Nasa pospone lanzamiento del sucesor del Hubble por la pandemia del coronavirus

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El lanzamiento de este observatorio de última generación, diseñado para observar el cosmos a mayor profundidad y mayor distancia en el tiempo que cualquier otra nave espacial, había sido programado originalmente para enviarse hace más de una década.


El lanzamiento del sucesor del Telescopio Espacial Hubble de la Nasa enfrenta siete meses más de demora, esta vez debido a la pandemia de coronavirus y problemas técnicos.

Los responsables anunciaron el jueves por la tarde que el lanzamiento del Telescopio Espacial James Webb - la máxima prioridad científica de la agencia espacial - está previsto ahora para el 31 de octubre de 2021. La fecha anterior era marzo de 2021.

Este observatorio de última generación - diseñado para observar el cosmos a mayor profundidad y mayor distancia en el tiempo que cualquier otra nave espacial - había sido programado originalmente para enviarse hace más de una década. La demora previa de más de dos años, anunciada en 2018, se debió a errores laborales y problemas en el hardware. Por fin todo marchaba bien hasta la llegada del Covid-19, dijeron las autoridades.

“El éxito de la misión es crucial, pero la seguridad del equipo es nuestra mayor prioridad”, dijo Steve Jurczyk, administrador asociado de la Nasa.

La agencia espacial subrayó que los costos derivados del aplazamiento más reciente no rebasarán el límite de gasto de 8.800 millones de dólares para desarrollo fijado por el Congreso. Las reservas presupuestarias apartadas hace dos años durante la última evaluación amplia cubrirán cualquier gasto adicional, dijo Thomas Zurbuchen, jefe de misiones científicas de la Nasa.

Casi la mitad de la demora, unos tres meses, es atribuida al Covid-19. El brote ha retrasado el trabajo en el telescopio del principal contratista, Northrop Grumman, en el sur de California.

Fue necesario agregar cuatro meses al calendario de trabajo para cumplir con la nueva fecha de lanzamiento, dijeron los funcionarios y las lecciones aprendidas en las pruebas de naves espaciales dejaron claro cuánto tiempo más se necesitaba.

La realización de una prueba crucial de acústica y vibración, por ejemplo, está prevista para cuando el telescopio esté totalmente ensamblado el mes entrante. Los técnicos también quieren reabrir y replegar una vez más el enorme escudo solar —del tamaño de una cancha de tenis— del telescopio infrarrojo, el cual es necesario para mantenerlo frío cuando se encuentre en el espacio.

La Nasa tiene previsto transportar al Webb el verano próximo a su sitio de lanzamiento europeo en la Guayana Francesa, la contribución de Europa a la misión.

El telescopio Webb será enviado al espacio en un cohete europeo Ariane hasta un punto a 1,6 millones de kilómetros (un millón de millas) de la Tierra, mucho más allá del alcance de los astronautas. En contraste, el Hubble, que se encuentra en órbita, fue reparado repetidas veces por astronautas del transbordador después de su lanzamiento en 1990. Se prevé que continuará funcionando hasta la década de 2030, dijeron el jueves las autoridades.

La Nasa desea una superposición de las operaciones del Hubble y del Webb. El nuevo telescopio, una vez lanzado, examinará muchas de las mismas cosas que el Hubble.

“Para mí, será ver a viejos amigos con ojos completamente nuevos”, dijo el científico del programa Eric Smith.

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