Niños pesaban 70 kilos y perdieron hasta 5,8% de su masa corporal gracias a revolucionaria inyección
Un reciente estudio ha revelado los sorprendentes efectos de un medicamento que promete cambiar el tratamiento de la obesidad. Con una reducción significativa del IMC, esta nueva opción podría marcar un antes y un después en la lucha contra el exceso de peso.
La obesidad es un tema que durante las últimas décadas se ha instalado en la agenda mundial de salud pública, por el significativo aumento que está experimentando en todos los rangos etarios. De acuerdo a un informe realizado por la Federación Mundial de la Obesidad presentado ante las Naciones Unidas, se proyecta que el 43% de los adultos del país padecerá obesidad para el año 2035.
Y los niños no se quedan fuera, según un estudio internacional, en Chile el año 2022, la prevalencia de la obesidad en niñas alcanzó un alarmante 20%, posicionando al país como único en la región con cifras sobre el 20%. Igualmente preocupante, los niños chilenos experimentan una tasa de obesidad del 30%, también situándose como la más alta en Latinoamérica.
Ahora, la lucha contra la obesidad infantil ha dado un paso importante. Un reciente estudio sobre el uso de liraglutida, un compuesto para bajar de peso, ha demostrado resultados prometedores en niños pequeños, siendo el primero en examinar la seguridad y eficacia de este medicamento en niños de entre 6 y 12 años.
Niños pesaban 70 kilos y perdieron hasta 5,8% de su masa corporal gracias a revolucionaria inyección
El estudio publicado en The New England Journal of Medicine y presentado en la conferencia anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes, examinó el fármaco GLP-1 liraglutida, que se vende bajo las marcas Saxenda y Victoza de la famacéutica danesa Novo Nordisk, en un grupo que hasta ahora no contaba con opciones farmacológicas aprobadas para tratar la obesidad.
Los investigadores analizaron los efectos del fármaco en niños de entre 6 y 12 años que tenían un IMC considerado alto. El niño promedio de 10 años que participó en el estudio pesaba alrededor de 70 kilos, comentó la Dra. Claudia Fox, pediatra y coautora principal del estudio, quien trabaja en el Centro de Medicina de la Obesidad Pediátrica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Minnesota en Minneapolis.
El ensayo clínico, patrocinado por Novo Nordisk, involucró a 82 niños, de los cuales 56 recibieron una inyección diaria de liraglutida, mientras que el resto fue tratado con un placebo. Ambos grupos participaron también en intervenciones de estilo de vida, como el asesoramiento para mejorar la dieta y la práctica de ejercicio físico diario.
Los resultados mostraron que, después de 56 semanas, los niños que tomaron liraglutida experimentaron una reducción promedio del 5,8% en su IMC, en comparación con el aumento del 1,6% en el grupo placebo. Esto significa que hubo una diferencia de 7,4 puntos porcentuales entre ambos grupos, y esta diferencia es estadísticamente significativa, lo que indica que es muy poco probable que sea solo una coincidencia.
En cuanto al peso corporal, el grupo que tomó liraglutida perdió, en promedio, un 1,6% de su peso, mientras que el grupo placebo ganó un 10%. La diferencia entre los dos grupos fue de 8,4 puntos porcentuales. Además, el 46% de los niños que tomaron liraglutida lograron reducir su IMC en al menos un 5%, comparado con solo el 9% en el grupo placebo, lo que también es significativo. Estas cifras muestran que el medicamento tuvo un efecto considerable en la reducción del peso y el IMC en los niños que lo tomaron.
Los hallazgos son consistentes con estudios previos realizados en adolescentes, pero los resultados fueron más favorables en niños más pequeños, lo que sorprendió incluso a los investigadores. “Eso para mí fue lo más sorprendente y me hace pensar que tal vez deberíamos intervenir a edades más tempranas”, comentó la Dra. Fox.
