Según la Escuela de Salud Pública de Harvard, para 2020 las enfermedades cardíacas serán una de las principales causas de mortalidad en el mundo. Y más allá de las lamentables cargas genéticas que algunos puedan tener, hay varias cosas que las personas pueden hacer para prevenir esta y otras enfermedades.
Esas varias cosas se basan principalmente en tener hábitos saludables, como no fumar, hacer deporte y sobre todo, comer bien.
El profesor Daniele del Rio de la Universidad de Parma y director científico del Programa por la Necesidad de Educación e Innovación en Nutrición de Cambridge, dedicado gran parte de su trabajo a fomentar por qué la Dieta Mediterránea es la mejor opción a la hora de comer saludable.
"Se caracteriza por una alta ingesta de frutas, nueces, verduras, legumbres y cereales (en su mayoría sin refinar). Una ingesta moderada de pescado y aves de corral, una baja ingesta de productos lácteos, carnes rojas, carnes procesadas y dulces. El condimento de elección es el aceite de oliva virgen extra y el vino se consume con moderación, siempre con las comidas" dice a Qué Pasa Del Rio, que la semana pasada visitó Chile invitado por la Embajada de Italia a un encuentro con Junaeb y Unesco para promover la Dieta Mediterránea en el país .
Consiste principalmente en consumir productos lo más fresco posible, tratando de que sean lo menos procesados posible y sobre todo, que el condimento base de las comidas sea la aceite de oliva. Esta ingesta de alimentos hacen que la dieta sea baja en grasas saturadas y rica en antioxidantes y fibras, agrega.
Y es que la mediterránea no es una de esas dietas que aparecen en internet asegurando que ser la respuesta mágica para llevar una vida saludable o una propuesta del propio del Rio, sino que su origen radica en un estudio científico.
El "Estudio de los Siete Países" realizado en los '60 tenía como objetivo estudiar los hábitos alimenticios de Estados Unidos, Japón, Finlandia, Holanda, Yugoslavia, Italia y Grecia, tratando de identificar si estos hábitos tenían relación con el desarrollo de enfermedades y la mortalidad de la población.
El resultado del estudio arrojó que en Grecia y al sur de Italia había una muy baja tasa de mortalidad por enfermedades cardíacas en comparación con países como Estados Unidos -que tenía mejores condiciones vida-. Y se concluyó que la raíz de esta baja tasa de mortalidad radica, efectivamente, en el hábito alimenticio de las personas de aquellas zonas, que desde entonces de denomina Dieta Mediterránea.
Y la zona central de Chile es uno de los cinco ecosistemas mediterráneos en el mundo, por lo cual replicar la forma en que se alimentan griegos e italianos no representa una barrera a la hora de decidir adoptar la Dieta Mediterránea.
No basta solo comer
Del Rio explica que además del Estudio de los Siete Países, hay muchos otros que se han dedicado a estudiar -con éxito- los beneficios que la Dieta Mediterránea tiene en reducir enfermedades cardiovasculares.
"Las razones de los beneficios observados son muchas e incluyen la presencia de alimentos con una baja densidad energética, ricos en micronutrientes esenciales de fibra y un perfil de lípidos que se ha descrito como ideal para nuestra salud. Los fitoquímicos no nutritivos, como los compuestos polifenólicos, abundantes en frutas y verduras, aceite de oliva y vino tinto, también se han atribuido efectos beneficiosos en la salud humana".
Y aunque su principal beneficio consiste en reducir la posibilidad de tener enfermedades cardiovasculares, el consumo constante de una dieta mediterránea está asociado también a menor obesidad, diabetes, síndrome metabólico, cáncer, demencia y mayor longevidad y calidad de vida.
Sin embargo, como cualquier dieta Del Rio es claro en que para que la Dieta Mediterránea sea realmente exitosa no solo basta con comer ciertas cosas. "Definitivamente es más que un conjunto de alimentos. En realidad, la palabra "dieta" viene del griego δίαιτα (dìaita) y significa "forma de vida". Es extremadamente importante reconocer este enfoque, que contiene aspectos culturales profundos, para comprender plenamente el potencial de un estilo de vida mediterráneo".
Para que la Dieta Mediterránea sea tan exitosa como los estudios sostienen, hay que implementar todo un cambio en el estilo de vida tal como indica el profesor del Rio. Eso incluye hacer actividad física y dejar de fumar, entre otras cosas.