El estudio publicado por la revista Marine Policy durante el mes de enero, es preocupante. Por primera vez, se caracterizó y mapeó los accidentes que sufren los grandes cetáceos en las costas chilenas, y se determinó que Chile es país con la mayor tasa de mortalidad de ballenas por colisiones con embarcaciones a nivel mundial en la última década. En los casos con causa de muerte identificables, el 28%, se atribuyó a colisiones, seguido de un 7% a enmallamientos y un 3% a depredación natural.

Dejando de lado la polémica del turista tragado y este impactante estudio, es importante saber que las ballenas son animales sumamente valiosos para los ecosistemas y la biodiversidad. Con este motivo, todos los terceros domingos de febrero, se celebra el día mundial de las ballenas.

Pueden vivir hasta 200 años: cinco cosas que no sabías de las ballenas

En este contexto, la organización World Wife Life ha invitado a reconocer el aporte de estos grandes cetáceos, que realizan una serie de contribuciones a la naturaleza y enfrentan diversas amenazas.

Y es que, como asegura Yacqueline Montecinos, coordinadora de Biodiversidad Marina y Políticas Oceánicas de WWF Chile, “las ballenas son importantes “fertilizadoras” de los océanos. Debido a que se alimentan de krill, un crustáceo con alto contenido de hierro, el cual al ser reintegrado al mar luego de su digestión favorece la formación de fitoplancton, que es la base de la cadena alimentaria, aportando así a la productividad de las aguas y a las pesquerías”.

Son muchos los beneficios que entregan las ballenas al ecosistema y todo lo que regalan a otras especies que cohabitan con ellas.

Son mamíferos marinos pertenecientes al orden de los cetáceos, que también incluye a los delfines y las marsopas. Son animales de sangre caliente, respiran aire a través de pulmones y dan a luz crías vivas, a las que amamantan con leche materna. Entre sus variantes, la ballena azul es el mamífero y animal más grande del planeta.

En Chile, es común avistarlas en varios lugares privilegiados, gracias a la extensa costa del país y la presencia de corrientes oceánicas ricas en alimento. Algunos son, Arica y Parinacota, Iquique y Mejillones, en Pichidangui y Los Molles.

El mejor período para el avistamiento suele ser entre diciembre y abril, cuando las ballenas migran hacia aguas más cálidas para alimentarse y reproducirse.

Más allá, de su majestuoso tamaño, es relevante comprender que, tal como lo afirma Yacqueline Montecinos “estos animales también nos ayudan a hacer frente al cambio climático”.

Ballena Azul. Por Marcelo Flores.

Fertilizadoras del océano: ayudan a enfrentar el cambio climático

El fitoplancton son criaturas microscópicas consideradas como poderosos sumideros de carbono por sí mismo. Captan alrededor de 37 mil millones de toneladas métricas de dióxido de carbono (se calcula que es el 40% de todo el CO2 que se genera) y producen al menos el 50% de todo el oxígeno de nuestra atmósfera. Esta cantidad de dióxido de carbono equivale a cuatro veces la cantidad confinada por la selva amazónica.

Ligado al proceso de fertilización que favorece la formación de estas criaturas, la experta explica que, este mismo fitoplancton que se ve favorecido por la reinserción de hierro al océano, es uno de los elementos claves en la captura de carbono desde el mar, a través del proceso de fotosíntesis. En este sentido, dicho fitoplancton es el responsable de capturar hasta un 40% de CO2 desde la atmósfera para transformarlo en oxígeno, todo gracias al proceso de fertilización de los océanos que realizan los grandes cetáceos”.

A medida que las ballenas se desplazan verticalmente a lo largo de la columna de agua, remueven minerales desde las profundidades y los transportan hacia la superficie. Durante sus migraciones, estos nutrientes se dispersan a lo largo de los océanos en un proceso conocido como la “cinta transportadora de ballenas”, que actúa como un fertilizante natural, impulsando el crecimiento del fitoplancton.

Las heces de las ballenas son una fuente clave de elementos esenciales como hierro, fósforo y nitrógeno. Estos nutrientes son fundamentales para el desarrollo del fitoplancton, contribuyendo a la productividad del ecosistema marino.

Regalan un clima estable y biodiversidad

Cuando se trata de las ballenas la muerte se transforma en vida. Tal como se mencionó anteriormente, estos cetáceos pueden capturar hasta 33 toneladas de CO2. Al morir, se llevan este carbono al fondo del océano, limpiando naturalmente el ecosistema.

En esta misma lógica, cuando la mayoría de los animales terrestres mueren, el carbono de sus cuerpos se libera rápidamente a la atmósfera. Sin embargo, en el océano profundo, este proceso es mucho más lento. En un fenómeno conocido como “carbono azul”, los restos de grandes criaturas marinas, como las ballenas, pueden retener estos elementos durante siglos, e incluso hasta 1,000 años antes de que regresen a la superficie.

Las ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) frecuentemente saltan, lanzando dos tercios o más de su cuerpo fuera del agua y chapoteando sobre sus espaldas.

