Ni Carrera ni Jaraquemada: las desconocidas mujeres que tuvieron un rol clave en la Independencia de Chile
¿Espías?, ¿Agitadoras sociales? Estas son las mujeres poco conocidas que tuvieron un rol importante en el proceso histórico.
Cuando se piensa en la Independencia de Chile, de forma inmediata vienen a la mente patillas oscuras y exageradas, uniformes pulcros y batallas lideradas a punta de filo y galope; distintivos que caracterizan a los hombres de la época. No es de extrañar, si se tiene en cuenta que eran ellos quienes lideraban la política, las guerras, la educación y casi todas las esferas de la sociedad en el país y en el mundo entero.
Cuando se habla de este proceso histórico hay nombres que específicos que salen a flote, los “héroes” o “padres” de la patria, como José Miguel Carrera, Bernardo O´Higgins, Manuel Rodríguez y José de San Martín. Pero, ¿qué rol tenían las mujeres durante la Independencia? ¿Hay otras mujeres aparte de las conocidas Javiera Carrera y Paula Jaraquemada?
En términos generales, del rol de las mujeres en la Independencia fue el mismo que el que tuvieron en cualquier guerra a lo largo de la historia, uno relacionado al cuidado, los quehaceres del hogar y el apoyo laboral, particularmente en el campo. Sin embargo, hay mujeres que participaron en la lucha armada de los procesos independentistas de sus países, como es el caso de Perú y Colombia.
De acuerdo a la historiadora y autora de libros como Chilenas: la historia que construimos nosotras, María José Cumplido, esto tiene una explicación: la emancipación de esos países tuvo un carácter popular que permitió la presencia de mujeres. En el caso de Chile, explica, fue “una pugna entre élites”. Entonces, como es de esperar, quienes hoy son reconocidas eran parte de los círculos más elitistas de la sociedad.
Carrera y Jaraquemada, las más conocidas
Si hubiese una lista de mujeres que participaron en la Independencia, Javiera Carrera y Paula Jaraquemada encabezarían la nómina. Sin embargo, el historiador y coordinador de Extensión Cultural de la Universidad
de los Andes, Raúl La Torre, comenta que, incluso sus biografías, están a la sombra de algún hombre o hecho grandilocuente, “dejando atrás aspectos que podrían dar mayores luces a la historia”.
La mujer que supuestamente bordó la primera bandera. Ese es el énfasis más bien alegórico, y sacado de libros de escuela, que se le adjudica a Javiera Carrera, mejor conocida como la hermana de los populares José Miguel, Juan José y Luis. Esta mujer tenía un gran carácter y personalidad, por lo que muchas veces se imponía entre sus hermanos “para buscar caminos más racionales a las acaloradas pasiones que no pocas veces les jugaba en contra.”, explica La Torre.
Un detalle curioso que no muchos saben es que Carrera, personaje público y empoderado, manifestaba su postura política a través de sus atuendos: “Modelos de vestido estilo imperio, algunas veces con detalles indigenistas”, describe el historiador.
Otras mujeres en la Independencia
Entre las mujeres que tuvieron que contribuyeron en la Independencia chilena, Cumplido nombra a Ana María Cotapos y Luisa Recabarren que, si bien son conocidas, quedan un poco al margen porque tenían un rol similar al de Javiera Carrera; conspiradoras y anfitrionas de salones, donde recibían a distinguidos libertadores. Fueron acusadas y recluidas.
Sin embargo, también está el caso de Cornelia Olivares, mujer aristocrática de Chillán que cumplía un papel de agitadora social. “Era un rol más afuera de la casa, de propagandera”, indica la historiadora, salía a las calles a hablar en favor de la revolución. Luego de que le prohibieran salir de su casa y muchas amenazas, terminó presa, le raparon el pelo, las cejas y la exhibieron en la plaza de Chillán por varias horas.
El 2 de diciembre de 1818, Bernardo O´Higgins declaró a Cordelia Olivares ciudadana benemérita de la patria, hecho documentado en la Gazeta Ministerial de Chile. Además, una placa en recuerdo del “Árbol de la Horca” de Chillán Viejo, conmemora su historia, ya que allí fue atada y humillada por los soldados realistas.
También está Agueda Monasterio, que cumplía un rol de espía, su casa era un lugar asilo para comisionados enviados por José San Martín. “Movía cartas que contaban lo que pasaba en Chile”, señala Cumplido, especialmente en la época de la reconquista española, cuando los patriotas estaban exiliados en Mendoza, Argentina. Fue perseguida, detenida y procesada.
No fue la única mujer que revolucionó con misivas.
La Torre destaca a otra mujer que, pero esta vez en el contexto de las Guerra del Pacífico y en las décadas que le siguieron: Emilia Herrera de Toro. “La mujer que evitó un conflicto armado con Argentina”, señala el historiador. Lo hizo por medio de una intensa correspondencia que intercambiaba con destacados políticos e influyentes del otro lado de la cordillera, con quienes mantenía un “lazo casi maternal”, observa.
“Hasta hoy no logro responderme el porqué de su poco conocimiento”, manifiesta el historiador.
De otras clases sociales
Patriotas que pertenecían a otras clases sociales también fueron clave para la Independencia chilena, pero lamentablemente no se les reconoce. Este es, de hecho, uno de los grandes problemas de los historiadores que indagan los anales de este período: como no leían ni escribían no dejaron rastro. Cumplido sostiene que este es un sesgo relevante, porque siempre habrá más información de las personas de élite. Explica que no es raro deducir que hacían las mismas tareas que las mujeres de la antigua aristocracia, pero parecen no tener nombres.
“Nadie escribió sobre ellas”, asegura.
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