La Comisión de Valores de EE.UU. reportó que en los primeros seis meses del 2022 la palabra “metaverso” apareció en documentos regulatorios más de 1.100 veces. El año pasado sólo 260 menciones. Lo anterior, claro, da a entender una vez más que no sólo la industria tecnológica, sino que ‘todo el mundo’ está dirigiéndose hacia una nueva iteración de internet -la llamada web3-, que permitirá generar una plataforma de mundos virtuales e inmersivos que sea universal para todos los usuarios.
Por el lado tech, ya conocimos el cambio de Facebook a Meta, la compra del gigante Activision-Blizzard por parte de Microsoft por cerca de $ 75 mil millones de dólares y los movimientos de Google, Tencent, Apple, Intel y Nvidia, sólo por nombras a algunos actores clave, que ya están invirtiendo y desarrollando nuevos acercamientos para esta nueva realidad digital.
Por otro lado, empresas de telecomunicaciones, corporaciones de todas las áreas, el e-commerce, multinacionales con múltiples líneas de negocios, bancos, fondos de inversión y de capital privados ya están apuntando hacia el mundo virtual sus próximos pasos. Según un informe estimativo de McKinsey & Co., las inversiones dirigidas hacia el metaverso sumaron más de 120 mil millones de dólares, sólo en los primeros cinco meses de este año.
Por supuesto, para la persona de a pie, esto no significa nada aún. Todavía no hay nada tangible respecto del metaverso -aún queda generar el espacio y la estructura en donde todos estos mundos puedan convivir simultáneamente-, pero claramente ya hay mucho más conocimiento respecto de las proyecciones, posibilidades y oportunidades que puede generar este nuevo universo.
La sinergia entre nuevas tecnologías como el machine learning, la inteligencia artificial, la Internet de las Cosas, la evolución de la nube y las realidades virtuales y aumentadas y, por cierto, el despliegue de las nuevas redes 5G, han generado que la interacción humana comience a desarrollarse en otro nivel. Y con nuevas herramientas. Pasó cuando fue la transición a lo móvil y después, a la nube. Ahora tenemos ante nosotros la posibilidad de una internet inmersiva en 3D, con la gran diferencia que esto involucra “existir” (a través de nuestros avatares) en un plano virtual alternativo.
Entonces, más allá del carácter técnico y hasta filosófico en que se pueden discutir los alcances existenciales dentro del metaverso, lo interesante también es considerar las oportunidades y beneficios para una marca, un establecimiento educacional, una corporación, una cadena de hoteles y, a la larga, cualquier negocio o institución que desee comunicar algo. Hay que considerar, además, que plataformas comunitarias de videojuegos y actividades relacionadas, como Roblox, Minecraft o Fortnite Creations, ya cuentan millones de micromundos interconectados, lo que se traduce en identidades virtuales, bienes virtuales, formas de interactividad, entre otras dinámicas. Es cierto, por ahora estas plazas virtuales están enfocadas principalmente en la creatividad y en el ocio, pero además de actividades como asistir a un concierto virtual de un artista, dentro del juego, ya se están viendo propuestas más avanzadas y dirigidas a lo anterior.
La verdad, aunque suene algo cursi, las posibilidades están remitidas a la imaginación. Por lo pronto, ya se ha instaurado el concepto de los “gemelos digitales”, réplicas virtuales de algo que existe en la realidad. Un buen ejemplo de ello es el caso del Aeropuerto Internacional de Taiwán. El gemelo digital de la infraestructura es una réplica 3D en tiempo real que permite simular y anticiparse a cualquier problema que pudiese ocurrir.
Según Roland Busch, CEO y director general de Siemens AG, la multinacional alemana, que además es la más grande compañía manufacturera de Europa, “los gemelos digitales fotorrealistas y basados en la física, integrados en el metaverso industrial, ofrecen un enorme potencial para transformar nuestras economías e industrias al proporcionar un mundo virtual donde las personas pueden interactuar y colaborar para resolver problemas del mundo real”.
Las proyecciones son alentadoras, también. Según la multinacional financiera Citi y la consultora KPMG, el metaverso podría llegar a generar alrededor de 13 mil millones de dólares para el año 2030. Morgan Stanley estimó en ocho mil millones entre EE.UU. y China, proyección similar que también hizo Goldman Sachs. JP Morgan calcula que las ganancias dentro de los próximos años serán de mil millones de dólares anuales y, de hecho, fue la primera firma de Wall Street en tener presencia en el metaverso. Y según Jensen Huang, CEO de Nvidia, “el PIB que pueda generar el metaverso eventualmente superará el del mundo físico”.
Pero hay muchas más posibilidades, además de las posibles ganancias. En Chile, el concepto recién está comenzando a prender. Poco a poco, grandes empresas locales han comenzado a dirigir la vista hacia las posibilidades del metaverso. O, por lo menos mientras tanto, lo que la realidad virtual es capaz de ofrecer.
El metaverso chileno
Según un reciente estudio de la consultora Accenture, el 85% de los ejecutivos chilenos está de acuerdo con que hoy se debe impulsar el mundo virtual para mantenerse competitivos. Según Gabriela Álvarez, directora ejecutiva de Accenture, “el metaverso entrega múltiples beneficios a las marcas, como lanzar nuevos productos y servicios; generar nuevos modelos de atención e impulsar una capacitación efectiva para sus colaboradores. En el centro de todo está la capacidad de impulsar la interacción con los clientes y empleados”, asegura.
