¿Por qué Ómicron se propaga tan rápido? La alta carga viral no es la razón
Los datos sobre los niveles virales apuntan a la evasión inmune como causa de la transmisibilidad de la variante, de acuerdo a dos nuevos estudios publicados en Nature.
Una de las primeras teorías científicas que intentaron explicar la fulminante propagación de la variante Ómicron, es que este nuevo linaje tenía una carga viral superior a cepas más antiguas.
Ello ha generado que en la mayoría de los países la variante se haya transformado en la dominante y por lo mismo, haya disparado la cantidad de casos, incluyendo Chile, que este jueves superó los 12.000 casos, la cifra más alta desde que se inicio la pandemia hace dos años.
Pero ahora, dos nuevos estudios muestran que la “carga viral” no sería la razón de su rápida propagación. De acuerdo a esta investigación, según indicó un artículo publicado en la revista Nature, la variante ha tenido éxito a pesar de causar niveles virales en el cuerpo similares o inferiores a los de su principal competidor, la variante Delta.
Los resultados de estos estudios sugieren que la hipertransmisibilidad de Ómicron no se deriva de la liberación de grandes cantidades de virus de personas infectadas. En cambio, la mejor explicación de su propagación a la velocidad del rayo es su capacidad para evadir la inmunidad del Sars-CoV-2 causada por una vacunación o una infección pasada, dijo Emily Bruce, viróloga de la Universidad de Vermont en Burlington.
De acuerdo al artículo de Nature, investigaciones anteriores han insinuado que, en comparación con las infecciones anteriores en la pandemia, las infecciones de la variante Delta conducen a una mayor “carga viral”, la cantidad de virus en una persona infectada. Esto se puede medir mediante una prueba de reacción en cadena de la polimerasa (conocidos como test PCR), que entregan un índice de la cantidad de ARN viral en el cuerpo.
La carga viral es la cantidad del virus en una persona infectada, que se puede saber por el llamado valor CT tras realizarse una prueba de PCR. Cuanto menor sea ese valor, mayor será la carga viral.
Para comparar las cargas virales vinculadas a la constante evolución de variantes del Sars-CoV-2, Yonatan Grad, especialista en enfermedades infecciosas de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard en Boston, Massachusetts, y sus coautores se basaron en datos de la Asociación Nacional de Básquetbol (NBA), la organización responsable del baloncesto profesional en EE.UU., liga que realiza pruebas frecuentes de Covid-19 a sus jugadores y trabajadores.
Los investigadores estudiaron los resultados de las pruebas de PCR de frotis de nariz y garganta recolectados de personas infectadas y encontraron que aquellos que tenían Delta tenían una carga viral máxima ligeramente más alta que aquellos con Ómicron. “Realmente no esperaba ver eso”, dijo Grad. Después de todo, en solo dos meses, Ómicron desplazó a Delta como la causa principal de los casos de Covid-19 en EE.UU., un fenómeno similar a lo que ocurrió en Chile.
Benjamin Meyer, virólogo de la Universidad de Ginebra en Suiza, dice que él también quedó atónito con los resultados de Grad. “Naturalmente, uno pensaría que una mayor transmisibilidad debe causar una mayor carga viral”, dijo.
Meyer y sus colegas llevaron el estudio un paso más allá: en lugar de medir solo el ARN viral, también midieron la cantidad de partículas de virus infecciosos en hisopos recolectados de un grupo separado de casi 150 personas infectadas. Este método más estricto no encontró diferencias significativas entre las cargas virales de los individuos vacunados infectados con Ómicron y los infectados con Delta.
Eric Topol, genetista e investigador del Instituto Scripps en EE.UU., y un asiduo divulgador científico, dijo en su cuenta de Twitter, que en efecto, la mayor transmisibilidad no está relacionado con una alta carga viral alta en la vía aérea superior, como lo demuestran estos dos estudios.
Las investigaciones, que aún no han sido revisadas por pares, sugieren que la mejor explicación para la propagación ultrarrápida de Ómicron es su capacidad para evadir la inmunidad, ya sea natural o generada por vacunas anteriores.
De acuerdo al virólogo australiano Ian M. Mackay, para que las futuras variantes del Sars-CoV-2 dominen, no tienen que ser más contagiosas que las variante Ómicron. Sólo tiene que escapar de la inmunidad de la población. “La inmunidad que afecta la transmisión disminuirá nuevamente. La protección contra enfermedades graves debe permanecer”, señaló en su cuenta de Twitter.
Fin de las cuarentenas
Los hallazgos según estas dos investigaciones, tiene implicaciones para las políticas gubernamentales sobre el aislamiento después de la infección. El equipo de Meyer, de acuerdo al artículo de Nature, examinó muestras de personas que habían sido vacunadas pero que, sin embargo, se infectaron con Delta. Descubrieron que aproximadamente la mitad de las muestras aún contenían virus infecciosos cinco días después de que las personas dieron positivo. Grad y sus colegas encontraron que cinco días después de una prueba inicial positiva para Ómicron, aproximadamente la mitad de las personas analizadas tenían cargas virales lo suficientemente altas como para que probablemente todavía fueran infecciosas.
Tales resultados son preocupantes, dijo Grad, porque las pautas publicadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, su sigla en inglés) permiten que las personas infectadas con el virus terminen su aislamiento cinco días después de dar positivo o experimentar sus primeros síntomas. Las pautas especifican que las personas que han salido del aislamiento deben continuar usando una mascarilla frenta a otras personas durante cinco días más, pero no requieren una prueba de Covid-19 negativa para finalizar el aislamiento.
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