Tres de cada cuatro personas en Chile tienen exceso de peso (sobrepeso u obesidad), lo que nos sitúa entre los países con más prevalencia de obesidad en el mundo. Asimismo, una encuesta a nivel iberoamericano indicó que el 44% de los chilenos dicen haber subido de peso durante la pandemia.

Gonzalo Cruz, investigador del Centro de Neurobiología y Fisiopatología Integrativa, CENFI, de la Universidad de Valparaíso, y quien ha dedicado parte importante de su trayectoria científica al estudio de los mecanismos que dan origen y que mantienen las enfermedades metabólicas asociadas a la obesidad, explica que las personas con exceso de peso muchas veces no pueden escapar a su realidad biológica. Por más que intenten perder esos kilos de más –incluso si lo consiguen por algún tiempo- el cerebro siempre intentará volver al peso corporal inicial y en algunos casos “con propina”.

Hipotálamo

El académico, quien el próximo lunes 7 de diciembre ofrecerá la charla “¿Por qué las dietas no funcionan? Neurobiología del control de la ingesta de alimentos”, en el marco del Primer Ciclo de Charlas Neurobiología: consejos y prácticas saludables, que llevan a cabo el CENFI junto al Museo de Historia Natural de Valparaíso, explica que en una zona del cerebro denominada como hipotálamo se integran varias señales que informan acerca de la cantidad de energía que tenemos en nuestro cuerpo.

Por ejemplo, cada vez que ingerimos alimentos llegan nutrientes u hormonas al cerebro, las que informan al hipotálamo para que éste active las señales de saciedad. Sin embargo, “el sistema de la motivación y recompensa también puede influenciar nuestra ingesta de alimentos, incluso sin tener hambre”, añade.

Cada vez que ingerimos alimentos llegan nutrientes u hormonas al cerebro, las que informan al hipotálamo para que éste active las señales de saciedad.

Bajo ese contexto, Cruz aclara que cuando la persona se mantiene con exceso de peso por mucho tiempo ocurren cambios en el hipotálamo, que hacen que éste se adapte a un nuevo peso corporal. De esta forma, cuando se intenta bajar de peso, el hipotálamo impide que esto ocurra, disminuyendo el metabolismo y aumentando el hambre. “Mientras más hambre tenemos, más recompensantes son los alimentos, por lo que la mayoría inevitablemente llega a un efecto rebote. Podríamos traducir esto como que nuestro cuerpo defiende el peso corporal cuando intentamos bajar de peso”, indica.

Para que un programa de baja de peso sea eficiente es aconsejable que la persona se asesore por un equipo multidisciplinario, capaz de abordar de la mejor manera todas las aristas. ”Es recomendable que se asesoren con especialistas que los ayuden a mejorar el estilo de vida y a realizar un programa planificado de baja de peso con el fin de evitar el efecto rebote”, explica el investigador de la U. de Valparaíso.

En la misma línea, el científico advierte que el ejercicio por sí solo no ha demostrado producir una baja de peso, por lo tanto es bien importante que junto con el ejercicio también haya una restricción calórica. Sin embargo, “el ejercicio es fundamental para mantener un estado metabólico del organismo saludable”, sostiene.