A comienzos de junio, Jacqueline Colonelli tuvo los primeros síntomas de Covid-19, ninguno de ellos grave. “Tenía dolor de cabeza, dolor muscular, como una gripe fuerte. Pero a los pocos días, ya no tenía olfato ni gusto. A los días, recuperé el gusto, pero del olfato no he recuperado mucho, la verdad es que muy poco en estos dos meses”.

La situación de Jacqueline, la viven también otros pacientes que tras haber sufrido Covid-19 y tener anosmia (pérdida del olfato), no logran recuperarlo pese a ya estar recuperados de la enfermedad.

Francisca Fernández, otorrinolaringóloga de Clínica Alemana, explica que la alteración del olfato, en un contexto de Covid-19, puede manifestarse como ausencia o como pérdida parcial. “Muchos estudios muestras que esta alteración, podría ser un marcador precoz y sospecha de infección por Covid. Otros estudios plantean que incluso, podría dar cuenta de una evolución más favorable dentro de la enfermedad, es decir, pacientes con menores tasas de hospitalización y menos riesgo de complicaciones”.

¿Por qué se pierde el olfato? “Está relacionado con daño en las neuronas del bulbo olfatorio. No es una pérdida de olfato secundaria a rinorrea o congestión nasal, sino un daño directo del virus a las neuronas”.

Para Jacqueline, lo más complicado de todo este período ha sido no sentir el aroma de sus hijas y de su marido. “Me dio mucha pena cuando me di cuenta. Tampoco huelo el gas, lo que puede ser peligroso. Algunos sabores como el café, me saben amargo. Es posible que pueda recuperarlo con el tiempo, pero yo decidí no esperar a que eso ocurra e inicié un tratamiento, no se sabe si se pueda recuperar. Es probable que mi vía olfativa este dañada para siempre”, dice.

“Lo único que ha demostrado cierta efectividad en casos de hiposmia secundaria a infecciones respiratorias virales, es la reeducación olfativa”, señala Fernández. Con los corticoides orales y nasales, hasta ahora no existen estudios que demuestren efectividad.

“En el caso del coronavirus, la alteración olfativa es una causa neurosensorial, secundaria al daño del virus. Como llevamos poco tiempo de la evolución de la pandemia, la verdad es que no tenemos mucha claridad. Lo que se está haciendo es un tratamiento que se llama reeducación olfatoria. En ella, a los pacientes se les reeduca el olfato a través de esencias con distintos aromas para que los puedan ir identificando y así, reeducar las neuronas para que vayan identificando los aromas. Es la misma base terapéutica de la terapia física en un paciente con un accidente vascular, por ejemplo”.

En general, se trata de terapias de larga duración, de más de seis meses y se realiza con cuatro esencias que se inspiran por cada fosa nasal, concentrándose en el olor que se está inspirando y se va rotando la esencia con un intervalo de 30 segundo entre cada esencia. ¿Qué se utiliza? Clavo de olor, eucalipto, rosas y limón.