Polaris Dawn: los impresionantes récords que dejó la misión más compleja de SpaceX y Elon Musk
La misión no fu “turismo espacial” que hemos visto con empresas como Blue Origin, que envían a gente rica a realizar viajes suborbitales. Si bien la misión de SpaceX está financiada con dinero privado, está haciendo una contribución genuina al conocimiento científico y al futuro de los vuelos espaciales.
Dos astronautas han realizado la primera caminata espacial comercial de la historia, utilizando nuevos trajes espaciales menos voluminosos diseñados por SpaceX.
El multimillonario tecnológico Jared Isaacman (que también financió la misión) y la ingeniera de SpaceX Sarah Gillis pasaron juntos casi media hora fuera de su nave espacial a una altitud de unos 700 kilómetros, más lejos de la Tierra que cualquier ser humano desde los aterrizajes del Apolo en la Luna.
La breve excursión al vacío es un hito importante para los vuelos espaciales comerciales, ya que la nave espacial, los trajes y la misión en general son producciones de SpaceX.
Polaris Dawn: los impresionantes récords que dejaron la misión más compleja de SpaceX y Elon Musk
La misión Polaris Dawn destaca por varios motivos. En términos científicos y tecnológicos, lo más destacado es la prueba de nuevos trajes espaciales para actividades extravehiculares (o EVA). Un traje espacial que permite a un astronauta abandonar su nave es una nave espacial pequeña en sí misma, y el interés por los trajes nuevos y modernos está creciendo a medida que se acercan las misiones Artemis de la Nasa a la Luna.
La misión viaja alrededor de la Tierra en una órbita muy elíptica, lo que significa que su altitud varía entre 192 km y 1.400 km. La órbita lleva a los astronautas a través de regiones de alta radiación, incluida la Anomalía del Atlántico Sur, y puede permitir probar los nuevos trajes en estas condiciones extremas.
Polaris Dawn también lleva 36 experimentos diferentes, muchos de ellos estudiando los efectos de los vuelos espaciales en el cuerpo humano.
Polaris Dawn es la primera de las tres misiones que Isaacman planea con SpaceX y que, según él, “servirán al propósito más amplio de abrir el espacio para todos y hacer de la humanidad una especie multiplanetaria”. La segunda podría apuntar a impulsar la órbita del telescopio espacial Hubble y prolongar su vida, mientras que la tercera podría utilizar el cohete reutilizable Starship de SpaceX (que actualmente se encuentra en las primeras etapas de prueba).
Los vuelos espaciales comerciales en ascenso
Tal vez lo más significativo de Polaris Dawn es lo que sugiere sobre el futuro de los vuelos espaciales. Se trata de una misión comercial, operada por SpaceX con su propia tecnología, sin la participación de agencias espaciales gubernamentales.
No se trata del “turismo espacial” que hemos visto con empresas como Blue Origin, que envían a gente rica a realizar viajes suborbitales. Si bien la misión de SpaceX está financiada con dinero privado, está haciendo una contribución genuina al conocimiento científico y al futuro de los vuelos espaciales.
Una característica fundamental de los programas espaciales gubernamentales ha sido el riguroso proceso de formación y selección de los astronautas, que garantiza que quienes llegan al espacio sepan exactamente lo que están haciendo. SpaceX sigue manteniendo este alto nivel de profesionalismo, con cuatro astronautas sumamente cualificados y preparados que participan en Polaris Dawn.
La caminata espacial Polaris Dawn se produce en un momento en que dos astronautas de la Nasa se encuentran varados en la Estación Espacial Internacional debido a problemas con el vehículo espacial Starliner, que Boeing construyó para la agencia espacial estadounidense con un gran gasto. Ahora se espera que ambos sean rescatados en febrero próximo por un vehículo de SpaceX (desarrollado con un coste mucho menor que el de Boeing).
¿Para toda la humanidad?
El auge de los vuelos espaciales no gubernamentales tiene sus críticos, que dicen que los imperativos comerciales y el control privado no tienen cabida en lo que debería ser una iniciativa puramente científica. SpaceX (con su controvertido propietario Elon Musk) también ha enfrentado críticas por preocupaciones ambientales y el trato al personal.
Sin embargo, las enormes mejoras en la tecnología espacial y las reducciones de costos que se han producido en los últimos años se deben en gran medida a la participación comercial. Cuando la humanidad regrese a la Luna –y si algún día viajamos a Marte y más allá– las empresas privadas desempeñarán un papel esencial.
Y aunque Polaris Dawn es claramente un proyecto apasionante para Isaacman, no es un proyecto vanidoso. Tendrá beneficios reales en términos de ciencia y tecnología, y eso es una buena noticia para todos los proyectos humanos futuros, en el espacio y aquí en la Tierra.
*Gail Iles, profesora asociada de Física, Universidad RMIT
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