Un tubo de titanio que contiene una muestra de roca descansa sobre la superficie del Planeta Rojo después de haber sido colocado allí el 21 de diciembre por el rover Perseverance Mars de la Nasa. Durante los próximos dos meses, el rover depositará un total de 10 tubos en el lugar, llamado “Three Forks”, construyendo el primer depósito de muestras de la humanidad en otro planeta. El depósito marca un primer paso histórico en la campaña Mars Sample Return.
Perseverance ha estado tomando muestras duplicadas de los objetivos de roca que selecciona la misión. El rover actualmente tiene las otras 17 muestras (incluida una muestra atmosférica) tomadas hasta ahora en su vientre. Basado en la arquitectura de la campaña Mars Sample Return, el rover entregaría muestras a un futuro módulo de aterrizaje robótico. El módulo de aterrizaje, a su vez, usaría un brazo robótico para colocar las muestras en una cápsula de contención a bordo de un pequeño cohete que despegaría a la órbita de Marte, donde otra nave espacial capturaría el contenedor de muestras y lo devolvería a salvo a la Tierra.
El depósito servirá como respaldo si Perseverance no puede entregar sus muestras. En ese caso, se solicitaría un par de helicópteros de recuperación de muestras para terminar el trabajo.
La primera muestra que cayó fue un núcleo de roca ígnea del tamaño de una tiza llamado informalmente “Malayo”, que se recolectó el 31 de enero de 2022, en una región del cráter Jezero de Marte llamada “Sur de Séítah”. El complejo sistema de muestreo y almacenamiento en caché de Perseverance tardó casi una hora en recuperar el tubo de metal del interior del rover, verlo por última vez con su CacheCam interna y dejar caer la muestra de aproximadamente 89 centímetros en un parche cuidadosamente seleccionado de la superficie marciana.
El trabajo fue preparado por los ingenieros del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Nasa en el sur de California, que construyeron Perseverance y lideran la misión. Una vez que confirmaron que el tubo se había caído, el equipo colocó la cámara WATSON ubicada al final del brazo robótico de 2 metros del Perseverance para mirar debajo del rover, verificando que el tubo no se había caído y rodó bajo las ruedas del rover.
También querían asegurarse de que el tubo no hubiera aterrizado de tal manera que estuviera de pie sobre su extremo (cada tubo tiene un extremo plano llamado “guante” para que sea más fácil de recoger en futuras misiones). Eso ocurrió menos del 5% del tiempo durante las pruebas con el gemelo terrenal de Perseverance en Mars Yard de JPL. En caso de que suceda en Marte, la misión ha escrito una serie de comandos para que Perseverance golpee con cuidado el tubo con parte de la torreta al final de su brazo robótico.
En las próximas semanas, tendrán otras oportunidades para ver si Perseverance necesita usar la técnica a medida que el rover deposita más muestras en el depósito de Three Forks.
“Ver nuestra primera muestra en el suelo es un gran punto culminante para nuestro período de misión principal, que finaliza el 6 de enero”, dijo Rick Welch, subdirector de proyectos de Perseverance en JPL. “Es una buena alineación que, al igual que estamos iniciando nuestro caché, también estamos cerrando este primer capítulo de la misión”.
Vida pasada
Desde marzo, el rover está realizando una misión descrita como la más importante desde que está en suelo marciano. El vehículo autónomo subió a un montículo de un antiguo delta que formó un río marciano para recolectar rocas que podrían albergar signos de vida extraterrestre que pudo existir en la superficie del planeta rojo hace millones de años.
El viaje que comenzó el 14 de marzo, y en el cual el robot recorrió 5 kilómetros, a un antiguo delta de un río dentro del cráter Jezero, donde existió un lago hace miles de millones de años.
Este delta es una de las mejores ubicaciones en Marte para que el rover busque signos de vida microscópica pasada, ya que el cráter de Jezero fue una especie de lago en el pasado, por lo que “es un lugar ideal donde poder buscar restos de vida si es que las hubo en el pasado remoto de Marte”, explicó Juan Carlos Beamín, astrónomo de la Fundación Chilena de Astronomía (Fuchas).
“Si pensamos en la Tierra, los ríos y las lluvias arrastran cuerpos y elementos de vida y quedan en los lechos como los lagos, esto es lo que esperaríamos encontrar en este cráter, aunque más que encontrar un esqueleto (que es lo que encontraríamos acá) las evidencias en Marte probablemente sean elementos orgánicos incrustados en las rocas”, añadió.
Por ello, usando un taladro en el extremo de su brazo robótico y un complejo sistema de recolección de muestras en su vientre, Perseverance está recolectando núcleos de roca para regresar a la Tierra, la primera parte de la campaña Mars Sample Return, un proyecto que busca enviar una nave espacial al planeta rojo para recoger las muestras recolectadas por el rover.
Asimismo, el robot deberá “empaquetar” las muestras recolectadas, para que a fines de esta década sean enviadas a la Tierra y así puedan ser analizadas en profundidad.
En las rocas marcianas, explica Beamín, se puede encontrar mucha información, “en particular las muestras que se recolectarán en el delta del cráter podrían tener huellas o rastros de elementos orgánicos que nos ayudarían a estudiar la posibilidad de que hubiese habido vida en el pasado de Marte. Sin estos análisis de las rocas y polvo marciano sería simplemente imposible saber si hubo alguna vez vida allí”.