¿Practicaría el poliamor? Especialistas dicen que es más común de lo que se cree, pero aún muy estigmatizado

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Foto: AFP.

Este acuerdo consensuado que involucra relaciones románticas y sexuales con más de una persona a la vez, no es tan impopular como se podría pensar. Nace con la revolución sexual en los años 60 y 70 del siglo XX y se populariza en los 90. Plantea que el amor no es exclusivo ni excluyente, y tampoco monógamo.


Se acerca el 14 de febrero. Fecha en que el mundo celebra el “día del amor” y en la que inevitablemente todo se centra en romance y relaciones de pareja. Pero ¿el amor solo es entre dos personas? Al parecer no.

Un estudio publicado en Frontiers in Psychology sugiere que el poliamor, acuerdo consensuado que involucra relaciones románticas y sexuales con más de una persona a la vez, es mucho más popular de lo que se podría pensar. Los hallazgos sugieren también que, pese a ser más extendido, sigue siendo estigmatizado.

En el estudio, el primero en la materia, los investigadores de la U. de Chapman y la U. de Indiana Bloomington, analizaron una muestra de adultos solteros (3.438) del Censo de los Estados Unidos en 11 ítems relacionados con el comportamiento poliamoroso previo, el deseo de una relación poliamorosa y las actitudes sobre el poliamor. Los resultados revelaron que el 11% de la muestra había tenido una relación poliamorosa en algún momento y el 17% mostraba algún deseo por esa relación.

¿Satisfechos con la experiencia? De los que habían probado el poliamor, el 30% dijo que volvería a tener una relación de ese tipo. Sin embargo, el 33% señaló que los componentes emocionales eran demasiado difíciles de manejar y el 21% reconoció que eran demasiado posesivos o posesivas para hacer frente al amor de esa forma.

Sin exclusividad sexual

A pesar de esta idea de que las relaciones monógamas son superiores, “las relaciones no monógamas son sorprendentemente comunes e incluso podrían estar aumentando en popularidad”, dice el estudio publicado el año pasado.

La Dra. Amy Moors, académica de la Facultad de Ciencias de la Salud y del Comportamiento de la U. Chapman, Estados Unidos, y una de las autoras de la investigación, dice que, a diferencia de las relaciones abiertas o las relaciones cambiantes, las relaciones poliamorosas abarcan tanto las relaciones románticas como las sexuales con más de una persona a la vez.

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En el poliamor se establece un acuerdo consensuado que involucra relaciones románticas y sexuales con más de una persona a la vez.

Se trata de vínculos sexo afectivos que “nos muestran diversas formas de pensar los vínculos y las relaciones, el amor, el deseo, el propio cuerpo y también los retos que esto genera”, explica Odette Freundlich, directora de Centro Miintimidad.

No es lo mismo que una relación abierta en la que hay una pareja estable y oficial, y el resto son secundarias, o solo tienen carácter sexual. Son como cualquier relación de monogamia, tanto amorosas como sexuales y duraderas, dice Freundlich: “Se suele definir como ´no-monogamia consensual, ética y responsable´”.

Es la vivencia de Dana (nombre cambiado a petición de la entrevistada) de 25 años, estudiante de Derecho, que dice hay muchas formas de poliamor. “A mí lo que me identifica más es el anarquismo relacional, porque no se limita únicamente a las relaciones sexoafectivas, sino que cuestiona y desjerarquiza las relaciones en su totalidad”.

Cuando le preguntan con cuántas personas está, Dana señala que le cuesta dar una respuesta. Depende del criterio que use en ese sentido, dice. Tuvo pololeo largos hasta el 2020, cuándo empezó a cuestionar el modelo de familia. También su concepción sobre las relaciones sexoafectivas. Ahí dejó de tener sentido para ella la exclusividad sexual, “eso llevo a que terminara con mi pololo de 4 años”.

Es honesta al indicar que es poliamorosa. Lo explicita apenas hay intenciones románticas. “Yo no estoy teniendo relaciones sexo afectivas exclusivas en este momento”, dice. Ante esa revelación, en algunos casos la otra persona opta por que sean amigos.

Son más comunes, pero no por ello con menos prejuicios. En el estudio quienes dijeron que no querían una relación poliamorosa, solo el 14% dijo que respetaba esa relación en los demás.

“Es bien heavy”, comenta Dana. A una de las personas con la que sale actualmente le causaba mucho rechazo al principio la idea, dice “porque pensaba que era licencia para hacer de todo, básicamente cuando en mi vivencia es generar relaciones profundas donde la comunicación es demasiado clave, porque no se da nada por sentado a priori”.

Honestidad que también tuvo con sus padres. Fue lo que llama “salir del policloset”. Con ellos, cuenta “ha sido duro sentir su juicio y que no lo entiendan”. Piensan que se hace la vida difícil al estar con más de una pareja. Pero esto es diferente, dice Dana: “Cuando es solo una persona con la que te proyectas, se tiende mucho a alienar uno mismo en la relación. Cuando tienes opciones más diversas se expande la red de apoyo. Y es súper honesto que la otra persona no siempre esté disponible al 100%. A mis papás les cuenta ver eso, que es una gran presión ser la persona de la cual otra depende tanto y que nunca nadie debería depender tanto de otra”.

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Las relaciones no monógamas son sorprendentemente comunes e incluso podrían estar aumentando en popularidad, señala el estudio. Foto: Reuters.

Poliamor

Según investigaciones previas sobre relaciones no monógamas, los hombres son los que presentan una mayor probabilidad de desear el poliamor. En el estudio de 2021 se detectó que era más frecuente en más jóvenes, así como en lesbianas, gays o bisexuales.

