Hoy, con el avance de la pandemia de Covid-19, es innegable que ha implicado una amenaza significativa en muchos aspectos. Efectos que también se aprecian en un área muy relevante del desarrollo infantil: el lenguaje.
La interacción social es esencial para el desarrollo del lenguaje. La crisis sanitaria con sus cuarentenas, la ausencia de clases presenciales, sumado a la preocupación e incertidumbre de adultos en estos meses (el bienestar de los niños está directamente relacionado con el nivel de estrés y el bienestar de sus padres), representaron una gran barrera para un óptimo desarrollo.
A nivel internacional, ya se tienen algunas luces sobre esos efectos. La organización Education Endowment Foundation (EEF) encargada de la investigación escolar en Inglaterra, informó recientemente que, según la percepción de la comunidad educativa o colegios sobre 50 mil estudiantes de 4 y 5 años que ingresaron a la escuela, ellos están batallando particularmente en tres áreas de desarrollo. La primera de ellas es el desarrollo de la comunicación y el lenguaje. El 96% de las escuelas encuestadas informaron estar “muy preocupadas” o “bastante preocupadas” por ese aspecto.
El mismo estudio determinó que el 76% de los docentes declaró que esos alumnos necesitaban más apoyo con la comunicación que generaciones previas. De los 50.000 niños de 4 y 5 años, un 20% a 25% necesitó más ayuda con las habilidades lingüísticas en comparación con los del año anterior.
En Chile, conocer el impactó de la crisis sanitaria en esa área del desarrollo en niños de distintas edades es un tema aún por estudiar. Sin embargo, una investigación nacional entregó algunos antecedentes al analizar el costo de la falta de presencialidad en niños y niñas preescolares vulnerables en 2020. Desarrollado por Fundación Educacional Choshuenco, Protectora de la Infancia y Fundación Liguria, y ejecutado por el Centro de Estudios y Encuestas Longitudinales (CEEL) de la U. Católica, detectó preocupantes rezagos en vocabulario, desarrollo general y socioemocional importantes, al comparar con una población equivalente en 2017.
Respecto al lenguaje, el grupo evaluado el 2020 presenta resultados significativamente inferiores respecto a los grupos evaluados anteriormente en 2010, 2012 y 2017. Al calcular la brecha en esa área, se observa que niños y niñas en 2020 tenían, en promedio, 8.5 puntos menos al compararlos con los de 2010, 3,7 puntos menos que los de 2012 y 3.8 puntos menos que los de 2017.
Efectos del confinamiento
En gran parte de los últimos dos años, los niños y niñas tuvieron que aislarse junto con su núcleo familiar. “Eso implicó una reducción en la posibilidad de contacto con otros niños, como sus compañeros en el colegio o los primos en una reunión familiar, y también con adultos significativos como abuelos, tíos, etc.”, explica Durley Amaya Medina, fonoaudióloga y académica de Fonoaudiología de la U. Autónoma.
La conversación entre pares es un componente crucial en el desarrollo pragmático durante la infancia. Eso incluye desde aprender la habilidad al conversar de tomar turnos hasta comprender el significado implícito detrás de las palabras del hablante. Pero la pandemia, las clases virtuales e híbridas representan menos oportunidades para ejercitar las habilidades sociales y de conversación que sí permite el contacto cara a cara.
La adquisición temprana del lenguaje tiene un impacto en todos los aspectos del desarrollo no físico. Contribuye a su capacidad para manejar las emociones y comunicar sentimientos. Los ayuda a establecer y mantener relaciones. Es clave para pensar simbólicamente y para aprender a leer y escribir. El cambio tan brusco en la forma de interactuar de la pandemia “significó para algunos un retraso en el desarrollo del lenguaje”, plantea Amaya.
Amaya explica que la etapa entre los cero y los siete años es la más significativa en la adquisición de las habilidades del habla. La comprendida entre los dos a tres años, añade, es la más crítica. Posteriormente viene un proceso en que evoluciona de manera importante gracias a diversos factores, entre ellos, el contar con todos los dispositivos cerebrales dispuestos para ese aprendizaje.
“Pero el ambiente marcara una diferencia importante en el desarrollo del lenguaje en niños y niñas”, aclara Amaya. Y parte de esos marcadores están dados por la posibilidad de compartir con la familia, abuelos, primos, de ir al colegio, etc. “Pero este confinamiento llevo a que se centraran a solo el desarrollo del núcleo familiar, confinados en casa, con adultos más ocupados y con las posibilidades de interacción disminuidas a un nivel importante”.
Problemas de lenguaje
Si a nivel general, y previo a la pandemia, se hablabla de un porcentaje de 15% de los niños y niñas con problemas de lenguaje, “lo más probable es que luego del confinamiento eso haya aumentado”, dice Amaya. Tal como Education Endowment Foundation indica, se podría deducir que la pandemia ha exacerbado los problemas existentes en el desarrollo del lenguaje oral.
