Polémica por Instituto de Tecnologías Limpias: consorcio ganador dice que “proceso fue transparente” y Corfo que en una licitación internacional “hay que estar dispuesto a competir con todos”

El objetivo medioambiental más ambicioso de Chile es que en menos de 30 años, y teniendo como base el Acuerdo de París, el país intentará alcanzar la carbono neutralidad. la proyección es que a 2050, se utilicen exclusivamente energías limpias, sustentables y renovables.

Uno de los pilares de este esfuerzo es la creación del Instituto de Tecnologías Limpias (ITL), cuya creación se adjudicó a través de un concurso público administrado por la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), cuyo ganador fue anunciado ayer y que favoreció al consorcio Associated Universities Inc (AUI), fundado por nueve universidades de Estados Unidos: Massachusetts Institute of Technology (MIT), Columbia, Princeton, Cornell, Pensilvania, John Hopkins, Rochester, Harvard y Yale, con la colaboración de cuatro universidades nacionales: U. del Desarrollo, U. San Sebastián, U. Autónoma y U. de Atacama. La decisión generó una ola de críticas entre la comunidad científica del país, algunas universidades locales, y también parlamentarios.

Sin embargo, desde el “bando triunfador”, desestiman la críticas.

Según explicó ayer a Qué Pasa la presidenta de la Academia Chilena de Ciencia, doctora Cecilia Hidalgo, “todo el proceso se llevó de manera oscura, poco transparente y muy distinto de todos los procesos a los que los científicos chilenos están acostumbrados”.

La científica explicó que de las tres evaluaciones que se realizaron, la primera con evaluadores internacionales reconocidos, ganó el consorcio de universidades chilenas. “Según el Análisis de Admisibilidad, en el primer informe se impuso con un 42,2% versus un 41,1%”, dijo Hidalgo. “En la etapa dos y tres, realizada por la Corfo, pero sin que se conozcan los integrantes, ganó AUI con un 37,4% de cumplimiento frente a un 36,2% y un 50,6% versus un 47,6%, respectivamente. Desde Corfo aún no explican ni dan a conocer las razones por las que ganó AUI. Estamos sorprendidos”, dijo.

Pero Rafael Figueroa, académico asistente de la Universidad de Atacama y representante de AUI, explica que la propuesta ganadora tiene un carácter abierto e integrador, “y les permite sumarse a estas instituciones, porque ninguna está fuera y por lo tanto todos pueden participar”.

Las puertas se abrirán a todas las universidades del norte, “para que tengan una participación activa en el proyecto y para el resto de las universidades del país, que puedan participar científicamente. Aquí no se ha descartado a nadie. Vi un proceso transparente, correcto, como acostumbra a hacerlo Corfo. Cada persona se hará cargo de sus palabras”, señala Figueroa.

Añadió que a pesar del impasse, “una vez que conozca la propuesta definitiva y la metodología con este modelo de acceso abierto, se sumen al proceso”, añade.

Pablo Terrazas, vicepresidente ejecutivo de Corfo, dice que entienden la frustración en algunos de los que concursaron y no fueron los adjudicados, porque se generan expectativas y esperanzas de poder ser los ganadores, “pero cuando uno hace una licitación internacional y abierta, uno que tiene que estar dispuesto a competir con todos”.

Terrazas añade que “queremos invitarlos a que se sumen a esta iniciativa, acercándose a quien fue el ganador, porque han mostrado interés en trabajar con todas las instituciones que participaron del proceso y que quieran aportar”.

Desde Corfo rechazan las versiones que indican que el proceso fue poco transparente. “Si fuese así, ¿por qué no lo plantearon durante la tramitación del proceso, que fue extenso justamente en aras de la transparencia y en donde todos fueron recibidos a través de la ley del lobby? Se hicieron más de 50 consultas y aclaraciones sobre el proceso, y que por lo tanto que una vez que se conoce el resultado, recién ahora lo digan, no nos parece serio”, argumenta Terrazas.

A pesar de la polémica, Terrazas confiesa que “estamos muy contentos, es un gran anuncio saber que ya se ha adjudicado el Instituto de Tecnologías Limpias (ITL), con sede en Antofagasta. Va a ser un instituto creado en Chile, para cumplir los propósitos que tenemos como país y como Estado”.

Figueroa dice que estaban confiados, esperanzados en lograr el éxito en esta postulación, “en la que vamos nosotros como socios con AUI y otras 21 instituciones, de carácter nacional e internacional”.

La inversión es de US$ 265 millones. “Tomará su tiempo, acaba de adjudicarse, luego se tiene que constituir la personalidad jurídica en Chile y después viene un plazo de instalación, la primera etapa será de dos años. A comienzo de 2023 uno podría ver las primeras obras de instalación de este instituto”, señala el vicepresidente ejecutivo de Corfo.

Su trabajo se enfocará en tres áreas. “La industria de la energía solar, la minería verde, necesitamos tener una minería más sustentable y darle mayor valor agregado al litio. Queremos potenciar la macrozona norte de nuestro país, ya que ahí hay recursos naturales de primer nivel mundial. El objetivo es que Chile sea una verdadera batería de energía, que no solo pueda abastecer a nuestro país, sino que el día de mañana podamos exportarla”, señala Terrazas.

Terrazas explica que el desarrollo de energía es múltiple. “Por ejemplo el hidrógeno verde, utilizando energía limpia, tenemos ahí un espacio por crecer en el norte del país, de manera inconmensurada. En relación a minería verde, nuestra economía tiene un soporte importante a exportaciones mineras, por lo que tenemos que estar preocupados de que nuestra minería tenga una buena trazabilidad, en un mercado internacional cada vez más exigente”.

En Chile están las principales reservas del mundo de litio, “y están ubicados justamente en esa macrozona norte, más precisamente en el Salar de Atacama, y nos interesa que las energías que se desarrollen para los procesos productivos, nos permitan tener un salar sustentable”, añade Terrazas.

En términos generales, “trabajaremos en formación de capital humano, que pueda sustentar el desarrollo y las transferencias tecnológicas que se pretenden desarrollar. Será un hito importante para potenciar el desarrollo del norte de Chile, es una gran oportunidades para las regiones”, añade Figueroa.

Terrazas argumenta que “como país tenemos una meta para 2050, de ser un país carbono neutral. Y contar con un instituto de estas características, por supuesto que va a ayudar a adelantar esos plazos y cumplirlos con plena seguridad. Colabora con la causa, es un aporte, pero no solo está en las manos de este instituto”.

El gran objetivo de este instituto es transformar a Chile en un polo de atracción de nuevas tecnologías para el desarrollo de energía solar, minería sustentable y litio. “Queremos transformar a Chile, para atraer las principales tecnologías de todo el mundo para enfrentar estos desafíos, y también nuestras universidades e industria puedan hacer sus pruebas en este verdadero laboratorio”, explica el exsubsecretario de Minería de Sebastián Piñera.

Países como Francia, España, Alemania o China, que desarrollan tecnología permanentemente para ir mejorando los paneles solares, “podrán probarlos en el norte de nuestro país, donde está la principal radiación solar del mundo. Para eso hay que tener la infraestructura necesaria, será un aporte importante de Chile”, añade Terrazas.