¿Por qué se dice que los primeros 12 días de enero anticipan cómo estará el clima durante el año?

Basándose exclusivamente en la ciencia o en la climatología, es prácticamente imposible saber cómo será el clima con un año de anticipación. Algunos modelos climáticos pueden pronosticar algunos meses, pero no un período tan extenso como 12 meses, o al menos no con exactitud.

Sin embargo, una antigua teoría o creencia ancestral, señala que los primeros 12 días de enero, son prueba certera y fehaciente de cómo estará el clima durante el resto del año.

En estricto rigor, el 1 de enero correspondería al clima de enero, el 2 al de febrero, el 3 al de marzo y así hasta llegar a diciembre. ¿Cuál es su origen y cómo serán los primeros 12 días del año en el país?

Como en toda antigua creencia, no existe certeza absoluta sobre su origen. En este caso particular, son dos las teorías que tienen más fuerza, y que explicarían de dónde viene la historia.

Una plantea que su nombre sería “cabañuelas” y provendría de la antigua Babilonia, luego habría sido adoptada por la cultura maya en México y utilizada en el sur de España y en América años después.

Si bien la creencia más popular es la de los primeros 12 días de enero, llamada “cabañuelas de ida”, también existen una segunda teoría, en este caso conocida como “cabañuelas de vuelta”, que comenzaría el 13 de enero e iría en orden descendente (de diciembre a enero). Ambas apuntarían a lo mismo.

Otra teoría plantea que su origen sería mapuche. Debido a su amplio desarrollo astrológico y astronómico, esta cultura habría establecido la fórmula para predecir el tiempo considerando los primeros 12 días del año, incluso muchos de ellos aún lo realizarían.

Funcionaría a través de la observación y la salida del Sol y la Luna. Cada movimiento particular de éstos, produciría un pronóstico, como el clima o la llegada de una estación, ya sea invierno o verano. Por ejemplo, si el día se acorta o la noche se alarga en determinados días, el invierno podría ser más largo o más corto.

Considerando los modelos climáticos actuales, la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), señala que hasta el 5 de enero estará completamente despejado en Santiago, lo que significaría (tomando como referencia el modelo anteriormente descrito), que hasta mayo, la capital gozaría de buen clima.

Sin embargo, establece que el el domingo 6 podrían registrarse algunas nubes, lo que implicaría que junio sería un mes distinto a los anteriores, con algunas señales propias del invierno.

A pesar de lo descrito anteriormente, Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, cree que no tiene asidero científico. “Es un mito. No hay ninguna relación estadísticamente significativa entre los primeros 12 días y los 12 meses del año. Lo que pasa en un día, una semana o dos semanas puede estar influido por fenómenos locales o efímeros, que por supuesto difícilmente determinan el clima del resto del año”.

El portal climático Meteored establece un pronóstico similar, aunque con algunas diferencias. Señala que el jueves 4 y viernes 5 podría haber algo de nubosidad en Santiago, lo que significaría que abril y mayo no tendrían tan buen clima.

Añade que en julio, agosto, septiembre, octubre y noviembre subirían las temperaturas, por lo que el fin del invierno y la primavera serían calurosos en la capital.

AccuWeather indica temperaturas máximas sobre 30°C para los primeros 12 días del mes, lo que confirmaría que tendremos un año caluroso. Aunque marca algunos días con nubosidad, lo que podría alterar ligeramente el pronóstico.

Considerando el pronóstico de la DMC y este antiguo lineamiento (babilónico, maya o mapuche), en el norte del país se presentarían algunas jornadas con nubosidad, mientras que en Isla de Pascua incluso algunos chubascos. En la zona central, la situación sería similar a Santiago, mientras que en el sur, cielos parciales.

Particularmente este verano, los pronósticos climáticos señalan que será realmente caluroso. Cordero indica que “el efecto combinado del fenómeno de El Niño y el calentamiento global podrían convertir al verano 2023-2024, en uno de los más cálidos jamás registrados”.

Al igual que Cordero, la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) también establece que tendremos un verano caluroso, pronóstico que llevó a cabo a través de la proyección climática para enero, febrero y marzo de 2024 en todo el país, presentada recientemente.

De acuerdo al organismo, se anticipa un verano muy caluroso, con condiciones de lluvias bajo lo normal dominando desde el tramo sur de la Región del Maule hasta la Región de Magallanes.

También se espera que las temperaturas máximas sean más altas de lo normal desde la Región de Arica y Parinacota, hasta la Región de Los Ríos. Las regiones de Aysén y Magallanes tendrían una condición de alta incertidumbre.

Añade que se visualizan temperaturas mínimas con una tendencia a más altas de lo normal desde la Región de Arica y Parinacota hasta la Región de Aysén.

El Niño, que se asocia a un calentamiento anómalo sobre el océano Pacífico ecuatorial y a una respuesta atmosférica a este calentamiento, provoca en nuestro país, una condición más lluviosa entre los meses de mayo a noviembre aproximadamente entre la Región de Coquimbo y Los Lagos, añade el informe.

El último verano bajo condiciones de El Niño intenso fue el de 2016, el que se caracterizó, al igual que los veranos siguientes, por el registro de temperaturas récord. Por ejemplo, Los Ángeles anotó 42,2°C durante enero de ese año, mientras que Santiago registró 37,6°C en diciembre.

El climatólogo señala que en general, las altas temperaturas y los valles de la zona central, coinciden con una configuración sinóptica que favorece el viento desde la cordillera. Cuando el aire baja la ladera, se comprime y calienta. Estos vientos cálidos desde la cordillera al mar siempre han provocado altas temperaturas, pero este año, la influencia del calentamiento global y El Niño, podría hacer que provoquen temperaturas récord.