En noviembre, apenas un pocos días del hallazgo de una nueva variante en el sur de África, luego bautizada Ómicron, los científicos alertaron que la cepa tenía tres variedades genéticamente distintas: a la primera la bautizaron BA.1, porque al principio era unas 1.000 veces más frecuente que la segunda, a la que consecutivamente nombraron BA.2. La tercera era extremadamente extraña.
Pronto BA.1 desplazó a Delta y se transformó en la variante dominante del mundo, mientras BA.2 parecía deplazarse a un segundo plano. Pero hoy, la subvariante se está transformando en la predominante, desplazando a la primera.
Una investigación preliminar sobre esta subvariante establece que BA.2 tiene 28 mutaciones distintas de BA.1, además de revelar que es entre 1,5 y 4,2 veces más contagiosa que BA.1 y Delta. Los investigadores proyectaron que Ómicron BA.2, también denominada Ómicron 2 o sigilosa, por su capacidad de evadir los test de detección, está en camino para convertirse en la variante dominante del mundo.
Según datos de Outbreak, hasta ahora BA.2 ha sido detectada en 85 países alrededor del mundo, entre los cuales se encuentran India, Sudáfrica, Polonia, Nueva Zelanda, Irlanda, Estados Unidos, Canadá, Australia, Brasil e, incluso, nuestro país.
Dominancia de Ómicron 2
Ómicron sigue siendo la variante dominante en gran cantidad de los países, pero en otros lugares su desplazamiento ya se produjo.
El 10 de febrero, John Nkengasong, director de los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), anunció que BA.2 se había vuelto la variante predominante en Sudáfrica, además de ser detectada en muchos otros países africanos.
Una semana antes, se informó que un 69% de los nuevos casos en Dinamarca correspondieron a la subvariante. Este país había levantado todas sus medidas y restricciones en contra del Covid-19 el primer día de febrero.
El 23 de febrero que los científicos encargados de monitorear el Covid-19 en India afirmaron que BA.2 correspondió a más 80% de las muestras positivas.
Según la Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido (UKHSA), BA.2 representa el 52% de las infecciones de Covid-19 en ese país, mientras que, el 25 de febrero, se anunció que la subvariante figuraba entre 16% y 17% de los casos en Alemania, llegando hasta el 25% en las grandes ciudades.
La cepa ya se encuentra en 52 estados de Estados Unidos, representado un 3,8% de los casos de la semana del 14 de febrero, según datos de Outbreak. Si estos casos se duplicaran nuevamente – pues hace unos días contemplaba un 2% de los casos–, “eso significa que estamos en la fase de crecimiento exponencial y es posible que estemos frente a otra ola de Covid-19 en EE.UU.”, dijo a NPR Samuel Scarpino, director gerente de vigilancia de patógenos en la Fundación Rockefeller.
Esto agregado a un contexto en que varios estados han relajado sus medidas ante el Covid-19, como el uso de mascarillas. “Existe esta amenaza al acecho de BA.2. Y tenemos que asegurarnos de que esto no va a ser un problema antes de revertir todos los mandatos, antes de decirles a todos que es seguro”, agregó Scarpino.
Situación en Chile
Según datos de vigilancia genómica del Ministerio de Salud (Minsal), la distribución de Sars-CoV-2 en muestras comunitarias de BA.2 en la cuarta semana de febrero correspondió a un 1%, considerando dos casos de esta subvariante.
¿Cómo será esta subvariante para Chile? La viróloga y profesora asociada de la Universidad de Chile, Vivian Luchsinger, afirma que es un escenario difícil de predecir, pero que esta cepa sea más transmisible podría significar un aumento de los casos. Así mismo, destaca la secuenciación de muestras, pues su número es reducido, por lo que “no sabemos realmente cual es el impacto de Ómicron 2 en Chile en este momento, podría ser mayor al que tenemos”.
“Mientras más casos hay, hay mas enfermos y aumenta el numero de fallecidos. De hecho, con Ómicron 1, que siempre se ha dicho que produce infecciones leves, se está viendo ahora que como tuvimos tantos casos, aumentaron los enfermos, los hospitalizados y fallecidos”, agrega.
El infectólogo de la Clínica Universidad de los Andes, Carlos Pérez, afirma que “lo esperable es que personas que hayan tenido ya infección por variantes BA.1 Ómicron no debieran infectarse con BA.2. Así mismo, la protección que proveen las vacunas sería similar para ambos linajes o subvariantes, por lo tanto, no se espera que ocurra una nueva ola”.
Síntomas y reinfecciones
Hasta ahora no hay una lista oficial con los síntomas de BA.2, pero algunos científicos afirmaron que es probable que presente algunos de Ómicron BA.1, informó Express. Estos síntomas podrían ser: dolores musculares leves, garganta irritada, tos seca, sudores nocturnos, cansancio extremo, diarrea, pérdida de apetito, nariz que moquea o dolor de cabeza.
Un estudio no revisado por pares sobre la reinfección con esta variante después de haber tenido BA.1, confirmó que es posible contagiarse nuevamente poco tiempo después de haber tenido Ómicron: 20 días después la infección inicial. Sin embargo, estos casos no serían comunes.
“Las reinfecciones de Ómicron BA.2 después de las infecciones iniciales de Delta o BA.1 se observaron principalmente entre individuos jóvenes menores de 30 años y la mayoría de estos casos no fueron vacunados, lo que enfatiza aún más la inmunidad mejorada”, agregó el estudio.
“Hay reinfecciones incluso en pacientes que se infectaron con Ómicron 1″, afirma Luchsinger. “Eso ya lo han reportado, así que hay posibilidades de reinfección habiéndose infectado previamente con otras variantes. Con BA.1 también ocurrió eso”.
Estos casos también serían poco frecuentes, así que “no se sabe bien si el riesgo de reinfección pueda ser muy alto o no. Probablemente no lo sea, pero si es posible la reinfección”, dijo la viróloga.
La subvariante, si bien es más infecciosa que su compañera original, no causa un cuadro clínico más severo. Así lo señaló una investigación no revisada por pares: “BA.2 puede tener una ventaja competitiva sobre BA.1 en algunos entornos, el perfil clínico de la enfermedad sigue siendo similar”.
Mientras que, otro estudio no revisado por pares analizó BA.2 con modelos de hámster, concluyendo que esta podría ser resistente a la inmunidad proporcionada por la vacuna, además de que podría esquivar tratamientos de la enfermedad. También se descubrió que podría causar un daño pulmonar más significativo.