Nueva evidencia científica muestra que el Tiranosaurio rex era en realidad bastante cobarde

FILE PHOTO: Visitors look at a 67 million year-old skeleton of a Tyrannosaurus Rex dinosaur, named Trix, during the first day of the exhibition "A T-Rex in Paris" at the  French National Museum of Natural History in Paris
Fósil de un Tiranosaurio rex en el Museo de Historia Natural de Francia. Foto: Reuters

Una nueva serie explica cómo la temible reputación del icónico dinosaurio se ha ido desmoronando debido a nueva evidencia científica.


Los tiranosáuridos, la familia de dinosaurios que incluye al Tiranosaurio rex, se conocen en América del Norte y Asia desde hace más de un siglo, pero muchos detalles de su historia evolutiva siguen sin estar claros.

Muchas de las características de este icónico dinosaurio proviene de Hollywood, que lo ha disfrazado de un temible depredador, cimentado también en muchos estudios científicos.

Uno de los ellos es de la Universidad de Maryland, publicado en la revista Canadian Journal of Earth Sciences, estudio que aumentó aún más su temible reputación: “Los depredadores de tamaño medio prácticamente desaparecieron cuando el Tiranosaurio rex y sus parientes cercanos alcanzaron el dominio”.

En algunas zonas de la Tierra, principalmente el centro de Asia y el oeste de América del Norte, los tiranosaurios juveniles se encargaron de llenar el nicho ecológico que antes ocupaban otros carnívoros, afirmó el estudio.

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Fósil de un Tiranosaurio rex en un museo de Zurich, Suiza. Foto: Reuters

La nueva evidencia científica que muestra que el Tiranosaurio rex era bastante cobarde

Pero nueva evidencia científica está refutando su sanginaria hoja de vida. Pese a que los paleontólogos coinciden en que se trata de un gran dinosaurio, hay varias características que le quitan un poco de ferocidad a su historia. Por ejemplo, sus dientes no son los de las dagas gigantes de la bestia de Jurassic Park. En realidad, se ve bastante pequeño y, curiosamente, tiene labios.

Según un estudio publicado en Science, un equipo de paleontólogos de varias instituciones postula que los dinosaurios carnívoros como el T. rex y el Allosaurus tenían labios carnosos que cubrían sus dientes, como los lagartos actuales. La hipótesis altera tanto la imagen pública de los dinosaurios como la forma en que los paleontólogos estudian las formas de alimentación de estos terribles lagartos.

De hecho, los paleontólogos han descubierto nuevas especies que eclipsan al popular dinosaurio. Hace poco descubrieron los fósiles de una extraña criatura, que definieron como la mezcla de un pájaro cálao con lémur. Lo baurizaron Quetzalcoatlus, un pterosaurio gigante, otro temible depredador del Jurásico, que con seis metros de altura (el tamaño de una jirafa), es un poco más grande que el T. rex.

Esta bestia podría sacarle los ojos al T. rex con su pico de casi 2 m de largo. En un sorprendente giro de los acontecimientos, el icónico Tyrannosaurus rex , cuyo nombre proviene literalmente de la palabra griega para ‘gobernante absoluto’, retrocede.

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Ilustración de cómo habría lucido un Quetzalcoatlus.

Estas conclusiones son expuestas por el paleontólogo Darren Naish en la segunda temporada de Prehistoric Planet, una serie de Apple TV+.

En entrevista con el portal Science Focus, Naish, el principal consultor de paleontología de la serie, entregó detalles del T. Rex y de la serie. “Todos, por supuesto, siempre piensan en Tyrannosaurus rex como el depredador definitivo: una máquina de matar imparable que simplemente muerde otras cosas por la mitad”, dijo.

“Pero ningún depredador se comporta de esa manera. Cada depredador hace cosas para minimizar el riesgo de lesiones y muerte para sí mismo.

“Hay casos en los que serán muy conservadores en su comportamiento, casi cobardes. Porque simplemente no vale la pena ser apuñalado en el ojo”.

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