Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Penn State, Pensilvania (EE.UU.) y en colaboración con el Departamento de Medicina Veterinaria, Universidad de Cambridge (Reino Unido) demuestra que a pesar de que el Covid-19 no ha llegado a los altos peaks de las primeras olas, ha aparecido una nueva preocupación: la transmisión del virus por parte de la fauna salvaje.
Aunque no es concluyente, la investigación, señala que los ciervos de cola blanca de ciertas regiones de Estados Unidos pueden contagiarse del virus de las personas y transmitirlo a otros ciervos en cantidades abrumadoras. Lo que también quiere decir que podrían estar produciéndose contagios y transmisiones similares en ciertas poblaciones animales de todo el mundo, con implicaciones preocupantes para la erradicación del virus y potencialmente incluso para la aparición de nuevas variantes.
Los resultados, que también se basan en hallazgos anteriores según los cuales un tercio de los ciervos de otros estados de EE.UU. estuvieron expuestos al coronavirus y desarrollaron anticuerpos, difiere en que muestra altas tasas de infecciones activas, que duran un periodo de tiempo mucho más estrecho. Ya que, según las muestras que tomaron los investigadores a lo largo de nueve meses, presentaron infecciones activas, con un peak del 80% de resultados positivos entre noviembre y enero.
Casi todo el análisis sorprendió a los investigadores, porque a pesar de saber que los ciervos pueden contagiarse de Covid-19, las cifras muestran que “cuatro de cada cinco ciervos dieron positivo en el peak más alto (de contagios), así como las elevadas cargas virales (que presentaban los animales) que eran ‘verdaderamente asombrosas’”, dijo a The Guardian Suresh Kuchipudi, profesor clínico de virología en la Universidad Penn State y coautor del estudio.
Sobre la preocupación que surge en torno a estos nuevos contagios en la vida silvestre y que llevar el control del Sars-CoV-2 sea mucho más difícil, Víctor Neira Ramírez, Médico Veterinario, PhD. Académico de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (FAVET) Universidad de Chile, y experto en virus zoonóticos, aclara que en primer lugar “es muy difícil que el virus SARS-CoV-2 se erradique de la población humana, lo más probable que se vuelva endémico, tal como ha ocurrido con la Influenza (gripe) que luego de ser pandémica, se vuelve estacional”.
Pero respecto de la especie estudiada, comenta que “se ha observado que presentan anticuerpos, al parecer se infectan desde humanos (zoonosis reversa) y posteriormente entre ellos. Eso implica que son altamente susceptibles a la infección de SARS-CoV-2 y claramente pueden volverse reservorios del virus en la vida silvestre. Si el virus se introduce a poblaciones de animales silvestres y permanece en ellos, dificultaría mucho su control y menos su erradicación. Cuando los virus zoonóticos están en la vida silvestre es muy difícil de controlarlos, algunos ejemplos de esto es lo que ocurre con la Influenza aviar o el virus hanta”.
En cuanto a la transmisión del virus, los científicos señalan en el estudio que es muy probable que el virus haya pasado de los humanos a los ciervos a través de varias interacciones diferentes, como al pastar sobre alimentos desechados, beber aguas residuales contaminadas o husmear entre la maleza donde una persona ha escupido o hecho sus necesidades, y luego probablemente se haya propagado a otros ciervos.
Mutaciones y prevención
Estos resultados también tienen implicaciones para otros animales salvajes. Es posible que otros animales también contraigan y propaguen el coronavirus en todo el mundo, lo que dificultaría la prevención de mutaciones que podrían dar lugar a nuevas variantes.
Este contagio entre especies puede dar lugar a mutaciones, y es difícil saber si estas variaciones serán más leves o más graves. Pero “cuanto más circula y se mueve cualquier virus, más oportunidades tiene de mutar”, dijo a The Guardian Ellen Carlin, profesora de investigación adjunta del Centro de Ciencia y Seguridad de la Salud Global de la Universidad de Georgetown.
“Hay que aclarar que el virus aún se está transmitiendo a gran velocidad entre humanos. Por lo tanto en el plazo inmediato, si una especie silvestre se vuelve reservorio del virus SARS-CoV-2 probablemente su impacto inmediato no sea tan relevante en términos de transmisiones hacia el humano. Sin embargo, el peligro está en el largo plazo, ya que el virus quedará inmerso en poblaciones silvestres y puede ocurrir que aparezca una nueva variante de muchos años después desde ellos, cuando pensemos que ya está controlado” señala Neira.
“Lo importante es saber cuáles son las especies animales potenciales de ser reservorios de SARS-CoV-2 para estar en constante vigilancia epidemiológica de ellas y saber acerca de la circulación viral, en fin de generar medidas de prevención” agrega.
En el caso de Chile, el Médico Vetrinario de FAVET, explica que “en mi conocimiento no existe evidencia que animales hayan infectado a personas. Eso si, actualmente llevamos a cabo un proyecto Fondecyt 1211517 que precisamente busca entender si animales domésticos en especial animales de compañía pueden ser reservorios del virus. Mas específicamente el gato doméstico, el cual ha demostrado ser altamente susceptible a SARS-CoV-2″.
En este mismo marco, la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias, presentó su Centro de vigilancia de enfermedades zoonóticas , donde su objetico es poder trabajar en investigaciones enfocadas en la identificación y respuesta frente a amenazas zoonóticas y prevenir nuevas amenazas infecciosas que deriven en futuras pandemias.