No solo la próstata: ¿Qué otros tipos de cáncer provoca la fructosa?

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Vaso con cubos de hielo y gaseosa. Foto: Pixabay

Existen una serie de enfermedades, que no solo afectan a hombres, asociadas a su consumo en exceso.


En Chile, la mortalidad por cáncer aumentó en 109% entre los años 1986 a 2016, según datos del Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (AIRC, su sigla en inglés), de la OMS, y en 2021 el cáncer se convirtió en la primera causa de muerte en el país.

Un estudio, desarrollado por Carolina Echeverría, doctora en Biomedicina de la U. de los Andes, investigadora chilena, en el que se descubrió la relación entre fructosa de alimentos procesados y desarrollo y agresividad del cáncer de próstata.

Enfermedad que representa la segunda causa de muerte por cáncer en hombres en Chile, luego del cáncer de estómago. El 90% de los casos se diagnostica en hombres mayores de 65 años.

El análisis, mostró que el consumo frecuente y en altas cantidades de fructosa procesada estimula la proliferación y agresividad en modelos in vitro e in vivo de cáncer de próstata, y generar que alguien que tiene posibilidad de generar cáncer lo haga más rápido o que simplemente el consumo en exceso le produzca la enfermedad.

Sin embargo, la relación fructosa-cáncer no se produce sólo con la próstata, y en la actualidad existen diferentes estudios que muestran la relación de desarrollar otros tipos de cáncer.

¿Otros tipo de cáncer?

En los últimos 5 años, explica Echeverría, también ha existido un exponencial interés por estudiar esta azúcar (fructosa) debido a la taza de consumo de diferentes alimentos y bebidas que se encuentran enriquecidas por esta hexosa.

A nivel in vivo e in vitro se ha demostrado que la fructosa puede estimular el crecimiento no solamente en cáncer de próstata, sino también:

Cáncer colorrectal

El cáncer colorrectal (CCR) o cáncer de colon es la tercera enfermedad maligna más frecuente y representa el 10% de los cánceres diagnosticados en el mundo. Los casos tempranos pueden comenzar como pólipos no cancerosos, que no suelen tener síntomas, pero que pueden ser detectados mediante chequeos y así prevenir la aparición de la enfermedad.

Un estudio publicado en el año 2019 en la revista Science, descubrió la relación entre el consumo diario de fructosa y cáncer colorrectal.

El 80% de los casos de CCR se genera por la deleción (tipo anomalía estructural cromosómica) del gen APC y/o activación del gen como KRAS. “Dicho esto, lo que hemos observado es la generación de un mayor número de adenomas en ratones que presentan deleción de APC bajo un estímulo de fructosa diaria (jarabe de maíz enriquecido con fructosa)” explica Echeverría.

En estos momentos, la doctora en Biomedicina, junto a su equipo en el laboratorio del Dr. Marcus Goncalves, Universidad de Cornell, Nueva York, se encuentran descifrando cuál sería el mecanismo molecular detrás de todo este efecto descrito.

“Estudiar a este nivel nos ayuda a seguir investigando con el desarrollo de potenciales herramientas para tratar, detener o diagnosticar a tiempo esta enfermedad” añade la investigadora.

Estilo de vida y cáncer de próstata

La incidencia de cánceres de aparición temprana, incluidos los de mama, colon, esófago, riñón, hígado y páncreas, ha aumentado drásticamente en todo el mundo en los últimos 30 años.

Según un estudio de Harvard, los científicos vincularon este aumento con los cambios en el “exposoma” de la vida temprana, que abarca la dieta, el estilo de vida, el peso, las exposiciones ambientales y la flora intestinal de un individuo.

Otra investigación relacionada al cáncer de próstata muestra que su prevención esta asociado con el cambio de estilo de vida, lo que “sin duda se relaciona con el tipo de alimentación” comenta Echeverría.

Por ejemplo, las estimaciones sugieren que hasta un tercio de los canceres más comunes (próstata, pulmón, colorrectal, páncreas) se pueden prevenir, en parte, a través de la modificación de la dieta. “Estas asociaciones han sido establecidas utilizando estudios de cohortes observacionales basados en poblaciones a gran escala” añade la especialista.

¿Qué es la fructosa?

Es un tipo de azúcar, que normalmente se encuentra en frutas, vegetales y en la miel, por ejemplo, “digamos que es prima hermana de la glucosa” explica Echeverría.

El azúcar común (sacarosa) que se consume día a día es la unión de una molécula de glucosa, con una molécula de fructuosa.

“Es una molécula que se encuentra en las frutas y en bajas cantidades no hace daño” señala la investigadora. Por eso las personas pueden consumir frutas porque además de tener fructuosa está mezclado con otras cosas: nutrientes, minerales, fibra, etc.

Lo que le aporta al cuerpo es la energía, igual que la glucosa, la única diferencia es que químicamente son diferentes y son degradas metabólicamente de forma diferente.

¿Dónde encontramos la fructosa?

Este tipo de fructosa se puede encontrar en dulces, durazno, piña o porotos en conserva, jugos artificiales, helados con colores artificiales, y bebidas gaseosas, entre otros.

El problema radica cuando una persona empieza a consumir productos que presentan altas concentraciones de fructuosa, es decir, “alimentos que se encuentran ultramente procesados. Por ejemplo, las bebidas azucaradas, o los jugos de fruta que vienen ya listos para tomar, o también se encuentra en todos los alimentos enlatados” cuenta Echeverría.

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Imagen referencial.

¿Dejar de consumirla para prevenir?

“Eso es lo que están investigando mucho es, qué tan beneficiosos sería acompañar al paciente que tiene cáncer, que está bajo tratamiento de quimioterapia, tener una dieta balanceada específica para esa persona” explica la doctora en Biomedicina.

Sin embargo, todavía no se ha estudiado muy bien cuál sería el efecto de la eliminación de la fructuosa en la dieta, “pero tendría mucho sentido que disminuir totalmente el consumo de alimentos procesados y específicamente las bebidas para prevenir, porque además de prevenir, uno está evadiendo todo lo que viene a ser el desarrollo de la diabetes”.

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