Se lo pregunta y lo explica. ¿Por qué, en un partido de tenis, Andy Murray aplastaría a Serena Williams? Las diferencias en el nivel de testosterona de cada sexo contribuyen a que los hombres rindan más en la mayoría de los deportes. Polémico, cierto, una afirmación, una realidad dentro y al borde de la cancha.
¿Pero es la llamada hormona testosterona (T) realmente la que produce la ventaja a nivel atlético? “Definir el nivel de T de una persona es mucho más complicado de lo que parece. Para empezar, nadie tiene un nivel concreto, o un nivel los lunes y otro los martes”, señala Carole Hooven, académica y codirectora de estudios universitarios en el Departamento de Biología Evolutiva Humana de la Universidad de Harvard, y autora del libro Testosterona, publicado por el sello español Arpa, y que ahora llega a Chile distribuido por Catalonia.
En el nuevo título, la autora hace un repaso histórico, desde la evolución humana, pasando por la historia de la violencia, hasta las implicancias de la hormona en el sexo y en nuestras relaciones cotidianas.
Esto explica bióloga de Harvard de por qué los hombres son más fuertes, rápidos y furiosos que las mujeres
La autora recuerda un viaje a Uganda como investigadora. “Conviví muchísimas horas al día con un grupo de hombres locales siendo la única mujer. Y aunque les hubiera confiado mi vida, durante esa época otros hombres de la misma región de África estaban cometiendo atrocidades contra civiles”, escribe Carole Hooven en las primeras páginas de Testosterona.
Para el periódico británico The Times “el libro de Hooven evita el partidismo de la guerra cultural de nuestros tiempos y ofrece respuestas claras y convincentes”. Mientras que para la prestigiosa revista científica Nature el título es “un estudio apasionante y necesario”.
Sobre la hormona que ha tenido un extenso peso cultural en la sociedad occidental -símbolo errado de masculinidad- explica la autora: “La testosterona corre por nuestras venas en cantidades minúsculas. Ambos sexos la producen, pero los hombres tienen entre diez y veinte veces más que las mujeres”. Hechos concretos.
Sin embargo, hay más antecedentes desde la biología que determinan conductas. “Los hombres poderosos no solo sufren la maldición de la hipermasculinidad que los lleva a guerrear y violar, sino que la testosterona es la culpable, ¡y a las mujeres nos tiene que gustar! Al parecer, el exceso es tóxico, la insuficiencia es un flagelo para la virilidad y la cantidad justa da pie al vigor y al éxito”, asegura Carole Hooven en el libro Testosterona que incluye capítulos como “La T y el cerebro”, “Una historia de violencia”, “La excitación”, “T de transición” y “T de tiempo”.