Este mismo día pero de 2017, el panorama en el kilómetro 780 de la Panamericana Norte era muy distinto: una gran cantidad de flores de las cerca de 195 especies que germinan en la zona, comenzaban a aparecer y a teñir de colores el Desierto de Atacama, el más árido del mundo.
Ese año, el fenómeno se produjo como hace mucho no ocurría. Todo se debió, explican en Conaf, a la gran cantidad de precipitaciones caídas desde muy temprano, lo que permitió que las tres condiciones fundamentales para que florezca el desierto ocurriesen: lluvias, temperatura y humedad.
Fue todo un espectáculo que atrajo a miles de visitantes de todo el mundo, más que en los últimos 20 años, quienes pudieron retratar coloridas postales con añañucas, garras de león y orejas de zorro.
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Foto: AgenciaUno[/caption]
Que florezca el desierto, sin embargo, no es algo habitual. Según explica el director regional de Conaf, Héctor Soto, se trata de un hecho que puede presenciarse cada siete o diez años, y aunque en 2017 y 2015 fue seguido, la vez anterior había sido en 1995. Por esto explica, que en esta oportunidad no se germinen las semillas del desierto, no es algo que debiese preocupar mayormente.
"Es un fenómenos natural que depende de las precipitaciones y para que ocurra tiene que llover en la región a lo menos 15 milímetros acumulados. Puede ser 10 en un mes y 5 el siguiente. Pero este año no ha pasado esto", comenta en conversación con Qué Pasa.
A la fecha, dicen desde la Dirección Meteorológica de Chile, casi no ha llovido en la zona, solo se registran algunas trazas de precipitación que no han tenido la capacidad de acumularse. En la zona cordillerana, en tanto, han caído 10 milímetros.
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Foto: AgenciaUno[/caption]
El comportamiento fue similar al 2018, cuando cayeron 0,2 milímetros de agua en la estación de Caldera.
El desierto florido crece desde el sur de la Región de Antofagasta hasta el norte de la Región de Coquimbo, y se puede apreciar en sectores costeros como Caleta Chañaral y Caleta Chungungo, donde crecen patas de guanaco, suspiro de campo y añañucas. Pero el fuerte se ubica camino a Copiapó, en las zonas de Huasco, Carrizal Bajo y Totoral hasta Caldera; y cerca del Parque Nacional Llanos de Challe, donde se pueden apreciar garras de león, leontochir, ovallei y especies de cactus.
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Foto: AgenciaUno[/caption]