Nuevas vacunas ad portas: las investigaciones y desarrollos contra coronavirus que buscan ser aprobadas
Se necesitan más vacunas para controlar la actual pandemia de Covid-19. En el mundo más de 200 prototipos de vacunas están haciendo sus pruebas. Estas son las que están más cerca de ser autorizadas.
Según los registros de la Organización Mundial de la Salud, a la fecha 82 investigaciones ya están en estudios clínicos, probando en seres humanos, nuevos prototipos de vacuna.
A ellas se suman otras 182 investigaciones que están en etapa de estudio pre clínicos probando sus moléculas ensayos de laboratorio y modelos animales.
Todas estas investigaciones tiene un solo fin: conseguir nuevas vacunas que sean capaces de proteger a la población del virus Sars-CoV-2, causante de la pandemia de Covid-19 que estamos viviendo desde hace un año.
Ante lo apremiante de la actual situación sanitaria y la urgencia de contar con vacunas, son siete las vacunas que están siendo ya utilizadas en el mundo y con las que se está inoculando a la población en los diferentes países. Las vacunas de la farmacéutica Pfizer BioNtech, Moderna y Janssen (laboratorio Johnson & Johnson), que fueron aprobadas de emergencia en Estados Unidos (las dos primeras, también en Europa); la vacuna de Oxford Astrazeneca (en Europa y otros países) y las vacunas de las farmacéuticas de Sinovac Biotech (Coronavac), Sinopharm y CanSino que están más enfocadas a la fuera de Estados Unidos y Europa (población asiática, árabe, india). Y la vacuna rusa Sputnik V del Instituto Gamaleya.
De todas estas vacunas, tres ya han sido aprobadas en Chile y a la fecha, ya son casi 5 millones de personas vacunadas.
Lamentablemente, las que ya se están produciendo, no darán abasto para toda la población mundial que las necesita. No hay que olvidar que lo más probable es que incluso necesitemos vacunas anuales, igual que las vacunas de influenza.
Más avanzadas
La mayoría de las vacunas que se están desarrollando están basadas en tres tipos de mecanismos clasics: vacunas con virus inactivados o debilitados (virus que no causan enfermedad pero sí inmunidad); vacunas a base de proteínas que utilizan fragmentos inofensivos de proteínas o capas proteicas que imitan al virus y que por esa vía generan respuesta inmunitaria; y vacunas de vectores virales, que utilizan un virus seguro que no puede causar enfermedades pero que llevan consigo información genética del Sars-CoV-2 para que el organismo genere una respuesta inmune contra el virus causante de Covid.
Otras, como las vacunas de ARN y ADN, tienen un “enfoque de vanguardia” según la OMS y es que utiliza ARN o ADN genéticamente modificado para generar una proteína que, por sí misma, provoca una respuesta inmune de manera segura (es el caso de la vacuna de Pfizer y Moderna que utilizan una tecnología llamada ARN mensajero).
Carlos Pérez, infectólogo Clínica Universidad de los Andes y decano Facultad de Medicina y Ciencia de la Universidad San Sebastián señala que ya están aprobadas vacunas que tienen ácidos nucleicos (ARN como Pfizer y Moderna), vacunas con vector adenovirus y que contiene genes del Sars-CoV-2 que codifican la proteína S (Oxford Astrazeneca, CanSino, Johnson & Johnson) y también vacunas de virus inactivado (Sinopharm y Sinovac) y otras en desarrollo con estas mismas plataforma y otras con subunidades del virus e incluso con virus vivo atenuado pero que están en fases muy anteriores. “Contamos con un arsenal bastante importante y vienen otras en el futuro”, declara el especialista.
Una de las vacunas que está cerca de la aprobación por parte de la Agencia de Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), es Novavax, desarrollada por una asociación de farmacéutica estadounidense y australiana. Se trata de una vacuna de dos dosis basada en una subunidad de proteínas que expresan la proteína Spike o S del virus que es la proteína con la que se une el virus a las células.
Novavax utiliza en su vacuna candidata contra el coronavirus tercera generación de potenciadores de vacunas, llamada Matrix-M, que también contiene saponina extraídas de la corteza del quillay. Hoy, esta vacuna está a la espera de su aprobación de emergencia por parte de la FDA y ha demostrado ser útil en las últimas mutaciones del virus.
