¿Por qué y cómo un grupo de científicos proyecta 70 mil muertes en Chile si no se detiene la curva de contagios?

Gran cantidad de Carrozas funebres retiran a  fallecidos por Covid 19 en el Hospital San Jose, 19 de Mayo de 2020/SANTIAGO   Personal de la funeraria espera ingresan la carroza fúnebre al hospital San Jose, para retirar el cuerpo de una persona fallecida por Covid-19.
Foto: Agencia Uno

Uno de los firmantes de la carta que un grupo de científicos, médicos y de la sociedad civil hizo llegar al gobierno, explica cómo se llega a esa cifra.


Anoche, un grupo de 40 científicos, representantes de las ciencias, investigación y sociedades médicas, hizo pública una carta en la que piden al Gobierno tomar las medidas que sean necesarias para evitar que al final de la pandemia del virus Sars-CoV-2, mueran 70 mil personas. Hoy ya son más de 160 los investigadores que adhieren a la misiva.

Si el Gobierno no decretara medidas anticipatorias y drásticas de confinamiento que impidan que el contagio se expanda como hasta ahora, en el largo plazo, al final de la pandemia, las estimaciones nos alertan de la posibilidad de alcanzar la magra cifra de 70 mil personas fallecidas, si consideramos un 0,6% de letalidad en el 60% de la población (inmunidad de rebaño)”.

¿Cómo es que se llega a esa cifra? La explicación la entrega uno de los firmantes de la carta, el doctor en Ciencias de la Computación, investigador Senior del Instituto Milenio de Fundamentos de los Datos y director de Ciencia de Datos de Northeastern University (Silicon Valley), Ricardo Baeza-Yates.

La primera cifra que hay que tener clara es la cantidad de población que según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), viven en el país: 19,5 millones de personas.

Otro dato importante en esta ecuación es la cantidad de población que se ha contagiado con el virus (que ha enfermado) y por lo tanto, en teoría, logró desarrollar inmunidad. A nivel mundial se estima que es necesario que entre el 60 y el 70% de la población sea inmune para que se pueda desarrollar lo que se llama la inmunidad de grupo o rebaño.

Un tercer elemento, se obtiene a partir de una revisión que realiza la revista Nature en la que se plantea que en los países que ya han pasado la pandemia, han fallecido entre el 0,6 y el 1% de las personas que enfermaron con el virus (letalidad).

Las 70 mil muertes al final de la pandemia es una cifra conservadora. El 60% de la población en Chile representa 11,7 millones de personas. Si se considera la letalidad más baja, es decir, se llega a la cifra de 70.200 personas fallecidas”, dice Baeza-Yates.

¿Cuándo se llegará a ese número? Es una pregunta que aún no se puede responder, porque depende de cuándo termine la pandemia y de si hay o no rebrotes en el tiempo.

Según el académico, podría ser en uno o dos años, o al menos, hasta que exista una vacuna y la población pueda acceder a ella.

“Los 70 mil fallecidos, representan el mejor del peor escenario, porque es un número conservador. Se consideró el 60% de la población para la inmunidad de rebaño (suponiendo que la inmunidad es para siempre) y la más baja cifra de letalidad porque Chile es un país relativamente joven. Si el Gobierno no toma medida más drásticas y todo sigue como hasta ahora esperando que las personas se sigan contagiando de a poco, en menos de dos años se llegará a esa cifra”, indica.

Ahora, si la inmunidad que logran las personas que se enfermaron es de tres meses o un poco más, el cálculo no sirve, porque las personas enfermarán de nuevo y esta vez sí podrían morir.

Un error

Baeza-Yates dice que la letalidad depende del virus, pero la cantidad de fallecidos en un país, tiene relación no solo con la letalidad propia del virus, si no de las medidas que tomen sus autoridades.

La letalidad se puede explicar como la probabilidad de que mueras si te contagias y para eso se considera la cantidad de fallecidos entre las personas que se contagiaron con la enfermedad. Por eso, aunque la letalidad sea del 1%, una cifra que parece baja, no es lo mismo cuando ese mismo porcentaje de letalidad ocurre sobre una población de 1.000 contagiados o de un millón de contagiados, explica el doctor en Ciencias de la computación.

“En Chile se hace hincapié en un número equivocado. Se presta atención a la letalidad y que ésta se mantiene baja. Pero no es una cifra que nos permita saber si está muriendo más o menos personas para tener una idea de si se están tomando las medidas adecuadas”, insiste.

Ricardo Baeza-Yates
Ricardo Baeza-Yates, doctor en Ciencias de la Computación, Investigador Senior del Instituto Milenio de Fundamentos de los Datos

Según Baeza-Yates, la cifra que mejor da cuenta del impacto de la pandemia es el promedio de fallecidos en los últimos siete días, un dato que sirve para comparar con las semana anteriores y que puede indicar si las muertes están aumentando o disminuyendo.

“De la manera en la que se entregan los datos, los domingos, lunes y martes, los números son menores y favorecen a Chile, pero si se consideran los que se entregan los miércoles, jueves o viernes, la comparación perjudica”, advierte, debido a que el fin de semana no están abiertas las oficinas del Registro Civil.

El aumento promedio diario de fallecidos de los últimos siete días al 20 de mayo era 7%, señala Baeza-Yates. Es decir, entre el 14 y el 20 de mayo, murieron en promedio 7% más cada día (así que acumulado en una semana, un 60% más). Al 19 de junio, este promedio diario de los últimos siete días es del 5,5%. “Ha disminuido un poco, pero sigue alto. Cuando esa cifra sea cero, significa que ya pasamos el peak”, dice.

“Es importante no usar la tasa de letalidad para informar a la gente, porque da una impresión de que en Chile se está haciendo bien, y que no hay que cuidarse tanto, porque igual morirá el 1% de las personas. Hay que considerar que al 30 de mayo habían muerto mil personas. En poco más de tres semanas, ya tenemos, según las cifras oficiales, 4.502 fallecidos, es decir 4,5 veces más. Si seguimos así, en tres semanas más serán 20 mil, eso sin contar los 3,069 informados por el DEIS el sábado pasado”, indica.

La lógica es hacer hincapié en medidas para detener el contagio y que esas personas no lleguen al hospital, pero se han enfocado en lograr más ventiladores, insiste el investigador.

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