Además, 55% de los ejecutivos chilenos dice que usará el metaverso para potenciar la experiencia de sus empleados; 47% para crear servicios de identidades digitales y 33% para mejorar la experiencia de los consumidores. Mientras, las empresas chilenas son en la región las que más están investigando sobre el metaverso, en donde un 57% de los ejecutivos chilenos está actualmente investigando sobre el tema, la cifra más alta de la región. Le sigue Argentina, con un 52%; Colombia (48%), Brasil (33%) y México (28%). La firma entrevistó a más de 4.600 ejecutivos en 35 países.
La misma consultora determinó cinco factores para poder entender el impacto que puede tener el metaverso para las empresas: el ciclo de vida del producto, a partir del uso de gemelos digitales y la persistencia del producto virtual. La experiencia, para poder replicar virtualmente y de la manera más inmersiva y fiel posible la rutina de compra real, pero sin salir de casa. De hecho, Álvarez agrega que “las personas ya están demostrando una gran predisposición a adquirir productos digitales en todas las categorías, lo que abre nuevas formas de creación de valor y grandes oportunidades de margen para las empresas”. La publicidad, por cierto, que a la larga podría transformarse en el principal canal de comunicación y experiencia para todo tipo de marca, en donde la creatividad (y no los presupuestos) será el límite. El cuarto punto se refiere a la experiencia de los colaboradores, en donde tras lo vivido en pandemia con el teletrabajo y las reuniones a distancia, el metaverso logrará crear centros virtuales que integrarán todas las posibilidades multimediales, de comunicación y de envío de archivos o documentos, lo que será realizado de manera casual, en tiempo real y con nuestros avatares presentes en ese espacio virtual. Finalmente, la consultora se refiere a las operaciones de back office, donde, desde el punto de vista colaborativo, estas se podrán realizar de manera mucho más fluida y con anticipación a cualquier eventual problema.
Minería, retail y construcción virtual
En nuestro país el concepto recién está comenzando a ser explorado y asimilado por el mundo empresarial, aunque existen casos locales en que ya se está trabajando con realidad virtual, con el fin de crear nuevas plataformas y estar listos para acceder al metaverso.
El área minera es una de ellas. Rodrigo González, arquitecto y CEO de Minverso, una plataforma creada a partir de su startup Metaverso Limitada, la fundó en Santiago el 2015, y justamente desarrolla plataformas virtuales a la medida.
Minverso es el primer mundo virtual minero del mundo, al que se puede acceder a través de lentes de realidad virtual. A partir de simulaciones virtuales, en donde todos los procesos de extracción y las cadenas logísticas y de producción pueden ser monitoreas y testeadas en un contexto de cero peligro y, claro, en tiempo real. Pero sus alcances van mucho más allá. Las posibilidades van desde reuniones virtuales, charlas y simulaciones, hasta montajes de showrooms y transacciones.
Según la plataforma, la finalidad es virtualizar instancias de relacionamiento del ecosistema minero, permitiendo visitar sin restricciones geográficas gemelos digitales, showroom de proveedores y espacios de networking. Para González, “el metaverso es una herramienta virtual que está aún en desarrollo, y esperamos que en un horizonte de tres a cinco años esté en pleno apogeo”.
Felipe Sanhueza, CEO de Pignus, empresa que también trabaja con realidad virtual y nuevas tecnologías orientadas a los recursos humanos, piensa que el sector de la construcción también se verá fuertemente beneficiado por el metaverso, que tiene operaciones en lugares bastante alejados, tanto en la ciudad como entre ellas, y con el uso del metaverso van a poder interconectarlas en un mundo virtual compartido, logrando un mayor nivel de comunicación entre áreas, divisiones, faenas, obras, dependiendo de qué sea. Esto permite saber qué está pasando en diferentes puntos de la operación y les permite tomar acción de manera virtual con la información disponible.
Agrega que “vemos un potencial enorme en esta industria enfocando el metaverso, especialmente en el desarrollo de las personas y sus habilidades. Se puede sacar mucho provecho al elemento social que provee y al aprendizaje en conjunto para temas como inducciones, evaluaciones, entrenamiento en temáticas de desarrollo técnico como de desarrollo más blando. Nosotros ya estamos trabajando en algunos proyectos relacionados con lo mismo”, finaliza.
Por otro lado, el retail es un área que también podrá beneficiarse de las posibilidades del metaverso. Roberto Nappe, director y socio fundador de PeumaLabs, creado el 2018 y definido como un laboratorio de transformación digital, está orientado a crear y desarrollar plataformas virtuales y de realidad aumentada desde La Araucanía.
Su equipo desarrolló la primera app de realidad aumentada creada en Chile. Se trata de AppAR, un widget que se incorpora fácilmente a múltiples plataformas de e-commerce disponibles en el mercado. Considerando que actualmente más del 50% se realiza desde dispositivos móviles, la idea de AppAR es que el usuario pueda probar, vía realidad aumentada, si el producto -un sillón, un televisor o algún elemento decorativo- calza de verdad clon las necesidades del usuario, al tener este la posibilidad de replicar el producto dentro de su espacio, a tamaño real.
Si bien no es estrictamente una plataforma virtual, claramente se acerca al concepto de generar una realidad paralela digital. Las marcas evidentemente que ya están con un pie puesto en el metaverso, como es el caso de Nike, Prada, Ikea, Ralph Lauren, Sotheby’s, Dior, Adidas, Home Depot o Gucci, sólo por nombrar algunas. Lo interesante será ver cómo las grandes tiendas se van a enfrentar a este nuevo desafío.
Pero más revelador aún será ver cómo los distintos sectores productivos y de servicios del país poco a poco van entrando a este mundo virtual. Porque las posibilidades y los beneficios son múltiples. Y al final, todos vamos a salir ganando.