El 27 de septiembre de 1995, falleció Pamela Toledo, una niña de 12 años, víctima de un aneurisma cerebral. Semanas antes de su repentino deceso, la pequeña oriunda de Talca, había manifestado a sus padres que si ella moría, quería que sus órganos fueran donados. Y así se hizo.
Desde entonces, cada 27 de septiembre, es el “Día Nacional del Donante de Órganos y Tejidos del Cuerpo Humano en Chile”.
A comienzos de este año, la cantidad de trasplantes y de donantes venía al alza en el país. Era una buena noticia considerando que el año 2018 y 2019 habían estado bajos. En enero se habían realizado 48 trasplantes, el doble de los procedimientos realizados en los dos años anteriores; febrero sumaba 13 más que en el mismo mes de 2018 y 4 más que en 2019.
Pero llegó la pandemia de Sars-CoV-2 y todo cambio. Desde marzo hasta el 27 de septiembre de este año, los trasplantes han caído en un 66% y los donantes en un 58% en comparación con el mismo período del año pasado. Según las cifras del Ministerio de Salud (Minsal), entre marzo y septiembre del año pasado se registraban 111 donantes, al 27 de septiembre de este año son en total 47. Respecto de los trasplantes, las cifras muestran un descenso de 306 procedimientos el año pasado y 105 en 2020.
Actualizadas las cifras del Minsal, a este lunes se suman 5 donantes y 16 trasplantes, por lo que el total hasta este lunes 28 son 52 donantes y 121 trasplantes realizados este año, versus los 111 donantes y 306 trasplantes realizados a igual fecha el año pasado.
Hoy en total, 2.351 personas en Chile están en la lista de espera.
Erwin Buckel, jefe del Centro de Trasplantes de Clínica Las Condes, señala que al igual que en todo el planeta, ha habido una caída muy drástica en la cantidad de donantes y en la posibilidad de hacer trasplantes lo que golpeado fuertemente sobre todo a los trasplantes pulmonares. “La alta demanda de camas críticas ha determinado que las posibilidades de poner donantes potenciales en camas criticas, esté muy reducida, igual que la capacidad de hacer procedimientos de alta complejidad como son los trasplantes que requiere de pabellones prolongados y largas estadías”.
Andrés Boltansky, jefe del Centro de Trasplante de Clínica Dávila, señala que muchos centros de trasplante en Chile y el mundo tuvieron que detener los programas debido a diversas dificultades, como el gran aumento de pacientes en camas de intensivos, el desconocimiento del virus, y un mayor riesgo de mortalidad de los pacientes trasplantados contagiados por la inmunosupresión.
“Las donaciones efectivas disminuyeron. En Chile, a la fecha, ha habido 88 donantes efectivos, y en el mismo periodo del año pasado fueron 125. En las últimas semanas, lentamente, la actividad de trasplante ha resurgido con nuevas medidas de seguridad, con el objetivo de proteger a los pacientes y al equipo médico de una posible infección, y así realizar trasplantes de forma segura”, indica Boltansky.
Hay que seguir
Javier Chapochnick, médico jefe del Programa de Trasplante de Órganos Abdominales del Centro de Trasplante y Enfermedades Crónicas de Clínica Santa María, dice que han debido tomar todos los resguardos para asegurar que tanto los donantes como los receptores no estuviesen contagiados con el virus y considerar el riesgo de complicaciones con el virus debido a los inmunosupresores que tienen los pacientes trasplantados. Progresivamente, dice, han podido reactivar los trasplantes hasta lograr un funcionamiento muy cercano a la normalidad.
En todos los recintos se siguen estrictos protocolos cuando de trasplantes se trata, exámenes PCR para receptor y donante, tomografía de tórax, uso estricto de medidas de protección personal, aislamiento post cirugía y posterior al alta privilegiar consultas mediante telemedicina.
Para enfrentar los próximos meses, dice Boltansky, el foco está en la seguridad de los pacientes y el personal. Medidas como verificar la ausencia de covid-19 con PCR y scanner de tórax en cada paciente que tiene la opción de trasplantarse, que el equipo de salud utilice las medidas de protección personal y un cuidado máximo de los pacientes en cada momento, durante la cirugía y en el manejo hospitalario en aislamiento, son parte de las medidas que seguirán.
“Al alta, incorporamos telemedicina para disminuir desplazamientos y contactos, además, en la clínica se mantienen separadas las áreas de atención de pacientes Covid-19 para mayor seguridad. Todo esto ha permitido que en este periodo de pandemia mantengamos activo el programa realizando trasplantes en constante evaluación para mejoras e innovaciones, a la espera de que una vacuna nos ayude a una protección más completa”, explica el especialista de Clínica Dávila.
Chapochnick dice que tienen asumido que pasada esta etapa de pandemia entraremos en una etapa de endemia en la cual vamos a lidiar con este virus por años, por lo que los protocolos estrictos son fundamentales para realizar los trasplantes.
Una opción: donante vivo
Sebastián Soler (29 años) estaba en lista de espera para un trasplante de hígado. Pero la baja en la donación y la pandemia plantearon una opción distinta al donante cadavérico: un donante vivo.
“Por harto tiempo pensamos que iba a ser donante cadavérico, pero cuando empezó todo lo de la pandemia, el proceso se retrasó. Por lo tanto, como familia decidimos esta opción, donde yo sería la donante”, comenta Camila Soler, hermana de Sebastián.
Tras analizar la compatibilidad de los hígados de ambos, el 1 de septiembre se logró realizar el trasplante de hígado de donante vivo, pero por vía laparoscópica, lo que constituye un hito en el país y además en Latinoamérica porque es la primera vez que se realiza este procedimiento en la región.
“Este trasplante pionero en Chile, permite obtener un injerto de hígado para un adulto, donde lo que se hizo fue extraer el lóbulo derecho del donante por vía laparoscópica, lo que hace que la cirugía del donante vivo sea mejor tolerada, con mínimo trauma y con un alta mucho más precoz. De hecho, Camila al cuarto día de la cirugía fue dada de alta”, señala Buckel.
En Estados Unidos y Europa este tipo de trasplantes se realiza hace algunos años, pero en Chile es primera vez que se hace por vía laparoscópica lo que permite que el proceso de donación sea mucho menos traumático, facilita la decisión de ser donante vivo y es el mismo resultado, desde el punto de vista del receptor, indica Nicolás Jarufe, cirujano del Centro de Trasplantes de Clínica Las Condes.
En estos meses de pandemia, cuando ha habido una disminución respecto a la donación de órganos y los trasplantes, “opciones como ésta, entregan una posibilidad de vida a muchos pacientes que no pueden esperar mucho tiempo”, explica Buckel. Al ser laparoscópico permite que el paciente donante sufra un trauma quirúrgico menor y tenga un “postoperatorio más benigno”, sin la gran incisión de estas operaciones y volver a la vida normal mucho antes.