La protección y respeto hacia los animales, establecido legalmente, es algo reciente en Chile. Fue solo el 11 de septiembre de 2009, cuando se aprobó la primera ley que establecía su categoría de seres vivos y parte de la naturaleza. Se buscaba darles un trato adecuado y evitar sufrimientos innecesarios, procurando siempre su respeto.

Hasta antes de la promulgación de la Ley 20.380 sobre Protección de Animales, Chile era un país atrasado en la materia. Existía la necesidad de actualizarse y que los dueños de mascotas se responsabilizaran de ellas.

Antes de esa ley, no es que no existiera regulación, pero era principalmente de tipo sancionadora, explica Sandra Ponce de León, académica de Derecho Público de la Escuela de Derecho de la Universidad Católica.

Se establecía, por ejemplo, en el Código Penal cómo debía responder el dueño que tenía los animales bajo su cuidado y las sanciones ante el maltrato o crueldad para con los animales. "Pero esta ley le habla a las personas directamente sobre qué tienen que hacer cuando un animal doméstico cause daño, y mantenerlo en condiciones más dignas", dice Ponce de León.

Y en la ley se estableció, además, la obligación del Estado de proteger el bienestar de las mascotas y animales de compañía. Los principales aspectos que estipuló eran educación sobre protección animal, el transporte de los animales, acondicionamiento de lugares de espectáculos o exhibición de animales, experimentos con animales vivos, beneficio y sacrificio de los animales, junto con infracciones, sanciones y procedimientos.

Por primera vez también se indicó la necesidad de que para que existiera respeto y protección hacia los animales, debía existir educación. El Artículo 2°, detallaba que ese proceso educativo, en sus niveles básico y medio, "deberá inculcar el sentido de respeto y protección a los animales, como seres vivientes y sensibles que forman parte de la naturaleza".

Posteriormente la conocida como Ley Cholito, dice la académica UC, se sumó a la legislación. Con ambas leyes, "se avanzó muchísimo", detalla.  Ahora, es necesario enfocarse en cómo implementar bien todas las medidas. "Más que pensar en qué más se puede legislar, lo importante es dar las herramientas suficientes para que estas se pueda cumplir, porque por ejemplo, en comunas grandes hay programas de vacunación, caniles, pero no sé si está aplicando en todas las comunas".

Bienestar animal

El concepto de "bienestar animal", fue uno de los principales avances que incluyó la ley de 2009. Estableció que toda persona que tenga un animal, debe cuidarlo y proporcionarle alimento y albergue adecuados, de acuerdo, "al menos, a las necesidades mínimas de cada especie y categoría y a los antecedentes aportados por la ciencia y la experiencia".

Y si bien, dice Ponce de León, no es sólo tenerlos o darles abrigo, "no estamos hablando de derechos de los animales, porque no son personas, pero sí seres, que tienen que estar en buen estado, mantenerlos en un lugar limpio, ya que la ley sólo puede regular la conducta personal, no la conducta del animal".

Previo a ese cambio los animales eran calificados jurídicamente como objetos o cosas. "Antes de 2009 el animal era visto como una cosa, y como cosa era el dueño el que podía disponer de él".

A 10 años de su implementación, y a la hora de hacer balances, Ponce de León, lo reconoce como un importante avance. Se enfrentó el escenario casi al borde de la desprotección legal. "Hoy se deben ver las oportunidades que existen para mejorar la infraestructura, para que se pueda tener una mascota en buenas condiciones independiente de si la persona tiene o no los recursos. El Estado debe invertir para que eso sea así, el respeto a todas las mascotas, lo que significa ver si si estamos disponibles para darle tantos recursos".