Actualmente, no existen medicamentos aprobados para tratar la obesidad en niños menores de 12 años, aunque en 2020 la liraglutida fue aprobada para adolescentes de 12 a 17 años y para adultos en 2014. Este ensayo abre una nueva puerta para tratar la obesidad en niños más pequeños, un problema que ha sido difícil de manejar solo con intervenciones conductuales.
“Entre las familias de los pacientes existe la sensación de que simplemente deben esforzarse más para perder peso, pero ir más al parque y comer mejor no siempre es suficiente”, afirmó. “No podemos depender únicamente de intervenciones conductuales para una enfermedad biológica y obtener una mejora significativa”.
La liraglutida, que también se utiliza para tratar la diabetes tipo 2 bajo el nombre comercial Victoza, pertenece a la clase de medicamentos conocidos como agonistas del receptor GLP-1, que reducen el apetito y ayudan a controlar el azúcar en sangre. Aunque produce una menor pérdida de peso en comparación con otros medicamentos más nuevos como Wegovy y Ozempic, los resultados en niños menores de 12 años muestran que puede ser una herramienta efectiva en la lucha contra la obesidad infantil.
A pesar de los resultados positivos, el tratamiento con liraglutida no estuvo exento de efectos secundarios. Aproximadamente el 80% de los niños que recibieron el fármaco experimentaron efectos gastrointestinales como náuseas, diarrea y vómitos, en comparación con el 54% de los niños en el grupo placebo. Sin embargo, la Dra. Fox destacó que pocos participantes abandonaron el estudio debido a estos efectos, y que los síntomas gastrointestinales disminuyeron con el tiempo.
En cuanto a la seguridad a largo plazo del medicamento, la investigación no fue diseñada para determinar cuánto tiempo los niños deberían seguir tomando liraglutida. Sin embargo, se observó que, una vez terminado el período de tratamiento, el IMC y el peso corporal de los niños aumentaron nuevamente. Aun así, el aumento fue menos significativo que en estudios anteriores realizados en adolescentes, lo que sugiere que intervenir a una edad más temprana podría tener un impacto más duradero.
“Sabemos que la obesidad es una enfermedad crónica”, afirmó Fox. “Una vez finalizada la intervención, la enfermedad puede volver a aparecer, y esto es así con cualquier otra enfermedad crónica, ya sea diabetes, asma, hipertensión, cualquier enfermedad crónica que requiera un tratamiento crónico”.
El éxito de este ensayo podría abrir un nuevo mercado para Novo Nordisk, que ya lidera la industria de medicamentos para bajar de peso con productos como Wegovy y Ozempic.
La obesidad infantil no es solo un problema a corto plazo, los niños con obesidad tienen un mayor riesgo de convertirse en adultos obesos, lo que aumenta significativamente sus probabilidades de desarrollar enfermedades como diabetes tipo 2, problemas cardíacos y cáncer.
Según el Dr. Simon Cork, profesor de fisiología en la Universidad Anglia Ruskin que no participó en la investigación, dijo a CNN que la evidencia de que la liraglutida es segura y efectiva en niños es un avance positivo, pero se necesitarán más estudios a largo plazo para asegurar que la supresión del apetito no tenga efectos adversos en su desarrollo.
Las intervenciones conductuales seguirán siendo una parte esencial del tratamiento de la obesidad, pero la inclusión de opciones farmacológicas como la liraglutida ofrece una esperanza renovada para los niños que luchan contra esta enfermedad.
Aunque los médicos –e incluso los padres– no siempre están de acuerdo, Fox cree que los medicamentos para bajar de peso y los procedimientos quirúrgicos como el bypass gástrico o la gastrectomía en manga deberían ser una opción para los niños.
El futuro del tratamiento de la obesidad infantil podría estar marcado por el uso de medicamentos más avanzados y efectivos, pero también por la necesidad de un enfoque integral que combine cambios en el estilo de vida, apoyo psicológico y tratamiento médico. Con estudios como este, se avanza hacia una solución más completa y efectiva para combatir la obesidad desde la infancia, permitiendo que los niños afectados tengan la oportunidad de llevar vidas más saludables y productivas.
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