Andrea Navarro Gezan es periodista y amante de los viajes. En su fascinación por ellos, ha recorrido más de cuarenta países en busca de aventura, y espera conocer cada rincón del mundo. Asegura que su colección de magnetos es más grande que su refrigerador.
En los últimos cuatro años se ha dedicado a traducir información científica para la sociedad. Hoy se desempeña como coordinadora de comunicaciones del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL), en Punta Arenas.
Y es desde esta tribuna, que la periodista encontró la sensibilidad para escribir un libro sobre el cambio climático en formato infantil para ayudar a concientizar a las nuevas generaciones de los peligros del fenómeno. El gran libro del cambio climático, ilustrado por Pablo Ruiz, invita a descubrir cómo está cambiando la vida en la Tierra.
“A ratos el futuro del planeta parece desolador, pero lo cierto es que aún estamos a tiempo de salvarlo con simples acciones, como transportarnos en bicicleta y evitar el uso del automóvil, podemos aportar en el cuidado del medioambiente”, dice el texto.
El gran libro del cambio climático presenta información científica actualizada de los principales efectos de esta problemática y busca concientizar a través de relatos ilustrados sobre una de las mayores amenazas para el equilibrio de la vida.
Recomendado para niñas y niños a partir de cuatro años, familias y personas interesadas en medioambiente, ecosistema, reciclaje y sustentabilidad.
El libro entrega datos sobre el impacto del cambio climático en diferentes partes del mundo a través de información clara con un lenguaje sencillo, sumada a las audaces ilustraciones para entender mejor cada fenómeno medioambiental.
Pablo Ruiz Teneb es fotógrafo, ilustrador, diseñador gráfico y director de arte. Actualmente es el encargado del área de diseño y crossmedia del Instituto Antártico Chileno.
En su familia corre la leyenda de que a todos los vomitó una ballena. No ha parado de dibujar desde que nació, por lo que está seguro de que la ballena, además, traía una de sus aletas un lápiz. En sus viajes a la Antártica la ha buscado incansablemente.