Los astrónomos descubrieron el cuerpo de un cohete que se dirigía hacia una colisión lunar a fines del año pasado. El impacto ocurrió el 4 de marzo, y el Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO, su sigla en inglés) de la Nasa detectó más tarde el cráter resultante. Sorprendentemente, el cráter es en realidad dos cráteres, un cráter oriental (de 18 metros de diámetro, aproximadamente) superpuesto a un cráter occidental (de 16 metros de diámetro).
En un comunicado, la Nasa explicó que el doble cráter fue inesperado y puede indicar que el cuerpo del cohete tenía grandes masas en cada extremo. Por lo general, un cohete gastado tiene una masa concentrada en el extremo del motor; el resto de la etapa del cohete consiste principalmente en un tanque de combustible vacío. Dado que el origen del cuerpo del cohete sigue siendo incierto, la doble naturaleza del cráter puede indicar su identidad.
Ningún otro impacto de cuerpo de cohete en la Luna creó cráteres dobles. Los cuatro cráteres del Apolo SIV-B tenían un contorno algo irregular (Apolos 13, 14, 15, 17) y eran sustancialmente más grandes (más de 35 metros) que cada uno de los cráteres dobles. El ancho máximo (29 metros) del cráter doble del misterioso cuerpo del cohete estaba cerca del de los S-IVB.
Según el diario Sydney Morning Herald, este desconocimiento ha generado muchas teorías sobre su origen: algunos piensan que vino de SpaceX, mientras que otros plantean la creencia de que el cohete es un Chang’e 5-T1 de la misión lunar china de 2014.
“Estoy 99,9 por ciento seguro de que es el 5-T1 de China”, dijo a la BBC Bill Gray, un astrónomo que creó un software que rastrea objetos espaciales.
Muchos usuarios respondieron a la publicación de Twitter de la Nasa sobre el misterioso accidente del cohete presentando algunas teorías, que incluían un objeto de origen extraterrestre.
El regreso a la Luna
LRO es administrado por el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, para la Dirección de Misión Científica en la sede de la Nasa en Washington. Lanzado el 18 de junio de 2009, LRO ha recopilado un tesoro de datos con sus siete poderosos instrumentos, lo que hace una contribución invaluable a nuestro conocimiento sobre la Luna.
La Nasa regresa a la Luna con socios comerciales e internacionales para expandir la presencia humana en el espacio y traer nuevos conocimientos y oportunidades.