La forma de medir la obesidad está cambiando. Recién hoy, con el empleo de técnicas imagenológicas y el desarrollo de software en composición corporal, podemos medir y ubicar exactamente la grasa corporal del cuerpo humano, que es el tejido que se encuentra aumentado en los pacientes obesos.
Dependiendo de su cantidad y fundamentalmente, de su localización hemos podido clasificar a los pacientes de una manera diferente: pacientes con obesidad androide, obesidad ginoide, obesos metabólicamente sanos, delgados metabólicamente obesos, y pacientes con obesidad sarcopénica.
Cada forma de obesidad tiene sus peculiaridades y su enfrentamiento diagnóstico diferente, cambiando conceptualmente hasta el porcentaje de grasa corporal que se considera obesidad.
Así por ejemplo, se considera que una persona está entre los rangos normales si es hombre y tiene hasta 20% de grasa en su cuerpo, lo que aumenta a 30% en las mujeres. Una persona está excedida en grasa si su porcentaje se ubica entre 21 y 25% si es hombre y entre 31 y 33% si es mujer. Es obeso si en el caso de los hombres tiene 25% y más de grasa y 33% y más, en las mujeres.
Dada esta nueva concepción, claramente podemos decir que la obesidad no se relaciona directamente con el peso corporal, sino con solo un componente de su composición corporal y que es la masa grasa.
La causa de la obesidad no es solo el exceso de alimentos. Existen categorías sobre la procedencia de los alimentos que ingerimos y que tienen incidencia en la cantidad y la calidad de nutrientes y por sobre todo un orden desde los menos nocivos y equilibrados hasta aquellos alimentos que causan dependencia. Es por ello que los alimentos orgánicos están dentro de los menos nocivos a la salud y los ultraprocesados, son los que producen mayor adicción por sus contenidos en azúcar, sal y/o grasas como algunos tipos de galletas, pizza, papas fritas en tarro o bolsas, chocolate y un largo etcétera. Estos últimos colaboran directamente con el exceso de consumo de energía, para nuestras necesidades, pero no son la única causa de obesidad.
Hoy las dietas no son parte de las indicaciones médicas. ¿La razón? Las dietas logran el objetivo de disminuir el peso corporal, unas más rápido que otras, con mayor o menor riesgo para la salud, pero al año de mantenerlas, todas llegan a recuperar gran parte del peso perdido. Más que una dieta, se necesitan incorporar nuevos hábitos de vida.