Piratas, tesoros y barcos hundidos: inédito proyecto muestra los secretos íntimos de Juan Fernández

El archipiélago Juan Fernández e Islas Desventuradas, se ha transformado en un conjunto de islas muy cotizadas por científicos y buscadores de historias, debido a su inmensa riqueza natural, cultural y patrimonial. Cuenta con una flora y fauna única, incluso con especies que solo existen ahí, así como también de cientos de sucesos que se desarrollaron sobre sus tierras.

Descubiertas en 1574, por estas islas pasaron corsarios y piratas (cuyos tesoros aún son motivo de búsqueda), sirvieron de prisión para los patriotas independentistas chilenos en el siglo XIX y fueron escenario de grandes novelas.

Hoy albergan una población de más de 1.000 personas, que vive principalmente de especies como la langosta y el turismo, y se consagran como un modelo de sustentabilidad.

Bajo ese argumento, Fundación Endémica trabaja hace unos años en la zona en busca de algunos ejemplares olvidados, siguiendo pistas de lugareños, con el objetivo de encontrarlas y preservarlas. El sándalo es uno de ellos, que fue visto por última vez de manera oficial en 1908 por el naturalista Carl Skottsberg, hace más de un siglo.

Y siguiendo con esa línea de trabajo e investigación, National Geographic Pristine Seas en colaboración con la fundación dieron a conocer una plataforma digital que busca promover el territorio y maritorio del archipiélago, logrando transmitir la identidad local a través de la historia, el paisaje, los recursos y la comunidad de estas remotas islas chilenas, con el objetivo de fomentar la pesquería sustentable, la conservación de su biodiversidad única y el turismo responsable con el medioambiente.

Alex Muñoz, director para Latinoamérica de National Geographic Pristine Seas, señala que “Juan Fernández ha hecho un aporte enorme al impulsar los dos parques marinos más grandes de América Latina. Con este proyecto buscamos mostrar al mundo que se puede compatibilizar la conservación de la naturaleza con actividades sustentables como la pesca artesanal y el turismo bien manejado”.

La iniciativa cuenta con el apoyo de la Municipalidad de Juan Fernández y los ministerios de Medio Ambiente y Economía, y dispone de imágenes, mapas interactivos, líneas de tiempo y publicaciones científicas representativas de los elementos propios de la zona.

Nicolás Grau, ministro de Economía, Fomento y Turismo, dice que “Discover Juan Fernández es una plataforma web que acerca a las islas y su comunidad, amplificando el alcance y prestigio de los atractivos en este territorio, tales como una pesquería artesanal, turismo con altos estándares de sostenibilidad, áreas marinas protegidas y una Reserva Mundial de la Biósfera con una flora y fauna sin igual”.

El proyecto rescata la historia del archipiélago y su comunidad. Por ejemplo, detalla que durante la guerra de independencia, tras la Batalla o Desastre de Rancagua que marcó el inicio de la Reconquista española en el territorio chileno en 1814, cerca de 300 patriotas sindicados como cabecillas de la revolución, fueron desterrados a la isla Juan Fernández en precarias condiciones y confinados en las cuevas cavadas sobre la bahía de Cumberland, las que posteriormente serían declaradas Monumento Histórico Nacional en 1979.

El restablecimiento de la República después de la batalla de Chacabuco en 1817 puso fin al confinamiento de los patriotas, tras 27 meses de aislamiento.

También abarca el imaginario colectivo de Juan Fernández, que está poblado de personajes mitológicos y leyendas basadas en historias que ocurrieron en distintos rincones de las islas. El chancho jabalí, El español, La viuda y Los duendes son algunos de los relatos que los isleños transmiten vía oral y que cada 31 de octubre reviven para celebrar el Día de los Muertos.

Destaca que desde su descubrimiento, hubo una serie de intentos de colonización de diversas naciones, ninguno de ellos exitoso hasta la llegada del ciudadano Suizo Alfred Von Rodt en 1877, quien arrendó al Estado chileno las islas que habían hecho célebre a Robinson Crusoe, con la intención de crear una comunidad diversa y armoniosa con la naturaleza y desarrollar el comercio.

En 1895, el Gobierno chileno dictó un decreto que declaraba colonia a las islas Juan Fernández. Un año más tarde se aprobó el plano de una población en San Juan Bautista y la concesión de sitios para los pescadores.

Durante la Primera Guerra Mundial, y tras haber permanecido oculto en los fiordos australes de Chile luego de la derrota alemana en Las Malvinas, el acorazado alemán Dresden recaló en las costas de Juan Fernández para reabastecerse y reparar sus deterioradas máquinas. El gobierno chileno, neutral ante el conflicto bélico, le permitió realizar estas operaciones en 72 horas, pero antes de cumplirse el plazo, el 14 de marzo de 1915, el barco fue divisado por la marina inglesa y atacado.

Recalca que en 1935 el Estado de Chile creó el Parque Nacional Archipiélago Juan Fernández, el segundo más antiguo del país, compuesto por 9.571 hectáreas, y que estableció la protección de las islas Santa Clara, Alejandro Selkirk y la mayor parte de la isla Robinson Crusoe.

Y que la Unesco declaró al Archipiélago como Reserva de la Biósfera, con el fin de promover la protección a la flora y fauna endémica del lugar, amenazada por la introducción de especies exóticas desde el continente. Además, se aprueba la creación del Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos Juan Fernández y cinco Parques Marinos: Montes Submarinos Crusoe y Selkirk, Lobería Selkirk, El Arenal, Tierra Blanca y El Palillo.

La iniciativa, impulsada por la propia comunidad, establece doce millas de agua exclusiva para actividades extractivas de la pesca artesanal, investigación y turismo, y en su conjunto comprende la protección de una superficie superior a los 12.000 km².