¿Cómo poder mejorar la crianza a niños y niñas en situación de discapacidad? Investigadores de Chile, junto a científicos de Estados Unidos, siguieron la conducta de padres con hijos con discapacidad intelectual, para ver si la crianza influye en su desempeño con el entorno. Este trabajo se publicó un estudio en la revista “Journal of Applied Research in Intellectual Disabilities”, el cual refleja esta interrogante sobre crianza y cuidados a niños y niñas con necesidades especiales.
Una investigación de la Universidad de los Andes con el Instituto Milenio para la Investigación del Cuidado (MICARE) determinó que en niños y niñas con discapacidad intelectual, el estilo de crianza influye en aspectos tan importantes en su vida como la autonomía y la autodeterminación.
Paulina Arango, académica de la Escuela de Psicología de la Universidad de los Andes e investigadora del Instituto MICARE, junto al apoyo de la investigadora de la Universidad de Illinois, Meghan Burke, realizaron un estudio con 83 familias chilenas que dieron información sobre la crianza de sus hijas e hijos de 4 a 18 años con discapacidad intelectual.
Los resultados mostraron que, en comparación con las mamás, los papás de niños con discapacidad intelectual ponen menos normas y límites, perciben que reciben más apoyo social en la crianza y están menos involucrados en la vida de sus hijas e hijos. En la misma línea con lo anterior, la investigación indica que niños y niñas con papás más involucrados presentaron mejores conductas adaptativas en las áreas social y práctica.
“Los papás presentes aportan mucho en la crianza. En las familias en que los papás están involucrados, igual que las mamás, los niños van a tener un mejor desarrollo probablemente porque las mamás van a tener mejor salud mental, van a tener más tiempo para hacer otras actividades y, por lo tanto, los padres van a tener más tiempo de calidad para compartir con sus hijos. Uno de los factores más importantes es trabajar y desarrollar la comunicación con los hijos”, señala Paulina Arango.
Las principales conductas adaptativas en el área social y práctica son: hacer la cama, prepararse la comida, usar el transporte público de manera independiente, administrar dinero o planear actividades con amigos. En este sentido, la académica explica que “estas habilidades las aprendemos en la práctica, entonces si a un niño nunca le exigimos que haga su cama, nunca va a aprender a hacerla”.
Asimismo, Arango especifica que “si un niño o niña nunca necesita movilizarse solo en la ciudad, porque siempre lo están llevando, nunca va a aprender a moverse en transporte público. Entonces, estas son habilidades que dependen de la exigencia del contexto y de que se le permita al niño hacer las actividades. Hay que promover su autonomía”, concluye Arango.
El estudio confirmó que la relación de madres y padres con sus hijos con discapacidad intelectual es el mejor predictor de conductas adaptativas, lo que impacta en la calidad de vida de estas personas en su adultez. Por eso, es fundamental trabajar por estilos y prácticas de crianza asertivos y positivos, para que niñas y niños con discapacidad intelectual vivan un futuro con más autonomía y autodeterminación.