Aunque niñas y niños poseen las mismas capacidades de aprendizaje, desde la educación temprana se refuerzan diferencias culturales que les impiden aprender en igualdad de condiciones, dando así origen a las brechas de género en ciencia y tecnología: cifras de la UNESCO señalan que solo un 32% de la participación en ciencia y tecnología en Chile es desarrollada por mujeres.
Al llegar a la universidad, carreras como Física, Astronomía, Matemáticas y Estadística son las que presentan una mayor brecha de género en la matrícula de pregrado: en algunas de ellas, la diferencia llega a ser de 20% de mujeres versus 80% a favor de los hombres. Por esta razón la Pontificia Universidad Católica implementó el “Cupo para mujeres en ciencias”, una nueva vía de admisión para el proceso 2022 que permitirá acceder a estas carreras a estudiantes que en una primera instancia hayan quedado en lista de espera.
La iniciativa forma parte del Proyecto Ciencia 2030 UC, impulsado por CORFO, que busca ampliar el impacto de las facultades de ciencias en la sociedad, fomentando la innovación de base científico-tecnológica desde las carreras de pregrado. Uno de los ejes principales del proyecto apunta a fortalecer el liderazgo femenino en ciencias, considerado a nivel internacional como clave para potenciar un mayor impacto en el ámbito científico tecnológico.
Cuatro son las carreras del área que dispondrán vacantes para esta nueva vía y todas requieren de un puntaje mínimo en la Prueba de Transición de Matemática para acceder: Licenciaturas en Física y Astronomía 650 puntos, Licenciatura en Estadística 680 y Licenciatura Matemáticas 690 puntos. También es requisito realizar las postulaciones vía DEMRE y haberlo hecho en primera preferencia para las mencionadas carreras. Cada carrera ofrece un total de cuatro vacantes por esta vía, a las que podrán acceder las estudiantes que, habiendo postulado a ellas en primera opción, estén en lista de espera.
Todos los talentos cuentan
María Isabel Cortez, académica de la Facultad de Matemáticas, y directora del eje de “Liderazgo femenino y equidad de género” del nuevo plan de acción para las carreras en ciencias básicas Ciencia 2030 UC, explica que “diferentes miradas y experiencias permiten reconocer problemáticas que de otra forma permanecen desatendidas. El desarrollo de la ciencia se enriquece cuando incorporamos diversidad”, explica.
La evidencia internacional confirma las ventajas de la equidad de género en ciencias. El informe Cracking the code: girls’ and women’s education in science, technology, engineering and mathematics (STEM, por sus siglas en inglés ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), presentado por UNESCO en 2019, señala que la incorporación de la mujer en estos ámbitos “promueve la excelencia científica e impulsa la calidad de los resultados de STEM, puesto que distintas perspectivas agregan creatividad, reducen sesgos potenciales y promueven soluciones más sólidas (...) dejar fuera a las mujeres es una pérdida para todos”, señala la publicación.
Diversas iniciativas se han implementado desde la Universidad Católica para favorecer una mayor equidad de género en STEM. Destaca especialmente la reciente decisión de que todos los títulos profesionales de pregrado y postgrado otorgados –como licenciaturas, doctorados y diplomados– tengan distinción de género entre masculino y femenino, una medida que también será retroactiva.
A esta iniciativa se suma el trabajo del Anillo de Matemáticas y Género, que busca comprender y analizar el campo de las mujeres en matemáticas en Chile, con miras a romper la brecha que acá se presenta. En la prueba PISA 2015 de matemáticas, por ejemplo, aplicada a estudiantes de 15 años en 72 países, el resultado de Chile, a pesar de haber disminuido de 15 a 19 puntos entre el 2012 y 2015, aún presenta una brecha de género de 10 puntos mayor a la brecha promedio de los países OCDE, posicionándose como la quinta mayor brecha de este ámbito del total de países participantes (OCDE, 2016).
Estas brechas persisten en los resultados de la prueba de ingreso a la educación superior, lo que sumado a estereotipos que las niñas y mujeres enfrentan durante su formación, impactan en sus elecciones vocacionales. Investigaciones OCDE y UNESCO señalan que las niñas ven afectada su autoconfianza y tienen la percepción de no ser suficientemente competentes para seguir estudios profesionales o técnicas de STEM, lo que tiene como consecuencia que se abstengan de elegir esas carrera STEM.
María Isabel Cortez concluye que la creación del Cupo para mujeres en ciencias representa una política concreta, que tiene como objetivo abordar el problema de la poca participación femenina en carreras del ámbito de la física y la matemática. “Esta iniciativa no resuelve por sí sola el problema de la inequidad de género en ciencias, problema complejo que presenta muchas dimensiones, pero sí es un paso necesario que va en esa dirección”.