
Natalia Guala: “Muchas veces se nos infantiliza, o no se nos visualiza ni como mujeres, ni como personas de derechos”
Experta del Comité de la ONU sobre Discapacidad llega a Chile para participar en el evento Zero Project Iberoamérica para promover el empleo inclusivo como un derecho, no una excepción.

“Nací con una malformación congénita de la retina”. Con esa frase, sin rodeos ni dramatismos, Natalia Guala abre el telón de una historia que es, a la vez, íntima y universal. Una historia marcada por la tenacidad, el activismo y una profunda vocación por los derechos humanos. A sus 41 años, esta mujer rioplatense —uruguaya nacida en Argentina, española por residencia— ha hecho de la inclusión su norte, y de las barreras, una oportunidad para transformar.
Hoy vive en Madrid, trabaja como directora técnica de Relaciones Internacionales del Grupo Social ONCE y ha sido elegida como experta independiente del Comité de Naciones Unidas (ONU) sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad para el periodo 2025-2028.
El próximo 6 de mayo, Natalia llegará a Santiago para participar en Zero Project Iberoamérica 2025, un evento que reúne a líderes de toda la región para debatir sobre empleo inclusivo y tecnología accesible.

“Nos entusiasma mucho participar en esta instancia porque hemos visto que tanto en España, como en otros países de Latinoamérica enfrentamos los mismos desafíos, por tanto, es una oportunidad de buscar soluciones en conjunto, que se adapten a distintos escenarios en la región”, expresó Natalia.
Quién es Natalia Guala, la experta de la ONU que llega a Chile por la inclusión
En el Salón de Eventos del Hotel W, Santiago, con registro gratuito y cupos limitados, Zero Project llega a Chile de la mano de Fundación Descúbreme. El evento reunirá a líderes, autoridades de gobierno, empresarios y representantes de la sociedad civil de España y Latinoamérica, enfocado en el empleo inclusivo y la tecnología accesible como herramientas para una sociedad sin barreras.
Entre ellos participará Natalia Guala, una mujer que se define como “rioplatense” y tiene una historia marcada por los movimientos.
Nació en Argentina, creció en Uruguay y desde hace ocho años vive en España. Ha trabajado en más de 35 países implementando políticas públicas vinculadas a la inclusión, y desde 2019 forma parte del Programa Iberoamericano de Discapacidad, una iniciativa de cooperación sur-sur que impulsa reformas reales desde los gobiernos.
Su trayectoria, sin embargo, no fue planificada: fue construyéndose paso a paso. “No sabría decir qué fue primero, qué motivó qué, pero el camino se ha hecho al andar y creo que ha sido un círculo virtuoso”, comenta.
Su primer acercamiento fue a través del deporte en secundaria. A los 17 años participó de organizaciones en el ámbito de la discapacidad visual, lo que posteriormente la llevó a involucrarse en el movimiento de derechos de personas con discapacidad visual en Uruguay. Más tarde, ya como estudiante universitaria, militó por los derechos de estudiantes con discapacidad y luego en defensa de la educación pública. “Al combinar esas dos experiencias me llevó también a implicarme más en el ámbito de los derechos humanos”, dice Guala.
Formarse fue una forma de resistir. Estudió Relaciones Internacionales y Ciencias de la Comunicación de forma simultánea. “No fue una elección vocacional desde el inicio. Entre las muchas carreras que me gustaban encontré en Relaciones Internacionales esa carrera que reunía un poco todo lo que a mí me llamaba la atención: la política internacional, los derechos humanos, la economía”, explica.

Las barreras no han sido solo físicas. Como mujer con discapacidad, Natalia ha vivido múltiples formas de discriminación. “Muchas veces se nos infantiliza, o no se nos visualiza ni como mujeres, ni como personas hospedadas de derechos. Esa doble discriminación, desde luego que constituye barreras más duras o situaciones más complejas de transitar”, señala.
A pesar de eso —o quizás gracias a eso— se ha convertido en una de las voces más relevantes del activismo internacional en discapacidad. Su mirada es esperanzada, pero también crítica: “Es cierto que hay avances, pero también que en momentos de crisis somos las primeras en quedar fuera. Eso nos recuerda que lo logrado aún no está consolidado”.
Empleo y oportunidades
Su llegada al Comité de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad no fue casual. Fue elegida con el apoyo de 143 Estados parte. “Es un reconocimiento muy importante, pero desde luego una responsabilidad, porque el rol que tenemos es determinante para la implementación de la Convención sobre los Derechos de Personas con Discapacidad”.
Su rol consiste en evaluar cómo los países implementan la Convención, dialogar con la sociedad civil y emitir recomendaciones. “Es un ámbito global en el que tenemos la oportunidad de aconsejar, de orientar a los países para avanzar en asegurar la inclusión de las personas con discapacidad en todos los ámbitos de la sociedad. Tiene que ser un compromiso importante, una dedicación de tiempo y tener muy presente que esa responsabilidad en las decisiones que se toman en el seno del comité impactan en la vida de millones de personas alrededor del mundo”, enfatiza Guala.
El empleo es un tema principal en la agenda. Este año, Zero Project pone el foco precisamente en eso: trabajo digno, accesible, sostenible. “Hay que dejar atrás la idea de que las personas con discapacidad solo pueden aspirar a una pensión por invalidez. Debemos avanzar hacia un modelo en el que podamos desarrollar una actividad económica con apoyos adecuados, y donde la protección social no sea un obstáculo para trabajar”.
Y en ese camino, el sector privado juega un rol clave. “Es el mayor generador de empleo. Necesitamos que nos vean como personas que aportamos productividad, talento, ideas. El cambio no vendrá solo de los gobiernos: tiene que involucrar al sector privado”.
La tecnología, por su parte, es otra gran aliada y amenaza al mismo tiempo. “La tecnología es una herramienta que tiene dos caras de la misma moneda“.
Puede ser una gran aliada en muchos casos para la persona con discapacidad. Ha ayudado en diferentes ámbitos a derribar barreras visuales, auditivas, físicas, entre otras, pero también la tecnología ha significado y puede significar nuevas barreras y grandes desafíos para las personas con discapacidad.
Natalia cuenta que hace 20 o 30 años, cuando aparecieron los primeros computadores y teléfonos móviles, significaron una barrera importante para muchas personas con discapacidad, porque esos dispositivos no eran accesibles ni asequibles. “Recordemos que el 80% de las personas con discapacidad viven en países en vías de desarrollo y bajo el umbral de la pobreza”.
Para Guala, Zero Project no es solo un encuentro, es una incubadora de soluciones. “Es un laboratorio donde se comparten ideas que ya están funcionando. Nos permite no duplicar esfuerzos, aprovechar recursos, caminar más rápido. En un contexto de crisis, estos espacios son fundamentales”.
Y lo dice con una mezcla de lucidez y esperanza que la caracteriza. “He tenido herramientas importantes para poder derribar barreras, o al menos transitar por ellas de manera más o menos exitosa. Por ponerlo en palabras, o por trasladar un mensaje también positivo”.
En ella conviven la diplomática, la activista y la mujer que alguna vez soñó con ser periodista deportiva. Tal vez por eso su historia se narra con esa voz clara, que no se pierde entre tecnicismos y siempre vuelve a lo esencial: que nadie quede fuera.
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