Si nos remontamos a un pasado lejano, durante la Última Edad del Hielo, el mar estaba a varios kilómetros de la costa actual, y el espacio marino que hoy ocupa la bahía de Quintero fue una gran explanada con humedales, en torno a los cuales no solo vivió fauna extinta como paleolamas, milodones, caballos americanos y ciervos, sino también numerosos roedores, zorros y coipos.

Pero después del último glacial, con el derretimiento de los hielos, y el progresivo alzamiento en el nivel del general del mar, esta explanada quedó sumergida y se formó la bahía Quintero, en la costa de Chile central.

Lugar donde hoy se ubica el sitio GNL Quintero 1(GNLQ1), que proporciona la primera prueba concluyente de la existencia y preservación de un paisaje ahogado viable tanto para la mega fauna extinguida como para los humanos a lo largo de la costa pacífica de Sudamérica durante el Pleistoceno tardío.

Datos que vienen a llenar un vacío en el registro de sitios en contextos sumergidos en América.

Inspección visual del fondo marino

El sitio GNLQ1 fue descubierto en 2005 en el marco de un estudio de línea base de Patrimonio Cultural Subacuático (PCS) para el proyecto de construcción del Terminal marítimo de GNL Quintero. Esto consistió en una inspección visual directa del fondo marino por parte de arqueólogos.

Desde 2007, cuando se realizaron los primeros sondeos del yacimiento, los resultados de fauna extinta obtenida obligaron a conformar un equipo multidisciplinario, ya en 2012 y 2014 se realizaron excavaciones más amplias, ya con problemáticas de investigación y estándares elevados a nivel de metodología.

“Las evidencias que buscamos fueron encontradas inesperadamente como resultado de un trabajo rutinario, pero al mismo tiempo, riguroso, en el sentido de que fue capaz de identificar restos muy discretos” señala Diego Carabias, director alterno Núcleo Milenio Océano, Patrimonio y Cultura (OHC), encargados de la investigación.

“En la actualidad se conocen paisajes sumergidos prácticamente en todos los continentes” añade Carabias, también director e investigador ARQMAR.

Sin embargo, por el momento, GNLQ1 “sigue siendo hasta la fecha el único sitio sumergido finipleistocénico en la costa del Pacífico en Sudamérica” comenta Isabel Cartajena, directora del OHC.

¿Qué es un yacimiento paleontológico sumergido?

También llamado, sitio de paleopaisaje sumergido, se caracteriza por una alta abundancia y diversidad de fósiles terrestres de mega fauna extinguida y fauna existente inmersa en una matriz sedimentaria, proporcionando un contexto primario de alta resolución.

La diferencia con un paisaje terrestre es que lo puedes estudiar directamente. En el caso de los paisajes sumergidos, se requieren múltiples líneas de evidencia que actualmente se encuentran bajo el mar y que te permiten reconstruir las geoformas o formas del paisaje, los animales y vegetación del lugar.

Para ello es necesario cruzar la información proveniente de los diversos análisis de fauna, sedimentos, geoquímica, prospecciones geofísicas entre otras, “que nos permiten reconstruir estos paisajes antiguos o paleopaisajes, actualmente sumergidos” explica Cartajena, directora e investigadora ARQMAR.

Arqueólogo excavando conjuntos faunísticos.

En el caso de bahía Quintero, era una planicie aluvial, con escorrentías de agua y humedales, muy similar a lo que se ve en el borde costero actual.

La fauna recuperada en aquel sitio es netamente terrestre, pastadora y ramoneadora, “por lo que debieron existir pastizales y bosques en torno a humedales” explica la también académica de la U. de Chile.

Además, el yacimiento GNLQ1 representa una fuente primaria y hasta ahora desconocida de datos sobre paisajes paleoambientales ahora sumergidos, paleopaisajes sumergidos, y ofrece una visión nueva y desafiante del entorno y los hábitats postglaciares y hábitats comunes tanto a la fauna extinta como a las primeras poblaciones humanas de la costa andina del Pacífico.

¿Qué descubrieron?

Los huesos contenidos dentro del depósito incluyen principalmente restos de Camelidae, Cervidae, Equidae, Mylodontidae, Xenarthra, Canidae, Myocastorinae, y Octodontidae, entre otros.

Han encontrado una amplia diversidad taxonómica, que por una parte incluye numerosas especies de fauna extinta, entre las que se encuentran dos tipos de camélidos desaparecidos, “uno de gran tamaño correspondiente a paleolama y un camélido más pequeño, muy grácil” comenta Cartajena.

Trabajo de conservación en laboratorio

Además, hay numerosos restos de milodón, entre ellos, cientos de huesecillos dérmicos (que forman parte del cuero), caballo americano y grandes ciervos.

