El pasado 21 de diciembre, el rover Perseverance Mars de la Nasa dejó un tubo de titanio que contiene una muestra de roca descansa en la superficie del Planeta Rojo. La imagen del objeto tomada por el propio rover generó revuelo en redes sociales, pues este se asemejaba a un sable láser como los usados en la película La Guerra de las Galaxias.
Durante los próximos dos meses, el rover depositará un total de 10 tubos en el lugar, llamado “Three Forks”, construyendo el primer depósito de muestras de la humanidad en otro planeta. El depósito marca un primer paso histórico en la campaña Mars Sample Return, que pretende que una nave futura recoga y las traga de regreso a la Tierra para su análisis y así develar finalmente si el planeta tiene o tuvo alguna forma de vida microscópica.
Ahora, el rover acaba de tomar otra singular imagen. El Perseverance, del tamaño de un automóvil, tomó una foto del helicóptero Ingenuity cuando el aparato de solo 1,8 kilogramos se posó sobre una duna de arena Red Planet.
“El #MarsHelicopter y yo estamos más juntos de lo que hemos estado en mucho tiempo, y adivina a quién vi descansando en una duna entre vuelos. ¿Puedes creer que Ingenuity se está preparando para el vuelo n.º 39?”, escribió el equipo de Perseverance en su cuenta de Twitter el pasado miércoles (11 de enero), en una publicación que presentaba una foto del pequeño helicóptero.
El Ingenuity y Perseverance aterrizaron juntos dentro del cráter Jezero de Marte en febrero de 2021. El cráter de 45 kilómetros de ancho albergó un gran lago y un delta de un río hace mucho tiempo, y el rover lo está recorriendo en busca de signos de vida antigua.
El robot de seis ruedas también está recolectando y almacenando en caché docenas de muestras para su futuro regreso a la Tierra.
El rover actualmente tiene las 17 muestras (incluida una muestra atmosférica) tomadas hasta ahora en su vientre. Basado en la arquitectura de la campaña Mars Sample Return, el rover entregaría muestras a un futuro módulo de aterrizaje robótico. El módulo de aterrizaje, a su vez, usaría un brazo robótico para colocar las muestras en una cápsula de contención a bordo de un pequeño cohete que despegaría a la órbita de Marte, donde otra nave espacial capturaría el contenedor de muestras y lo devolvería a salvo a la Tierra.
El depósito servirá como respaldo si Perseverance no puede entregar sus muestras. En ese caso, se solicitaría un par de helicópteros de recuperación de muestras para terminar el trabajo.
La primera muestra que cayó fue un núcleo de roca ígnea del tamaño de una tiza llamado informalmente “Malayo”, que se recolectó el 31 de enero de 2022, en una región del cráter Jezero de Marte llamada “Sur de Séítah”. El complejo sistema de muestreo y almacenamiento en caché de Perseverance tardó casi una hora en recuperar el tubo de metal del interior del rover, verlo por última vez con su CacheCam interna y dejar caer la muestra de aproximadamente 89 centímetros en un parche cuidadosamente seleccionado de la superficie marciana.
El trabajo fue preparado por los ingenieros del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Nasa en el sur de California, que construyeron Perseverance y lideran la misión. Una vez que confirmaron que el tubo se había caído, el equipo colocó la cámara WATSON ubicada al final del brazo robótico de 2 metros del Perseverance para mirar debajo del rover, verificando que el tubo no se había caído y rodó bajo las ruedas del rover.
También querían asegurarse de que el tubo no hubiera aterrizado de tal manera que estuviera de pie sobre su extremo (cada tubo tiene un extremo plano llamado “guante” para que sea más fácil de recoger en futuras misiones). Eso ocurrió menos del 5% del tiempo durante las pruebas con el gemelo terrenal de Perseverance en Mars Yard de JPL. En caso de que suceda en Marte, la misión ha escrito una serie de comandos para que Perseverance golpee con cuidado el tubo con parte de la torreta al final de su brazo robótico.
En las próximas semanas, tendrán otras oportunidades para ver si Perseverance necesita usar la técnica a medida que el rover deposita más muestras en el depósito de Three Forks.
“Ver nuestra primera muestra en el suelo es un gran punto culminante para nuestro período de misión principal, que finaliza el 6 de enero”, dijo Rick Welch, subdirector de proyectos de Perseverance en JPL. “Es una buena alineación que, al igual que estamos iniciando nuestro caché, también estamos cerrando este primer capítulo de la misión”.
Vida pasada
Desde marzo, el rover está realizando una misión descrita como la más importante desde que está en suelo marciano. El vehículo autónomo subió a un montículo de un antiguo delta que formó un río marciano para recolectar rocas que podrían albergar signos de vida extraterrestre que pudo existir en la superficie del planeta rojo hace millones de años.
El viaje que comenzó el 14 de marzo, y en el cual el robot recorrió 5 kilómetros, a un antiguo delta de un río dentro del cráter Jezero, donde existió un lago hace miles de millones de años.
Este delta es una de las mejores ubicaciones en Marte para que el rover busque signos de vida microscópica pasada, ya que el cráter de Jezero fue una especie de lago en el pasado, por lo que “es un lugar ideal donde poder buscar restos de vida si es que las hubo en el pasado remoto de Marte”, explicó Juan Carlos Beamín, astrónomo de la Fundación Chilena de Astronomía (Fuchas).
“Si pensamos en la Tierra, los ríos y las lluvias arrastran cuerpos y elementos de vida y quedan en los lechos como los lagos, esto es lo que esperaríamos encontrar en este cráter, aunque más que encontrar un esqueleto (que es lo que encontraríamos acá) las evidencias en Marte probablemente sean elementos orgánicos incrustados en las rocas”, añadió.
Por ello, usando un taladro en el extremo de su brazo robótico y un complejo sistema de recolección de muestras en su vientre, Perseverance está recolectando núcleos de roca para regresar a la Tierra, la primera parte de la campaña Mars Sample Return, un proyecto que busca enviar una nave espacial al planeta rojo para recoger las muestras recolectadas por el rover.
Asimismo, el robot deberá “empaquetar” las muestras recolectadas, para que a fines de esta década sean enviadas a la Tierra y así puedan ser analizadas en profundidad.
En las rocas marcianas, explica Beamín, se puede encontrar mucha información, “en particular las muestras que se recolectarán en el delta del cráter podrían tener huellas o rastros de elementos orgánicos que nos ayudarían a estudiar la posibilidad de que hubiese habido vida en el pasado de Marte. Sin estos análisis de las rocas y polvo marciano sería simplemente imposible saber si hubo alguna vez vida allí”.