto gastrointestinal, los investigadores creen que el diferente contenido y tamaño de la microbiota es otra buena apuesta y a ambos les gustaría tener una respuesta definitiva. “En este momento no tenemos datos suficientes”, apuntan.
También encontraron diferencias en el tipo de bacterias, aunque los investigadores señalan que la función de algunas de las bacterias que encontraron no se conoce bien.
El revestimiento húmedo y mucoso de esta zona funciona como una barrera natural contra los invasores y también hay un complemento importante de células inmunitarias, y su respuesta a los virus respiratorios es clave. En esta zona también abundan los receptores ACE-2, a los que se adhiere el virus de los picos, que es un punto de aterrizaje importante para este virus