La 31º conferencia WWDC de Apple, confirmada para el 22 de junio próximo, será fuera de lo común. Porque tal como ocurrió con el MWC de Barcelona o la feria E3 de videojuegos, la pandemia de coronavirus obligó al evento tecnológico y sus 23 millones de desarrolladores a una inédita versión en línea, incluyendo la keynote oficial donde se espera conocer el futuro de las plataformas OS, iPadOS, macOS, watchOS y tvOS.

Desde 2011 Apple cuenta con un programa para miles de estudiantes que quieran participar de la iniciativa, y sólo en 2019 el 75% de ellos asistió por primera vez, lo que revela la gran adopción del lenguaje de programación Swift creado para iOS y macOS. Incluso, algunos becados han llegado a trabajar en empresas como Microsoft y Airbnb, o bien generado organizaciones sin fines de lucro y empresas respaldadas por capital de riesgo.

Y dentro de este ecosistema, una de las plataformas más utilizadas por los desarrolladores es HealthKit, un conjunto de herramientas y servicios compatibles con productos de Apple, y que permite a las aplicaciones ser utilizadas por el Apple Watch u otros dispositivos.

De esta forma, HealthKit ayuda a los desarrolladores a hacer sus servicios o aplicaciones integradas en una sola plataforma, con lo que podemos usar una báscula inteligente en la mañana, salir a correr con el reloj y luego realizar alguna medición con el iPhone, y el sistema sabrá que pertenece a un mismo ecosistema. En este caso, Apple Health, que compila todos los datos de salud del usuario.

Uno de esos desarrollos es el de Eduardo della Maggiora, quien junto a su aplicación Burn to Give, tuvo la idea de compatibilizar el ejercicio con ayuda humanitaria.

“Apple Health y Apple Watch son claves: nos permiten convertir los buenos hábitos de nuestros usuarios en ayuda social para quienes más lo necesitan. A través de su hub de integraciones, Apple Health nos permite integrarnos a casi el 100% de las aplicaciones existentes de fitness, nutrición, meditación, entre muchas otras”, cuenta.

El desarrollador, un ingeniero civil que trabajó 10 años en Wall Street y fue subcampeón del mundo en su categoría durante dos años consecutivos en la exigente prueba Ironman, llegó al mundo de las aplicaciones hace dos años, buscando llevar a la realidad un sistema que permitiera reciclar las calorías haciendo deporte para transformarlas en calorías de comida para niños en malnutrición.

"La iniciativa surgió mientras vivía en Boulder (EE.UU) entrenando para el Ironman. Luego me mudé definitivamente a Chile para hacerla realidad durante marzo del 2018", señala. "El vivir en África y ver la hambruna tan de cerca, sumado a mi pasión por el deporte y el triatlón, me llevó a pensar una manera en cómo todas esas calorías quemadas haciendo deporte se podían transformar en ayuda a niños que sufrían de desnutrición".

"Así nació Burn to Give, con la misión de motivar a las personas a llevar una vida sana y activa, generando un impacto en el mundo", afirma.

“La diferenciación de Burn to Give está en su propósito, en motivar hábitos saludables de una manera distinta y ‘tocarles el corazón’ a nuestros usuarios, inspirándolos a llevar una vida más saludable y feliz. No pretendemos reemplazar la app que ya usas, más bien integrar y trackear tu deporte, meditación, nutrición y hábitos saludables en un ecosistema que se conecta con tus dispositivos, te premie por tus actividades saludables, mejore y salve vidas”, sostiene della Maggiora.

"Cada vez son más los consumidores que están midiendo su salud a través de dispositivos y aplicaciones. Durante los últimos cinco años esta área ha crecido a tasas de doble dígito y una situación como el COVID-19 sin duda lo acelerará aun más. Como Burn to Give tenemos la misión de usar la tecnología para inspirar a las personas a que lleven una vida más saludable, recompensando sus buenos hábitos en donaciones e incentivos que premien estos comportamientos", puntualiza.

De hecho, en enero de este año un estudio realizado por la consultora Gallup reveló que casi la mitad (45%) de los estadounidenses han probado al menos productos de salud digital como rastreadores de estado físico o aplicaciones móviles de salud, uno de cada cinco ha intentado o está utilizando tanto rastreadores de ejercicios como aplicaciones.

De acuerdo al estudio, los usuarios de aplicaciones de salud tienen más probabilidades de ser más jóvenes, y los adultos menores de 55 años tienen el doble de probabilidades (24-25%) que los de 55 años y mayores (12%) de usarlos.

¿Cómo se usa?

La aplicación es muy sencilla. Tras la descarga e inscripción, se puede elegir una de las tres causas humanitarias disponibles (se puede cambiar más adelante), se añade la altura y peso del usuario, se sincronizan las aplicaciones compatibles, se conecta a Apple Health y se inicia la donación, dependiendo de objetivos diarios de ejercicio: "No soy activo", si nos movemos 1-3 veces por semana; "Entreno", si nos ejercitamos 4-5 veces por semana, o "Muy activo", si estamos en movimiento más de 5 veces por semana. Esto, posteriormente se convierte en comidas y donaciones.

"Para esto nos integramos con el 100% de aplicaciones de salud, fitness, nutrición y meditación -principalmente a través de Apple Health y Apple Watch- y convertimos tus hábitos saludables en ayuda social tangible", cuenta el desarrollador.

Hasta hoy, Burn to Give cuenta con medio millón de personas en 150 países alrededor del mundo, así como cerca de 50 empresas y clientes principalmente en Chile y otras partes del mundo.

La aplicación está disponible en la App Store de Apple y Google Play.