Pese a sistema frontal, climatólogos advierten que inviernos en la zona central serán cada vez más cortos e intensos
A pesar de la concentración de las precipitaciones anunciadas para la noche de este miércoles y la madrugada del jueves, se pronostica como un sistema benéfico para la zona centro, indican los expertos.
El sistema frontal que se espera para los próximos días ha hecho que la personas se pregunten si el invierno se está desplazando o si es raro que llueva con una mayor concentración en menos de dos días en la zona central del país. La respuesta, “es normal y no hay de qué preocuparse” señala Roberto Rondanelli, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 de la Universidad de Chile.
Porque a pesar de que “en términos de temperaturas el invierno se está acortando y en términos de precipitaciones el invierno se está debilitando” como explica Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago.
La preocupación debe existir cuando estos sistemas se produzcan en épocas de verano y/o cuando en estos eventos, a raíz del cambio climático, la isoterma cero se desplace hacia cotas más altas “aumentando la fracción de lluvia (y disminuyendo la fracción de nieve)”, o sea “más lluvia y menos nieve en zonas cordilleranas lo que dispara el riesgo de aluviones” agrega.
Un pequeño alivio para la megasequía
A pesar de que según el informe que genera la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) esta temporada debiese terminar seca, “este sistema frontal nos va a llevar de hipersequía a una sequía. Pero esto no nos va a sacar de la sequía, necesitamos varios años lluviosos para eso y esto tampoco nos va a llevar a un año lluvioso, ni siquiera normal”, dice el investigador de CR(2).
Si el sistema termina siendo como se ve pronosticado, con isoterma cero a los 1.700 metros de altura -situación que a pesar de no alarmar, mantiene la alerta de precaución en caso de que el escenario cambie- “va a ser un sistema benéfico, es decir que nos va a ayudar a aliviar esta megasequía, esta condición seca de este año y va a permitir que las actividades ocurran con más normalidad durante el verano” agrega.
Aunque en general es malo que haya concentración de lluvias, si cae como nieve, “la cordillera actúa como un colchón, el agua cae como nieve y después se va derritiendo de a poco y va pasando a los causes tranquilamente”. “La concentración es un tema cuando cae como lluvia, cuando cae como nieve deja de ser un tema. La montaña esta acostumbrada a que se le acumule nieve” y es lo que se espera que suceda en la madrugada del jueves, cierra el investigador.
La segunda parte del sistema frontal llega la noche de mañana miércoles y se concentrará durante toda la madrugada del jueves 19, donde se espera caigan unos 40-45 mm de lluvia en el sector del valle y unos 60 mm promedio en la precordillera, lo cual afectará desde la región de Valparaíso hasta la región de O’Higgins, señala Arnaldo Zúñiga, meteorólogo de la DMC.
¿Se desplaza el invierno?
¿Por qué se cree que estas lluvias están fuera de temporada o da la sensación de que la temporada más helada se comienza a desplazar?
Rondanelli, recuerda que “nosotros tenemos nuestra temporada de lluvia en agosto, usualmente en la zona central de Chile llueve entre mayo y septiembre, concentrado en los meses de junio, julio y agosto. ¿Está lloviendo en agosto? Normal, nada de qué preocuparse”.
Estos temporales ocurren con cierta frecuencia, pero sucede que, sobre todo las generaciones más adultas, han olvidado esta situación debido a que el último año lluvioso de Santiago se registró el 2002 donde durante un temporal cayeron más de 200 mm en menos de 24 horas, agrega.
Además, hay que sumar que el régimen de precipitaciones en Santiago no es muy tranquilo y estable, y “aunque influidas por el cambio climático las precipitaciones van a la baja, Santiago, por ejemplo, ha logrado mantener en promedio el número de días por año con lluvias de superiores a los 20 mm (5) y el número de días con lluvias superiores a los 45 mm (1). Esto básicamente significa que llueve menos días durante el año pero cuando llueve lo hace con relativa intensidad” señala Cordero.
En tanto, no se debe olvidar que el cambio climático sigue siendo parte importante -aún no es lo principal- de que estos sistemas se sientan cada vez más inusuales ya que ocurren con menos frecuencia, y en zonas cordilleranas esta crisis “está cambiando la fracción de agua/nieve asociada a un evento. La caída de nieve va a la baja mientras que la lluvia va al alza. El riesgo de aluviones está directamente asociado a la cantidad de lluvia que cae en la cordillera. Más lluvia y menos nieve en zonas cordilleranas dispara el riesgo de aluviones” agrega el climatólogo.
“La pérdida precipitaciones que está afectando la zona central hace más probables los periodos de sequía intensa, lo que a su vez impacta la disponibilidad de agua para consumo humano y uso agrícola. La disminución de la “oferta” de agua y la paralela alza en el consumo presiona al alza los precios del agua, y también los precios de los alimentos” finaliza.
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