Israel despidió ayer a Simcha Rotem, conocido como Kazik, uno de los últimos luchadores supervivientes del Levantamiento del Gueto de Varsovia, que durante décadas trabajó para mantener el recuerdo del Holocausto.
"Hoy hemos perdido una voz muy importante. Kazik fue un verdadero luchador, en el sentido completo de la palabra", dijo hoy el director del Yad Vashem (Museo del Holocausto de Jerusalén), Avner Shalev, en un comunicado.
Rotem, fallecido a los 94 años y que será enterrado hoy en el kibutz Harel, en el centro del país, fue "un valiente y hábil joven luchador. No fue una figura política, sino un hombre que luchó por la memoria del Holocausto en la más pura de sus formas", recordó.
Nacido en Varsovia (Polonia) en 1924, a los 12 años ingresó en el movimiento juvenil sionista Hanoar Hazioni y al comienzo de la Segunda Guerra Mundial perdió a siete miembros de su familia, entre ellos su hermano Israel, sus abuelos y dos tíos, en un bombardeo alemán sobre su casa en el que él mismo y su madre fueron heridos.
En 1942 entró al Gueto de Varsovia como miembro de la organización judía ZOB y luchó e hizo de contacto entre el Gueto y la resistencia en el exterior durante el levantamiento, encabezando a un grupo de ellos fuera del lugar a través del sistema de alcantarillado y escondiéndolos hasta el final de la guerra, tras lo que se unió a la rebelión polaca en Varsovia, luchando contra los alemanes.
Cuatro años más tarde emigró a la entonces Palestina del mandato británico y fue encarcelado por los británicos en un centro de detención, tras lo que "se unió a (la milicia judía) Haganah, donde luchó en la Guerra de Independencia", explica Yad Vashem, que narra cómo pasado el conflicto armado, sirvió como enviado de Israel en varias misiones.
En 1984 publicó un libro autobiográfico: "Memorias de un luchador del Gueto de Varsovia. El pasado dentro de mi", que ha sido traducido a varios idiomas.