La alergia es una respuesta “exagerada” de nuestro sistema inmune frente a un agente externo al que, en situaciones normales, no deberíamos reaccionar, y que para la mayoría de las personas es algo inofensivo que no los afecta.

La polinosis, más conocida como alergia al polen, es una enfermedad causada por una reacción alérgica frente a los distintos tipos de polen que, presentes en la atmósfera, penetran en el organismo a través de las mucosas expuestas al aire y producen procesos respiratorios como la rinitis y el asma.

En Chile, entre el 20 al 30% de los habitantes sufre de alergias respiratorias, cifra que ha ido aumentando a raíz del cambio climático, la contaminación ambiental, incremento de medidas de higiene, entre otros.

Polen y Covid-19

Ahora, un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, investigadores de la Universidad Técnica de Munich y el Helmholtz Zentrum München, ambas instituciones alemanas, señalaron que la coexposición al polen en el aire aumenta la susceptibilidad a las infecciones virales respiratorias en general, “independientemente de la estado de alergia”.

La alergia es una respuesta “exagerada” por parte de nuestro sistema inmune frente a un agente externo al que, en situaciones normales, no deberíamos reaccionar, y que para la mayoría de las personas es algo inofensivo que no los afecta.

De acuerdo a los investigadores, esta hipótesis también se podría aplicar en infecciones como la provocada por el virus Sars-CoV-2.

Para el estudio, los autores probaron las relaciones entre las tasas de infección del Sars-CoV-2 y las concentraciones de polen haciendo una referencia cruzada con la humedad, la temperatura, la densidad de población y los efectos de bloqueo de 130 sitios en 31 países en los cinco continentes.

Dentro de sus conclusiones, encontraron que los niveles más altos de polen se asociaron con aumento en las tasas de infección del virus causante del Covid-19, específicamente, observaron un aumento del 10 al 30% en la tasa de infección del virus cuando los niveles de polen eran más altos.

Según el doctor Ronald Reid, médico broncopulmonar del Programa de Alergias de Clínica Universidad de los Andes, es “conocido” que una alergia mal cuidada, en un paciente que presenta síntomas visibles, es más susceptible de poder “agarrar” alguna infección respiratoria, no solo coronavirus, sino también cualquier virus en general.

Reid menciona que debido a que al estar muy sintomático, con la nariz muy congestionada, indudablemente, los mecanismos de defensa naturales de la vía aérea están alterados, y eso haría que cualquier germen que pudiese inhalar tenga muchas más oportunidades de desarrollarse.

Disminución de la respuesta inmune

Los autores afirmaron que las concentraciones altas de polen conducen a una respuesta inmune más débil en las vías respiratorias a los virus que pueden causar tos y resfriados. Y cuando un virus ingresa al cuerpo, las células infectadas generalmente envían proteínas mensajeras.

Este también sería el caso del Sars-CoV-2. Estas proteínas, conocidas como “interferones antivirales”, indican a las células cercanas que intensifiquen sus defensas antivirales para mantener a raya a los invasores. Además, se activaría una respuesta inflamatoria adecuada para combatir los virus.

Los autores afirmaron que las concentraciones altas de polen conducen a una respuesta inmune más débil en las vías respiratorias a los virus que pueden causar tos y resfriados.

Pero si las concentraciones de polen en el aire son altas y los granos de polen se inhalan con las partículas del virus, se generan menos interferones antivirales. La respuesta inflamatoria beneficiosa en sí también se ve afectada, mencionan los investigadores.

Por lo tanto, en días con una alta concentración de polen, puede conducir a un aumento en el número de enfermedades respiratorias.

A pesar de los hallazgos del estudio, Reid es más cauto, explicando que si la alergia que presentan las personas está bien controlada, donde el paciente está tomando medicamentos y tiene un buen control de los síntomas, no debería existir mayor riesgo que el de la población general ante una infección por Sars-CoV-2.

Los investigadores señalaron que sus hallazgos son especialmente importantes para los grupos de alto riesgo, ya que tienen un mayor riesgo de contraer una enfermedad grave por Sars-CoV-2, y señalaron que este grupo debería considerar el uso de una mascarilla facial en los días de alto nivel de polen.

“No se puede evitar la exposición al polen en el aire”, indicó Stefanie Gilles, una de las autoras principales del estudio. “Las personas en grupos de alto riesgo deben, por lo tanto, estar informadas de que los niveles altos de concentraciones de polen en el aire conducen a una mayor susceptibilidad a las infecciones virales del tracto respiratorio, agregó Gilles.

El médico broncopulmonar de Clínica Universidad de los Andes discrepa con esta última conclusión ya que, si se tiene enfermedades crónicas, aun así, no necesariamente serían más propensos a tener una infección por Covid más grave. Lo que ocurriría, de acuerdo a Reid, es que si el asmático se contagia con Covid o cualquier otro tipo de virus, se puede descompensar su enfermedad de base. Sin embargo, no por eso los asmáticos no tienen más tendencia a hacer las neumonías graves que se ven en ventilación mecánica, añade Reid.