Estrenado el 26 de mayo de 2012, Plague Inc., videojuego desarrollado por Ndemic Creations, frente a cada episodio de algún virus o epidemia mundial, se convierte en un éxito.
Actualmente, debido al coronavirus, los usuarios comenzaron a descargarlo masivamente, tanto en Android con en iOS (iPhone). En el año 2014, ocurrió un fenómeno similar, cuando se inició la epidemia del virus ébola, el mayor brote de la enfermedad por el virus que se extendió hasta 2016.
El videojuego de estrategia, que en Chile se puede descargar desde App Store por $490, ofrece la posibilidad de crear un patógeno eligiendo un tipo de epidemia (virus, hongos, parásitos, bacterias) y expandirlo en todo el mundo con el único objetivo de extinguir la humanidad.
Una vez seleccionado el patógeno, se suman puntos a medida que va creciendo y permite seleccionar cómo queremos propagar la enfermedad, ya sea a través de aves, por aire o por sangre. El virus puede ir mutano durante el juego, y producir síntomas adicionales.
Dentro de los desafíos que propone el videojuego, es que los países en los que se intenta expandir la pandemia, ponen barreras que dificultan la propagación, como cerrar aeropuertos o encontrar nuevas curas para la enfermedad. Situaciones muy similares a como actúan las autoridades en casos reales de pandemias como el coronavirus.
Para Romy Valenta, organizadora del Festival de Videojuegos de Valdivia Ludopolis, más allá de lo que ha significado la propagación del coronavirus, destaca la capacidad de esa industria para generar una respuesta rápida y certera frente a la contingencia en todo orden de cosas. "Creo que responder a una crisis con un videojuego e instalar el diálogo en base a un desarrollo tecnológico o creativo, entrega herramientas de canalización mucho más útiles que el propio fenómeno de mediatización, que no permite interacción con los sucesos", indica.
Entre sus características técnicas se encuentran una interfaz de gran calidad, mundo hiperrealista, sistema de ayuda, 12 tipos de enfermedades, más de 50 países disponibles como posibles focos de infección y disponibilidad en múltiples idiomas, como español, inglés, alemán, italiano, portugués, chino, japonés y coreano, entre otros.