Tres científicos ganaron el miércoles el Nobel de Química de 2019 por el desarrollo de baterías de ion-litio, que han revolucionado el almacenamiento de energía y transformado los autos, los celulares y muchos otros dispositivos en un mundo cada vez más portátil y electrónico.
El premio fue para John B. Goodenough, de la Universidad de Texas; M. Stanley Whittingham, de la Universidad Estatal de Nueva York en Binghamton, y Akira Yoshino, de la Asahi Kasei Corporation y la Universidad de Meijo en Japón.
El premio reconoce su labor en "un mundo recargable", dijo Goran Hansson, secretario general de la Academia Sueca de las Ciencias, que decide a los ganadores.
"Las baterías de ion-litio han revolucionado nuestras vidas y se utilizan en cualquier cosa, desde celulares a laptops y vehículos eléctricos. Con su trabajo, los laureados en química de este año han sentado las bases de una sociedad sin cables, libre de combustibles fósiles", indicó el Comité del Nobel.
El desarrollo de estos dispositivos tiene su origen en la crisis del petróleo de la década de 1970, cuando Whittingham trabajaba en formas de energía libres de combustibles fósiles.
El reconocimiento conlleva un premio de 9 millones de coronas suecas (918.000 dólares) a compartir, una medalla de oro y un diploma. Los premiados de esta y otras cinco categorías lo reciben en una elegante ceremonia en Estocolmo el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de Alfred Nobel en 1896. El Nobel de la Paz se entrega el mismo día en Oslo, Noruega.
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