Mirando las consecuencias del cambio climático
Afortunadamente, en los tiempos que vivimos existe una creciente conciencia sobre los posibles efectos devastadores del cambio climático y el mundo está tomando medidas para, al menos, moderarlos.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, conocida como COP25 y programada entre el 2 y el 13 de diciembre en Chile, jugará un rol importante para continuar con el desarrollo de esta política, así como para tomar compromisos en torno a ella. El elemento más importante en juego son las emisiones de carbono y los compromisos en ese sentido apuntan a su reducción. La tecnología avanza decididamente para apoyar estas medidas. Los automóviles eléctricos y las energías renovables son elementos fundamentales para reducir el efecto de los hidrocarburos. Otro elemento vital son los bosques, dada la capacidad de los árboles de retener carbono. De ahí la preocupación a causa de la perdida de forestación en Amazonas y otras regiones.
Un tema relevante en materia de manejo de bosques ha sido mirar las consecuencias del cambio climático. Este afectará el crecimiento de los árboles, la protección de las especies animales y vegetales, en tanto que los incendios forestales, particularmente, tendrán efectos catastróficos de los cuales ya somos testigo.
Por varias décadas, el uso de modelos que optimizan las decisiones de cosecha forestal y protección ecológica se han utilizado en forma exitosa. En trabajos con académicos de distintos países estamos incorporando a estos modelos la incertidumbre producto de futuros climas, en materia de manejo forestal y ecológico. Estos se expresan a través de parámetros de temperatura, lluvia, humedad, tormentas, radiación y otros factores e inciden en las políticas forestales y ecológicas.
Por ejemplo, algunos escenarios climáticos en el noroeste de EE.UU. producirían tormentas mucho más severas que las actuales, con el consiguiente impacto en el acceso y manejo de bosques. En Portugal, en tanto, se han estudiado escenarios sobre cambio climático y cómo esto lleva a crecimiento y otros efectos en los bosques. Esto ha permitido desarrollar modelos que incorporan estas incertidumbres y manejan aspectos no solo económicos, sino también ecológicos; en particular las emisiones de carbono al talar árboles. Un aspecto vital son los incendios forestales, donde el clima juega un rol muy significativo. En clima seco, con alta temperatura y vientos fuertes -como se espera en algunos escenarios futuros- , los incendios serán más frecuentes y de mayor magnitud.
En estos nuevos escenarios buscamos manejos del bosque, como implementar talas que actúen de cortafuegos (actualmente en desarrollo en Cataluña) y cómo manejar mejor la interfaz urbano-rural, disminuyendo el riesgo a las personas y propiedades (estudio actualmente en desarrollo en Chile).
Estos análisis se basan en modelos de simulación y de optimización para apoyar decisiones que mejoren futuras respuestas a incendios. Se trata de un problema global, en que ha sido fundamental la colaboración con investigadores de EE.UU., Canadá, España y Chile.
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