Ojos casi cuadrados; gruesas crestas de las cejas, una boca ancha y dientes de gran tamaño: el Hombre Dragón podría ser nuestro pariente más cercano
Nuevos estudios afirman que el cráneo de un homínido encontrado en 1930 en China pueden en rigor ser el eslabón más próximo a los Homo sápiens, incluso más que los neandertales.
El cráneo fósil de Harbin, el mayor de Homo conocido, conservado en un museo de China, ha sido calificado en un nuevo estudio como representante de una nueva especie humana, bautizada “Hombre Dragón”.
Los hallazgos, que aparecen en tres artículos publicados el 25 de junio en la revista The Innovation, sugieren que el linaje de esta especie, también denominada Homo longi, puede hacerle nuestro pariente más cercano, y tiene el potencial de remodelar nuestra comprensión de la evolución humana.
“El fósil de Harbin es uno de los fósiles craneales humanos más completos del mundo -afirma el autor Qiang Ji, profesor de paleontología de la Universidad Hebei GEO-. Este fósil conserva muchos detalles morfológicos que son fundamentales para entender la evolución del género Homo y el origen del Homo sapiens”.
Al parecer, el cráneo fue descubierto en la década de 1930 en la ciudad de Harbin, en la provincia china de Heilongjiang. El enorme cráneo podía albergar un cerebro de tamaño comparable al de los humanos modernos, pero tenía unas cuencas oculares más grandes y casi cuadradas, gruesas crestas de las cejas, una boca ancha y dientes de gran tamaño. “El cráneo de Harbin presenta una combinación de características primitivas y derivadas que lo distinguen de las demás especies de Homo anteriormente nombradas”, señala Ji, lo que ha llevado a la designación de Homo longi como nueva especie.
Los científicos creen que el cráneo procede de un individuo masculino, de unos 50 años de edad, que vivía en un entorno boscoso y de llanura aluvial como parte de una pequeña comunidad. “Al igual que el ‘Homo sapiens’, cazaban mamíferos y aves, y recolectaban frutas y verduras, y quizás incluso pescaban”, señala el autor Xijun Ni, profesor de primatología y paleoantropología de la Academia China de Ciencias y la Universidad Hebei GEO.
Teniendo en cuenta que el individuo de Harbin era probablemente de gran tamaño, así como el lugar donde se encontró el cráneo, los investigadores sugieren que el H. longi podría estar adaptado a entornos difíciles, lo que le permitió dispersarse por toda Asia.
Mediante una serie de análisis geoquímicos, Ji, Ni y su equipo dataron el fósil de Harbin en al menos 146.000 años, situándolo en el Pleistoceno Medio, una época dinámica de migración de especies humanas. Su hipótesis es que H. longi y H. sapiens podrían haberse encontrado durante esta época.
“Vemos múltiples linajes evolutivos de especies y poblaciones de Homo coexistiendo en Asia, África y Europa durante esa época. Así que, si el Homo sapiens llegó efectivamente a Asia oriental tan pronto, pudo tener la oportunidad de interactuar con el H. longi, y como no sabemos cuándo desapareció el grupo de Harbin, también pudo haber encuentros posteriores”, dice el autor Chris Stringer, paleoantropólogo del Museo de Historia Natural de Londres.
Mirando más atrás en el tiempo, los investigadores también descubren que el Homo longi es uno de nuestros parientes homínidos más cercanos, incluso más emparentado con nosotros que los neandertales. “Está muy extendida la creencia de que el neandertal pertenece a un linaje extinto que es el pariente más cercano de nuestra propia especie. Sin embargo, nuestro descubrimiento sugiere que el nuevo linaje que hemos identificado y que incluye al Homo longi es el verdadero grupo hermano del ‘H. sapiens’”, afirma Ni.
Su reconstrucción del árbol de la vida humana también sugiere que el ancestro común que compartimos con los neandertales existió incluso más atrás en el tiempo. “El tiempo de divergencia entre el ‘H. sapiens’ y los neandertales puede ser aún más profundo en la historia evolutiva de lo que generalmente se cree, más de un millón de años -dice Ni-. De ser cierto, es probable que hayamos divergido de los neandertales unos 400.000 años antes de lo que los científicos pensaban”.
Los investigadores afirman que los hallazgos recogidos en el cráneo de Harbin tienen el potencial de reescribir elementos importantes de la evolución humana. Su análisis de la historia de la vida del Homo longi sugiere que eran humanos fuertes y robustos cuyas posibles interacciones con el Homo sapiens podrían haber moldeado a su vez nuestra historia.
“En conjunto, el cráneo de Harbin nos proporciona más pruebas para entender la diversidad de los Homo y las relaciones evolutivas entre estas diversas especies y poblaciones de Homo -resalta Ni-. Hemos encontrado nuestro linaje hermano perdido hace tiempo”.
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