La anémona de mar Nematostella vectensis es un modelo ideal para los investigadores. Su único problema son sus filosos tentáculos, un mal menor frente a la enorme lista de bondades que la especie brinda a la ciencia.
Se trata de un pequeño invertebrado marino fácil de mantener en el laboratorio, pero su mayor virtud es su genoma, lo suficientemente sencillo como para estudiar su funcionamiento y lo suficientemente parecido al del ser humano como para establecer paralelismo.
Mide menos de 6 cm pero este pequeño invertebrado tendría el secreto de la inmortalidad humana
Por eso el entusiasmo de científicos de la Universidad de Viena, quienes acaban de realizar un gran hallazgo: la pequeña especie es potencialmente inmortal y descubrieron el mecanismo detrás de esta inmortalidad, conocimiento que algún día podría replicarse en los humanos.
Según los científicos austríacos, “vivimos tanto como nuestras células madre”, una afirmación un tanto atrevida, pero en esencia correcta. Las células madre contribuyen a la renovación constante de diversas células y tejidos en los seres humanos, por ejemplo, las células sanguíneas, la piel o el cabello. Si las células madre pierden esta capacidad o su número disminuye a lo largo de la vida, el cuerpo envejece o desarrolla enfermedades. Por ello, las células madre son de gran interés para la investigación biomédica.
Mientras que los humanos y la mayoría de los vertebrados sólo pueden regenerar partes de determinados órganos o extremidades, otros grupos animales tienen mecanismos de regeneración mucho más potentes.
Esta capacidad es posible gracias a las células madre pluripotentes o multipotentes, que pueden formar (diferenciar) casi todos los tipos de células del cuerpo.
La anémona de mar Nematostella vectensis también es muy regenerativa: puede reproducirse asexualmente por gemación y además no muestra signos de envejecimiento, lo que la convierte en un tema interesante para la investigación de células madre. Sin embargo, los investigadores aún no han podido identificar ninguna célula madre en estos animales.
Gracias al nuevo método de “Single Cell Genomics”, Technau y su equipo han podido identificar células de un organismo complejo a partir de sus perfiles transcriptómicos específicos y determinar de qué células madre se han desarrollado. “Mediante la combinación de análisis de expresión génica de células individuales y transgénesis, hemos podido identificar una gran población de células en la anémona de mar que forman células diferenciadas, como células nerviosas y células glandulares, y que, por tanto, son candidatas a células madre multipotentes”, explicó en un comunicado el primer autor Andreas Denner, de la Universidad de Viena. Hasta ahora, estas células habían permanecido ocultas debido a su pequeño tamaño.
Estas células madre potenciales expresan los genes nanos y piwi, altamente conservados evolutivamente , que permiten el desarrollo de células germinales (espermatozoides y óvulos) en todos los animales, incluidos los humanos. Al mutar específicamente el gen nanos2 con las tijeras genéticas CRISPR, los científicos también pudieron demostrar que el gen es necesario para la formación de células germinales en las anémonas de mar. También se ha demostrado en otros animales que este gen es esencial para la producción de gametos.
Esto demuestra que esta función genética surgió hace unos 600 millones de años y se ha conservado hasta nuestros días. En futuros estudios, Ulrich Technau y su equipo quieren investigar ahora qué propiedades especiales de las células madre de la anémona de mar son responsables de su potencial inmortalidad.
Una especie única
La anémona de mar estrella tiene un extremo basal bulboso y una columna contráctil que varía en longitud desde menos de 2 a 6 cm.
La anémona de mar estrellada es una especie de anémona de mar pequeña de la familia Edwardsiidae nativa de la costa este de los Estados Unidos, aunque tambié se encuentra con poblaciones introducidas a lo largo de la costa del sureste de Inglaterra y la costa oeste de los Estados Unidos.
También se han reportado poblaciones aisladas en Nueva Escocia, Canadá. Esta anémona de mar se encuentra en las aguas salobres poco profundas de lagunas costeras y marismas, donde su esbelta columna suele estar enterrada en el barro y sus tentáculos expuestos.
Pese a su utilidad para la ciencia, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN, su sigla en inglés) la ha catalogado como una “especie vulnerable” en la naturaleza.
Los resultados del estudio fueron publicados en Science Advances y podrían proporcionar información sobre el proceso de envejecimiento humano en el futuro.