Una situación muy preocupante, explica: “El lenguaje no sólo es vital para el desarrollo de la alfabetización de los niños, sino que también para su desarrollo socioemocional y el comportamiento, puesto que es el vehículo que nos permite expresar sentimientos y emociones”. Al conversar sobre lo que siente, es cómo se aprende a nombrar, canalizar y regular las conductas, “es por esto por lo que se observan importantes problemas conductuales en niños con alguna dificultad en el lenguaje”.
El panorama que se vislumbra, dice, es que en niños que ya pudiesen tener dificultades en el lenguaje, éstas puedan verse acrecentadas, “pasando incluso a ser un poco más severo y probablemente vayan a terminar con trastornos del lenguaje, que interviniendo en edades tempranas se pueda evitar”. Esos Trastornos Específicos del Lenguaje (TEL) podría apreciarse en mayor cantidad de población infantil.
“Muchos niños que tenían problemas antes de pandemia, el confinamiento produjo una baja probabilidad de que fueran atendidos. Ahora que llevamos un año y medio ya es tardío esta posibilidad de activar apoyos. Para otros niños, pese a que ya estaban identificados en marzo 2020, sin embargo, no recibieron el apoyo necesario por un largo tiempo. Además, existe un grupo importante de niños que tienen un retraso en el desarrollo que no ha sido identificado y recién se están activando los jardines infantiles donde ocurre generalmente esa pesquisa”, dice Amaya.
Hoy las familias están compartiendo más y es posible activar estos factores ambientales para que desarrollen sus habilidades comunicativas. También para que puedan consultar a especialistas.
Sin embargo, para padres y madres primerizos a veces resulta complejo detectar esas dificultades. Más aún en pandemia. Ante eso Amaya advierte que si el niño o niña “ya tiene dos años y medio, y se comunica con gestos y habla poco, hay que consultar”. El profesional ideal es el fonoaudiólogo. “Para identificar y tratar a tiempo, acá el tiempo es clave, empezar un tratamiento a tiempo afectara de forma positiva que el impacto sea mínimo o no haya impacto”, asegura.
Otra señal de alerta es el comportamiento. “Para niños y niñas no poder expresar lo que quieren de forma adecuada genera otro tipo de dificultades conductuales. Las rabietas se vuelven más difíciles de controlar, se produce desadaptación a ciertas situaciones”, explica.
Los niños y niñas con TEL presentan diversas dificultades que no se limitan solo a la infancia. En esa etapa se pueden presentar problemas para la compresión lectora, explica Amaya. Pero luego puede derivar en problemas para desarrollar adecuadas habilidades sociales, también en dificultades para ingresar a carreras profesionales.
“En nuestro país el TEL está catalogado como un trastorno transitorio, pero estudios internacionales indican que no es así. La dinámica del trastorno va variando y la persona manifiesta de otra forma a lo largo de la vida las dificultades del lenguaje”, dice Amaya.
La investigación a la fecha muestra que, si un niño tiene problemas con el lenguaje a temprana edad, luego tiene 4 veces más probabilidades de tener problemas con la lectura. Y en la etapa adulta puede tener 3 veces más probabilidades de tener problemas de salud mental, el doble de probabilidades de estar desempleado y de tener problemas de movilidad social.
Comunicación con mascarillas
Pese a que se han logrado mejorías en la situación epidemiológica que favorecen la interacción social, y con ella el desarrollo del lenguaje en niños, la pandemia ha tenido muchas consecuencias no deseadas y duraderas que siguen representando trabas. El uso de mascarillas, el distanciamiento social y las clases híbridas pueden continuar el efecto negativo en la comunicación infantil.
Las mascarillas son necesarias. Pero para niñas y niños pequeños implica una pérdida de las señales visuales importantes en la adquisición del lenguaje. Ellas contribuyen al procesamiento del habla durante los períodos cruciales del desarrollo del lenguaje. “Los niños se apoyan mucho en las expresiones faciales y gestuales que ven los adultos para desarrollar el lenguaje”, dice Amaya.
Se sabe además, que las mascarillas degradan la señal de voz. Investigaciones recientes indican que cada tipo de mascarilla funciona esencialmente como un filtro acústico para el habla, atenuando las frecuencias altas (2000-7000 Hz) habladas por el usuario en 3 a 4 dB (decibelios) para una máscara quirúrgica simple y de hasta 12 dB para las N95.
Es primordial aumentar la conciencia y crear métodos innovadores para promover la comunicación y el desarrollo del lenguaje en entornos educativos tanto presenciales como virtuales. “Sabemos que el uso de mascarilla se quedara por un largo rato y hay niños que están ingresando a jardines y colegios por primera vez, y se encuentran con todos sus compañeros y adultos con mascarillas. Para el desarrollo del lenguaje el poder escuchar adecuadamente es primordial”, explica Amaya.
Para adultos y docentes, Amaya aconseja exacerbar el uso de gestos y la intensidad de la voz. “Buscar otros medios para que vean el movimiento de la boca será una ayuda importante para niños que están desarrollando el lenguaje en general. En niños con problemas auditivos, van a necesitar un apoyo extra en que se pueda ver la mayor cantidad del rostro. En niños de todas las edades hay buscar medios para compensar esa falta”, aclara.