Tampoco es reciente. El Doctor Eduardo Sandoval, investigador del Instituto Iberoamericano de Desarrollo Sostenible de la U. Autónoma de Chile, explica que los años 60 y 70 del siglo XX, con la revolución sexual, que principalmente promovía la liberación sexual, se comienza a hablar de poliamor como alternativa a la monogamia. “Pero es en los años 90 cuando se populariza el término, que se fue configurando como un estilo de vida que llega hasta nuestros días, en el que se considera que el amor no es exclusivo ni excluyente, ni debe cumplir los mandatos de la monogamia hegemónica”, dice.

El poliamor no va en contra de la monogamia. Tampoco la considera como una forma de relación negativa, dice Sandoval, sino que se postula como otra forma más de relación. “Se trata de que cada persona tenga la capacidad de escoger libremente la forma en la que desea relacionarse con las demás, para lo cual es imprescindible tener conocimiento de todas las opciones posibles”.

Tampoco es infidelidad. “No, pues son relaciones consensuadas, honestas, aprobadas y comunicadas por todos los miembros que lo practican”, asegura Freundlich.

Edmundo Campusano director de la Escuela de Psicología de la U. Mayor, señala que si bien es un concepto instalado, psicológicamente no está argumentado ni obedece a una teoría psicológica en particular, “sino que más bien son un nombre a ciertas formas de comportamiento que se ponen de alguna forma de moda, en los ochenta no existía la posibilidad de pensar en poliamor”.

La idea pareja se ha transformando. Antiguamente obviamente tenía que derivar en el matrimonio. Pero, en 2022 ¿qué se entiende por pareja? Son muchas las modalidades de habitar ese vínculo, plantea Campusano: “Puertas afuera, puertas adentro, parejas con hijos de uno y de otro, parejas sin matrimonio, parejas convivientes, en fin, se acabó un poco para mucha gente el amor y la pareja para toda la vida. A pesar de que en alguna parte la gente aún lo desea, entiende que quizás no es una sola, sino que puede ir transitando dependiendo de los tiempos y de la etapa etaria de los miembros de la relación, etc.”

Cuestiona la concepción ideológica del amor romántico, añade Sandoval. Desde el poliamor se reclama la posibilidad de ser libres para amar a quien se quiera de la forma que se quiera. “Construyendo la propia libertad a través del establecimiento de acuerdos dentro de la relación, y no impuestos por mandatos sociales”.

Tendencia que va de la mano, agrega Campusano al cambio en el rol de la sexualidad y al goce, que se han ido separando del concepto de amor y de compromiso. “La gente separa el disfrute sexual, el goce con el compromiso afectivo, y puede tener un compromiso afectivo e incluir a veces la experiencia sexual de goce y de placer en esa dimensión, trayendo un tercero o tercera como experiencia”.

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El poliamor cuestiona la concepción ideológica del amor romántico. Foto: AFP.

Así, se plantea como alternativa y forma de resistencia ante los cánones tradicionales en que se categorizan las relaciones afectivas, dice Sandoval dentro de una sociedad hetero-normativa. A pesar de que no es la única, “emerge en respuesta a la afirmación de que la manera en la que nos relacionamos está determinada por la sociedad en la que estamos inmersos, y no viene dada de manera natural y universal”.

¿Poliproblemas?

Dana cuenta que algunas parejas prefieren que no les hable nada de las otras, ni con quiénes se ve. “Pero otras me dan consejos y me ayudan a elegir la ropa para ir a una cita, entonces es muy variado. En mi caso creo que es algo que siempre debe estar muy claro”, asegura. La comunicación es constantemente, para saber si cada persona se sientes cómoda o como ella dice, “si le está causando ruido esto”.

En el poliamor también existen desafíos y problemáticas características de todas las relaciones interpersonales, dice Sandoval. Pero en este caso pueden verse magnificadas al aumentar el número de personas implicadas.

Además de los problemas internos, las personas poliamorosas se enfrentan a un sentimiento de rechazo y estigmatización social, debido a que deben vivir en una sociedad de cultura monógama, dice Sandoval “en la que el poliamor es considerado como un simple acto de promiscuidad”. Al igual que ocurre con otros conceptos controvertidos, añade “el poliamor es un fenómeno incomprendido y deslegitimado socialmente, debido al desconocimiento y la falta de información”.

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En el poliamor también existen desafíos y problemáticas características de todas las relaciones interpersonales. Foto: Reuters.

“En el poliamor, se tiene claro que nada es para siempre y que es mejor actuar éticamente, garantizando el bienestar de las personas mientras dure el vínculo”, dice Freundlich. Es importante entonces aprender a confiar, a comunicarse más asertivamente, con más empatía, mayor comprensión, claridad con los sentimientos, emociones y tomar decisiones que respeten las necesidades.

Para comprender en profundidad el concepto, Sandoval indica que se debe tener en cuenta que no existe una única forma de relación poliamorosa, sino que las estructuras relacionales en el ella son diversas y dependen de las personas inmersas en cada relación.

El foco romántico no se centra en la exclusividad. Desde este enfoque se considera que amar a una única persona toda la vida resulta inconcebible. En consecuencia, apunta Sandoval, “no se fomenta la creencia de que una única persona satisfaga todas las necesidades de otra. El amor se acepta y celebra como una vivencia conjunta”.

Tal como el estudio en Estados Unidos indica “una relación con una pareja tiende a funcionar independientemente de una relación con otra pareja, ya que ambas relaciones se consideraban plenas, satisfactorias y seguras (esencialmente sin influirse mutuamente)”.

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