No será por igual entre hombres y mujeres: ¿Cuándo los chilenos darán por terminada la pandemia?
Un estudio realizado por la Universidad Adolfo Ibáñez analiza el tiempo en calidad de vida perdido por la pandemia y cuánto costará recuperarlo, destacando que a las mujeres les significaría casi el doble de tiempo con respecto a los hombres, así como también la existencia de diferencias entre jóvenes y adultos mayores.
¿Te acuerdas de cómo era todo antes? La calidad de vida y el bienestar de todos fueron afectados por el confinamiento que provocó que prácticamente el mundo entero se resguardara del Covid-19. Tanto fue así, que luego de 40 meses desde el primer infectado por coronavirus, la percepción sobre calidad de vida perdida en estos años aún no se recupera. ¿Cuándo podremos sentir que dejamos atrás la pandemia? Un estudio chileno dice tener la respuesta.
Para evitar la propagación del Covid-19, muchos países recurrieron a fuertes intervenciones no farmacológicas, como restricciones de movimiento, confinamientos y cuarentenas. Si bien son esenciales para manejar la pandemia, los efectos de estas políticas en la calidad de vida de las personas han recibido poca atención.
Es por eso que economistas de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez, en conjunto con médicos del programa de Salud Pública de la Pontificia Universidad Católica de Chile, estimaron cuánto fue la calidad de vida perdida, y al mismo tiempo cuánto se requiere pare recuperar ese estándar prepandémico.
Usando datos obtenidos de una encuesta a más de 1.500 personas, los investigadores pudieron evidenciar sobre los impactos de estas intervenciones en los años de vida ajustados por calidad (AVAC o QALY por sus siglas en inglés) durante la pandemia y después de que se levantaron la mayoría de las restricciones. Es decir, cuánto se pierde o gana en años de calidad de vida si se tuvo una intervención.
“Este tipo de estudios se emplean usualmente cuando una persona cambia algún tipo de tratamiento, como por ejemplo diálisis versus trasplante, y se evalúa cómo se modifica la calidad de vida en las personas”, contextualiza el economista e investigador de este estudio, Rodrigo Harrison.
Según cuenta, “este mismo ejercicio lo realizamos para evaluar los efectos del encierro y la pandemia, principalmente. Por ejemplo, la gente en promedio reporta que es 0,95 el índice de calidad de vida, considerando 1 como el 100% de calidad plena. Eso en general, es un promedio en Sudamérica y a nivel global”.
La pregunta era, entonces, saber si ese número bajó o subió durante el confinamiento. Para eso se hizo una encuesta con metodología estándar, y resultó de 0,87 en el índice AVAC. “Hubo una baja notoria en la calidad de vida de las personas durante la pandemia, y se evaluó durante tres momento específicos: al principio, en el peak de la pandemia y después de la flexibilización de medidas”, explica el investigador de la Universidad Adolfo Ibáñez.
Pero, al mismo tiempo, surgió la necesidad de saber a través de este mismo método cuánto tiempo tomaría volver a la normalidad, al estado de bienestar similar al que había en los años previos a la llegada del SARS-CoV-2. Meses después de que se levantaron las restricciones, la recuperación ha sido solo parcial.
¿Cuándo los chilenos darán por terminada la pandemia?
De acuerdo al estudio, en promedio se espera que los niveles de calidad de vida regresen a la normalidad para enero de 2024, 46 meses después del primer caso de Covid-19 en Chile. Eso sí, la recuperación del bienestar no es igual para todos. La investigación arrojó notorias diferencias al comparar el género y la edad de la población.
Como remarca el estudio, los hombres habrán perdido 0,15 (1,8 meses), mientras que las mujeres 0,28 (3,4 meses) debido a las restricciones. Es decir, que según el estudio a las mujeres les costaría casi el doble de tiempo recuperar la calidad de vida prepandemia con respecto a los hombres. “Parece ser que en otras intervenciones en salud, las mujeres se afectan más que los hombres. Es un resultado interesante que se dio acá, pero no es raro encontrarlo también en otros contextos”, añade Harrison al respecto.
Al mismo tiempo, se encontró que mientras los más jóvenes recuperan su calidad de vida antes del mes 40 desde el inicio de la pandemia, los adultos mayores continúan presentando una disminución en la calidad de vida. Incluso, muestran un índice de calidad de vida peor a los meses más dramáticos del confinamiento.
“Eso se puede explicar porque, en términos médicos, la mayoría tiene mayores posibilidades de enfermarse y durante la pandemia no pudieron hacerse diagnósticos. Entonces, recién están atendiendo su salud, pero de un diagnóstico postergado”, postula el investigador.
Se consideraron, además, factores socioeconómicos que pudieron influir en la calidad de vida perdida durante la pandemia. “Teníamos ciertas hipótesis, que iba a depender un poco de la comuna por temas socioeconómicos, pero en realidad vimos que fue tanto así. Tiene que ver más con el género, con la edad, con las fuentes de inequidad tradicionales. La percepción tiene que ver con la carga que conlleva estar encerrado”, manifiesta.
Eso sí, el estudio concluyó que no existen diferencias significativas en pérdida de la calidad de vida entre quienes tuvieron Covid-19 y quienes no. Tampoco fue significativo el cambio de la percepción de vida en quienes tuvieron algún familiar que murió a causa del encierro.
“Ahora nos estamos preguntando si es que la proyección de la recuperación que estamos pronosticando es la correcta o si se va a demorar aún más. Si pasa lo segundo, esperamos realizar otro estudio a finales del próximo año para saber si se alcanzó la calidad de vida prepandemia”, proyecta Harrison. Junto a eso, también esperan continuar este estudio para evaluar aspectos relacionados a la salud mental, entre otras cosas.
Según lo que concluyeron de este estudio, el Covid-19 tuvo peores efectos sobre la calidad de vida de lo que se pensaba con anterioridad. Los esfuerzos para mejorar la calidad de vida y acelerar su recuperación pueden tener grandes consecuencias positivas para la población en ésta y en las próximas pandemias.
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