Lo interesante de este conjunto de fauna datado hacia el final de la Última Edad del Hielo (24.000-17.000 años atrás) es que resulta muy similar a los animales que se encontraron los primeros grupos de cazadores recolectores paleoindios en ambientes similares en el centro de Chile.

Trabajo de conservación en laboratorio

Asimismo, llama la atención -a pesar del ambiente marino dinámico donde se localiza el sitio en la actualidad-, “es que hemos logrado recuperar, además, especies de mediano tamaño como zorros, gran cantidad de microfauna compuesta por diversas especies de roedores, marsupiales muy pequeños y hasta restos de reptiles” añade a investigadora,

Especialmente el registro de coipos, que viene a corroborar -junto a otras líneas de evidencia-, la presencia de cuerpos de agua o humedales en torno a los cuales existió una alta biodiversidad.

De un total de más de 7.000 restos óseos (aún en estudio), al menos 8 individuos perteneces a fauna extinta y decenas de individuos correspondientes a fauna menor. “Llama especialmente la atención la alta diversidad taxonómica ya que el conjunto se encuentra compuesto por más de 15 especies” recalca Cartajena.

1° de la costa del Pacífico de Sudamérica

El sitio GNL Quintero 1, ubicado en la costa central chilena (32◦S), sigue siendo el único paisaje Pleistoceno tardío sumergido de la costa sureste del Pacífico.

Mandíbula de cérvido in situ.

La transgresión marina después del Último Máximo Glacial inundó una parte importante de la costa, es por esta razón que ha existido un interés creciente por la búsqueda de sitios ahora cubiertos por el mar que puedan dar cuenta de los primeros grupos humanos que entraron al continente.

“Hasta ahora el sitio GNLQ1 no ha reportado evidencias culturales que avalen la presencia de grupos humanos tempranos. No obstante, este yacimiento demuestra la existencia de un paisaje disponible para la ocupación y movilidad de fauna extinta y grupos humanos tempranos a lo largo de la costa Pacífico de Sudamérica” comenta la directora de OHC.

Los resultados obtenidos en Quintero permiten comprender mejor los ambientes y posibles rutas que estuvieron disponibles para los primeros grupos de cazadores recolectores “y nos permitirán a futuro mejorar las estrategias de búsqueda de este tipo de sitios” añade.

Modelo 3D de mandíbula de cérvido in situ.

“Sin duda, además, permite comprender las grandes modificaciones que puede sufrir el paisaje a través del tiempo” señala Carabias.

Además de eventos naturales como la subida general del nivel mar, se ve reflejada, por ejemplo, el desecamiento de dos grandes lagunas costeras que dominaban el paisaje de la bahía y la contaminación producto de las actividades industriales en los últimos 150 años, añade el investigador.

“Como Núcleo OHC también buscamos que las Ciencias Sociales tengan el mismo peso que las Ciencias de la Tierra y el Océano, por lo que una de sus líneas de investigación abordan la tradición oral de grupos costeros con el fin de poner en valor su conocimiento y que nos permita identificar diversos tipos de sitios sumergidos a futuro” aclara Cartajena.

Una década de excavación sostenida

El trabajo de campo bajo el agua consistió en una excavación por estratos, aspirando los sedimentos que se despejan para luego recuperar los conjuntos de fauna en bloques junto con el sedimento que lo contiene.

“Previamente se realiza una documentación detallada de las evidencias con técnicas de fotogrametría que permiten generar modelos 3D que ayudan a su interpretación” explica el director subalterno.

Modelo 3D del sitio con distribución de conjuntos faunísticos.

Tras la cuidadosa recuperación de restos óseos de fauna fue necesario un largo trabajo de conservación para estabilizarlos, antes de poder analizarlos. “Los trabajos en terreno también incluyen la aplicación de tecnologías de sensoramiento remoto, como sonares y perfiladores del subsuelo marino que permiten identificar los sedimentos dominantes y paleoformas en el fondo marino” agrega Carabias.

Este sitito ha sido excavado en forma sostenida desde hace una década, con un trabajo multidisciplinario, combinando la labor de un equipo conformado por arqueólogos, geólogos y conservadores, entre otros profesionales y estudiantes, de instituciones como ARQMAR y la Universidad de Chile.

Dado el potencial de este tipo de sitios, que para Sudamérica es único, “hemos ampliado la escala de la investigación en el marco del Núcleo Milenio Océano Patrimonio y Cultura (OHC), a través de una de las líneas de investigación que aborda el estudio de los paleopaisajes sumergidos y sus procesos de formación, junto con la incorporación de investigadores extranjeros, expertos en geoarqueología de sitios sumergidos tanto de la Universidad de Western Australia (Australia) y Southampton (Inglaterra)” concluye la investigadora.