Una publicación de la revista Nature, reveló nueva información respecto a la variante de coronavirus más contagiosa hasta la fecha: Ómicron.

La cepa de Sars-CoV-2, sigue generando sorpresa entre los investigadores que cada vez que profundizan en su estudio, descubren aspectos importantes que ayudan a entender la masividad de contagios que hoy está teniendo el mundo.

Smriti Mallapaty, autora de la nota publicada hace unos días en News feature de la revista Nature, planteó la siguiente pregunta: ¿De dónde viene Omicron? Y la intenta responder según las últimas investigaciones que se han publicado.

Según la nota, “no existe una ruta de transmisión transparente que vincule a Omicron con sus predecesores”. Esmás, señala que “Ómicron es tan diferente de las variantes anteriores, como Alpha y Delta, que los virólogos evolutivos estiman que su ancestro genético más cercano probablemente data de hace más de un año, algún tiempo después de mediados de 2020″ o como dice Darren Martin, biólogo computacional de la Universidad de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, “simplemente salió de la nada”.

Micrografía electrónica de barrido a color de una célula (marrón verdoso) gravemente infectada con partículas del virus SARS-COV-2 (rosa). Imagen capturada y coloreada en el Centro de Investigación Integrada (IRF) del NIAID en Fort Detrick, Maryland (NIH). FOTO: REUTERS

Conocer el origen de Ómicron tiene implicancias en la comprensión el riesgo futuro de nuevo surgimiento de variantes.

La nota, señala que el recientemente formado Grupo Asesor Científico para los Orígenes de Nuevos Patógenos (SAGO) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se reunió en enero para discutir los orígenes de Omicron y se espera que en los próximos días, se publique un informe, tal como lo ha informado Marietjie Venter, viróloga médica de la Universidad de Pretoria en Sudáfrica, que preside SAGO.

Mientras, existen tres teorías respecto de su origen: una es que a los científicos se les hayan pasado las mutaciones que llevaron a su origen; la segunda es que esas mutaciones se puedan haber generado en una personas que tuvo una infección crónica y de largo plazo; y la tercera, que podría haber surgido en un animal hospedero, como por ejemplo, los ratones.

Pero eso no es todo. Desde que se detectó por primera vez en Botsuana el 9 de noviembre de 2021, llamó la atención la velocidad de propagación de esta nueva variante del virus Sars-CoV-2. Solo dos semanas después, era calificada como una variante de preocupación por la OMS, destacando que esta variante de coronavirus y gracias a las 50 mutaciones que tiene, es capaz de transmitirse tan rápido como el virus del sarampión.

Si bien, la fecha de detección se registra en los primeros días de noviembre, estudios retrospectivos (muestras obtenidas con anterioridad pero que fueron secuenciadas tiempo después) encontraron que ya Ómicron ya esta circulando en Inglaterra el 1 y 3 de noviembre, y en Sudáfrica, Nigeria y los Estados Unidos el 2 de noviembre. Incluso, siguiendo las huellas que dejan las mutaciones se ha logrado establecer que su aparición es en realidad a fines de septiembre o principio de octubre.

La nota de Mallapaty también indica que en el sur de África Ómicron pudo avanzar desde una densar provincia urbana de Gauteng, entre Johannesburgo y Pretoria y desde ahí a Botswana, donde se detectó por primera vez. Es precisamente desde el aeropuerto de Johannesburgo, el aeropuerto más grande del mundo desde donde pudo haber salido al mundo.

“Otra característica curiosa de Omicron es que, desde un punto de vista genómico, consta de tres sublinajes distintos (llamados BA.1, BA.2 y BA.3) que parecen haber surgido aproximadamente al mismo tiempo, dos de los cuales han tomado apagado a nivel mundial. Eso significa que Omicron tuvo tiempo de diversificarse antes de que los científicos se dieran cuenta. Cualquier teoría sobre sus orígenes debe tener en cuenta esta característica, así como el número de mutaciones, señala Joel Wertheim, epidemiólogo molecular de la Universidad de California en San Diego”, señala la publicación.

Un pasajero camina en la sala de llegadas internacionales del O.R. Aeropuerto Tambo en Johannesburgo, Sudáfrica. FOTO AP.

Sergei Pond, biólogo evolutivo computacional de la Universidad de Temple en Filadelfia, Pensilvania, es de los que cree que una persona que haya tenido una infección crónica con el virus, permitiéndole al virus multiplicarse por semanas o meses puede ser el origen de Ómicron. Según este investigador, “las infecciones crónicas le dan al virus “la oportunidad de jugar al gato y al ratón con el sistema inmunológico”.

Para otros investigadores, que Ómicron haya surgido desde un ser humano, no es opción. Sobre todo considerando que el virus se ha esparcido entre leopardos, hienas, tiegres, hurones, hámsters, visones, aves. También animales domésticos.

La nota de Nature hace mención a un estudio que encontró que la combinación de mutaciones N501Y-Q498R permite que las variantes se unan fuertemente a ACE2 de rata y Robert Garry, virólogo de la Universidad de Tulane en Nueva Orleans, Luisiana, señala que se han observado varias otras mutaciones en Omicron en virus SARS-CoV-2 que se adaptan a roedores en experimentos de laboratorio. Esta posibilidad, es la que toma fuerza.