La vacuna de la la biofarmacéutica alemana Curevac, es otra candidata promisoria. Bautizada como CVnCoV es una vacuna basada en ARNm que codifica una proteína del virus SARS-CoV-2. En los estudios clínicos, realizados principalmente en Alemania, ha demostrado activar sus células inmunes para producir anticuerpos y células T contra ella (inmunidad innata y adaptativa).
Esta compañía, ya ha anunciado que su objetivo es contar con 300 millones de dosis en 2021 y 600 millones adicionales para el próximo. Para ello, ha estado trabajando en la ampliación de su capacidad industrial en Tubingen (Alemania) y está buscando socios para crear una red europea de fabricantes en países como Alemania, Francia, Países Bajos Bélgica, España y Austria.
En China, otra candidata de vacuna está en la última etapa de estudios. La vacuna que desarrolla Anhui Zhifei Longcom Biopharmaceutical junto al Instituto de Microbiología y la Academia de China de Ciencias, es una vacuna de proteína recombinante que usa una parte específica del virus (S o Spike) para lograr una respuesta inmune protectora. En sus últimas etapas de pruebas en seres humanos se está probando con dos y tres dosis.
En Japón, se desarrollan al menos dos prototipos de vacuna de la mano de una sociedad de Anges, Takara Bio y la Universidad de Osaka. Conocidas como AG0301 y AG0302 estas candidatas de vacunas están basadas en ADN que codifica antígenos del SARS-CoV-2 y están iniciando la etapa 3.
La farmacéutica Sanofi, tiene dos desarrollos en esta carrera, uno con tecnología de ARN mensajero (junto con Translate Bio) y la otra de proteínas recombinantes (en sociedad con GSK).
La farmacéutica estadounidense Inovio también está apostando por vacunas contra Covid a través de la tecnología de ADN y para eso se ha asociado con varias otros centros de investigación. En noviembre del año pasado, inició estudios Fase 2 y 3 con el Departamento de Defensa de Estados Unidos.
¿Por qué se necesitan más vacunas?
Alexis Kalergis, académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile y director del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII) y director de uno de los estudios clínicos que se desarrolla en el país (Sinovac), señala que es muy importante continuar realizando investigación científica sobre las vacunas actuales y nuevas vacunas contra el SARS-CoV-2 y para ellos existen al menos cuatro razones.
Así menciona en primera lugar, que se debe “mejorar las formulaciones actuales en base a los resultados de seguridad, inmunogenicidad, eficacia y efectividad obtenidos” y “modificar las formulaciones actuales para incluir los antígenos correspondientes a las nuevas variantes de SARS-CoV-2, con el objetivo de potenciar la respuesta inmune neutralizante de las variantes.
Contar con vacunas que puedan ser aplicables a niños es otra de las razones para seguir investigando, dice Kalergis. “Hemos observado que el SARS-CoV-2 puede afectar también a los niños y niñas”, por lo que se requieren vacunas específicas para este grupo.
Por último, menciona el académico UC, la escases de vacunas sugiere que el diversificar las plataformas o el tipo de formulaciones puede aumentar la disponibilidad y acceso de vacunas para la población.
Para el infectólogo, Carlos Pérez, es clave contar con más vacunas. “Es muy importante disponer del mayor número posible de alternativas de vacunas contra Covid-19 porque hay una serie de preguntas que aún no están respondidas como la duración de la inmunidad que van a conferir estas vacunas, la cobertura a todas las variantes de los virus, la seguridad y eficacia en diferentes poblaciones”, indica.
“Es importante recalcar que la colaboración científica ha sido clave para lograr soluciones para la pandemia. La ciencia que hemos desarrollado en Chile por varios años en el desarrollo de vacunas, nos ha permitido establecer colaboraciones con múltiples equipos científicos expertos en vacunas en varios países del mundo. Estas colaboraciones científicas han permitido acercarnos a desarrolladores de vacunas para COVID19, a fin de poder acceder a éstas desde Chile y lograr suficientes dosis de vacunas por medio de la colaboración internacional. Debemos seguir en esa senda, dado que es muy importante establecer colaboraciones formales y promover que exista un desarrollo simultáneo de una alta cantidad de iniciativas de vacuna”, indica Kalergis.
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