Desde el inicio de la emergencia sanitaria en el verano de 2020, según cifras del Ministerio de Salud, más del 50% de las atenciones médicas en Chile se han efectuado a distancia. De ellas, se estima que el 80% de las consultas se dieron por mecanismos que no cumplían con requisitos mínimos de la seguridad de la información, usabilidad del paciente y otras características exigibles a este tipo de prestaciones.
Diez plataformas de telemedicina utilizadas en Chile, se han sometido, a la fecha, a una evaluación de calidad realizada por el Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud (CENS). Los resultados de esta revisión muestran que las soluciones tecnológicas para atenciones remotas utilizadas durante la pandemia en nuestro país cumplen en un bajo nivel los estándares y exigencias en seguridad y protección de datos de los pacientes.
El organismo, un centro tecnológico de la Agencia Nacional de Investigación (ANID) integrado por cinco universidades (de Chile, Católica, de Talca, de Concepción y de Valparaíso), es uno de los entes habilitados para la entrega de una certificación de calidad para este tipo de soluciones tecnológicas, y que será exigible por Fonasa para el financiamiento de bonos para usuarios del seguro público.
Transformación digital
Según explicó la directora ejecutiva del CENS, la Dra. May Chomali, el objetivo del proceso de instalar una cultura de calidad en el ecosistema y revertir las brechas actuales con miras a la transformación digital de la salud en el largo plazo.
Gran parte de las plataformas, añadió, fueron dispuestas y adoptadas por los prestadores muy rápidamente con el objetivo de dar continuidad a la atención en el contexto de la emergencia sanitaria por el Covid-19. “Era esperable en una situación así, pero no en el largo plazo. Los pacientes y profesionales de la salud se merecen trabajar con condiciones mínimas de calidad y seguridad”.
“Después de la evaluación, CENS solicita a las empresas que corrijan las deficiencias encontradas, y cuando las corrigen se les entrega el sello. Entonces, el proceso de la obtención del sello, es la evaluación, la mejoría de las condiciones bajo estándares y una vez ahí la obtención del sello “, dijo la Dra. Chomali.
“Esto es importante porque este proceso ha incentivado a las empresas a mejorar la calidad de su producto para que cumplan con las exigencias técnicas de la evaluación, que eran en el corto plazo exigibles por Fonsasa”, añadió.
El denominado Sello CENS en calidad de software de telemedicina es un protocolo que evalúa de manera cualitativa características de calidad de las soluciones utilizadas para efectuar prestaciones de telemedicina. Basada en la norma ISO 25010, creada para describir la calidad de un software, la certificación emite un resultado final del cumplimiento de estas características de calidad, en conjunto con las bases técnicas y clínicas definidas por Fonasa.
Entre los principales resultados desde el inicio de su aplicación, que comenzó en el primer semestre de 2021 como una marcha blanca previa a que el requerimiento sea exigible, el análisis realizado por el área de Calidad de CENS estableció que el cumplimiento de las soluciones en materia de seguridad y protección de datos fue de un 70%. La cifra está por debajo del requerimiento de un 75% exigible para la obtención del sello.
A la fecha, CENS ha entregado la certificación a seis compañías, y al menos diez se encuentran en distintas etapas del proceso de evaluación. La importancia de este trabajo es que solo aquellas herramientas que cuenten con el sello podrán ser utilizadas para prestaciones de teleconsulta financiadas por FONASA para sus 15 millones de usuarios, una vez que finalice el estado de alerta sanitaria.
“Muchas de estas soluciones se adoptaron por la contingencia. Era necesario incorporar un proceso de certificación de calidad y los datos que muestran nuestros análisis corroboran la importancia de esta evaluación. Dado la urgencia con la que debieron implementarse herramientas de teleconsulta, se hizo lo que se pudo. Pero en un momento de normalidad, donde la telemedicina será una vía relevante de atención, tenemos que buscar la máxima calidad en parámetros críticos”.
Seguridad del dato en salud
El proceso de evaluación contempla dos dimensiones, la dimensión clínica y la dimensión técnica, la dimensión técnica a su vez se divide en cuatro ámbitos: usabilidad, interoperabilidad, seguridad y fiabilidad, con distintos aspectos dentro de ellas que totalizan 22 elementos. La certificación contempla una revisión cualitativa de las plataformas y emite un resultado final de su funcionamiento, que acredita el cumplimiento de bases técnicas definidas y trabajadas en conjunto por Fonasa y CENS.
“Esta evaluación nos ha demostrado que no todas las plataformas cumplen con esa seguridad al nivel que uno quisiera para una plataforma que está transmitiendo datos en salud. Entonces en ese sentido la gente debería sentirse mucho más tranquila si está haciendo una consulta de telemedicina en una plataforma certificada por CENS. Esta certificación será completamente exigible una vez que la alerta sanitaria termine”, expresó la directora ejecutiva del centro ANID.
Eric Rojas, jefe de Calidad de CENS, explicó que la evaluación es llevada a cabo por un grupo interdisciplinario de expertos en salud digital. “Durante la revisión tratamos de chequear el cumplimiento de los aspectos mínimos de seguridad. Que cuando un paciente se atiende mediante una herramienta de telemedicina, la teleconsulta en este caso, tengan la claridad de que su información, sus datos y su imagen, además de todo el proceso, sea tan confiable como si lo hacen de manera presencial”, dijo el especialista y académico de la PUC.
Interoperabilidad al debe
La interoperabilidad, es decir, la capacidad para compartir datos entre distintos organismos del sistema, fue uno de los dos puntos más bajos de la evaluación, con un 60% de cumplimiento. Se trata de un aspecto relevante en el contexto de la salud conectada, pues permite que la información fluya en beneficio de la calidad y acceso de las atenciones, y permita al paciente tener un rol más activo en el cuidado de su salud y mayor capacidad de elección.
En usabilidad, las soluciones tuvieron un 58% de cumplimiento, mientras que en fiabilidad lograron un 62%. Los protocolos clínicos fueron el indicador con mejor rendimiento, con un 74%. El sello exige que todos los parámetros alcancen al menos un 75%.
“Lo que buscamos es instalar una cultura de calidad en el ecosistema, de buenas prácticas y estándares, que no se han seguido en el pasado. El hecho de que Fonasa haya dispuesto esta normativa y escogido al CENS como uno de los entes para asegurar el cumplimiento de estos parámetros, es una buena señal para que esto ocurra y las empresas del sector de las tecnologías en salud en Chile avancen poco a poco en mejorar sus servicios en beneficio de los pacientes”, indica directora ejecutiva del CENS, la Dra. May Chomali.