Sus curiosos cantos: regalan inspiración

Las comunicaciones animales son un misterio. En el caso de las ballenas, hay más de una hipótesis de por qué emiten cantos.

La creencia inicial, que fue posteriormente descartada, planteaba que se trataba de una estrategia para atraer a las hembras, pero se descubrió que los machos que cantaban solos no eran visitados.

Posteriormente se descubrió que estos sonidos estaban asociados a épocas y zonas de reproducción. Entonces se pudo confirmar que, se trataba de una atracción de hembras a agregaciones de machos. Un grupo de machos que canta en conjunto, si puede atraer a hembras, de esta forma ellas pueden elegir entre varios.

En específico es un sistema de Lek, que refiere al emparejamiento donde los machos de una especie se reúnen en áreas específicas para realizar exhibiciones de cortejo con el fin de atraer a las hembras para el apareamiento.

La maternidad de estos grandes cetáceos

Investigadores franceses hicieron un descubrimiento al estudiar a estos mamíferos en las costas de Madagascar. Específicamente, observaron en videos de las ballenas jorobadas y sus crías comportamientos nunca vistos.

En primer lugar, destacan que las crías hacen uso de su lengua al momento de amamantarse de la leche materna.

Y tal como se mencionó antes, estos animales son expertos en cantar. Por esto las crías nacen en ambientes muy ricos vocalmente, con canciones y llamados sociales.

Los intercambios vocales entre la madre y su cría se dan tempranamente. Y resultan en un reforzamiento del vínculo social entre ambos.

Otro dato interesante, es que las ballenas practican una crianza colaborativa. La ONG Cétamada Madagascar, que se encarga de la conservación de los mamíferos marinos y su hábitat en el Océano Índico, logró confirmar que “aunque las madres se encargan de sus propias crías, algunas hembras del grupo también pueden colaborar con otras ballenas como “niñeras”.

Imagen referencial.

Larga vida a las ballenas: ¿Cómo protegerlas?

Una nueva investigación publicada en la revista Science Advances revela que las ballenas australes pueden vivir más de 130 años, casi el doble de lo que se creía.

La ballena de Groenlandia es el mamífero más longevo, con una expectativa de vida de más de 200 años. En cambio, la ballena franca del atlántico norte, que es una especie altamente amenazada por la actividad humana, tiene una estimación de 22 años de vida, muy pocos de esos ejemplares viven más de 50 años.

Según los científicos de esta investigación, el tamaño está altamente relacionado con la longevidad. La mayoría de las poblaciones de ballenas se están recuperando de la caza industrial, prohibida solo hace 60 años.

Greeg Breed, investigador y biólogo de la universidad de Alaska fairbanks, afirmó que “las ballenas más viejas transmiten sus conocimientos culturales y de comportamiento a las más jóvenes, lo que las ayuda a sobrevivir”.

WWF es tajante al decir que necesitamos medidas de protección para estos animales, pues que Chile sea el país con mayor mortalidad de ballenas producto de colisiones con embarcaciones a nivel mundial es preocupante. Así, esta se constituye en la primera causa no natural de muerte, teniendo una fuerte incidencia.

“Estos gigantes oceánicos enfrentan riesgos a causa de diversas actividades humanas, desde la sobreexplotación de recursos marinos, la contaminación por plásticos y el tráfico marítimo, hasta la extracción de hidrocarburos”, afirma la ONG para proceder a explicar las medidas que han difundido para proteger rutas migratorias y ecosistemas claves para estos grandes cetáceos.

WWF ha trabajado con los armadores y actores vinculados al transporte marítimo para establecer acuerdos voluntarios de reducción de velocidad y reducir así el riesgo de colisiones con estas criaturas marinas en la zona sur del país.

En una mirada más amplia, WWF también viene impulsando desde hace un par de años la protección del llamado Corredor Azul del Pacífico Oriental, un eje migratorio esencial para las grandes ballenas que conecta las aguas de la Península Antártica y del sur de Chile con las costas de América Central. Este corredor marino alberga especies emblemáticas como la ballena azul, la ballena jorobada, ballena fin y ballena sei, las que, como se ha destacado, desempeñan roles fundamentales en la salud de los océanos y la regulación del clima global.

Ballena jorobada (Megaptera novaeangliae).

“El Corredor Azul es esencial para que estas especies alcancen sus áreas de alimentación y reproducción y así cumplir con etapas críticas dentro de su ciclo de vida y que finalmente les permitan lograr instancias de aumento de su tamaño poblacional. Sin un esfuerzo coordinado entre los países de la región, las amenazas continuarán afectando no solo a las ballenas, sino también a los ecosistemas y comunidades que dependen de ellas. Por esta razón es que en el marco de este esfuerzo estamos promoviendo el diseño de un sistema de medidas de mitigación regional para el tráfico marítimo, basado en los esfuerzos que se están haciendo en estas temáticas en cada uno de los países que son parte de este corredor”, señala Yacqueline Montecinos, quien también reiteró el llamado de WWF al establecimiento de una red de Áreas Marinas Protegidas en la zona, como una medida concreta de protección para las ballenas y otras especies migratorias.

Esta acción, además, sería una directa contribución de nuestro país al cumplimiento de la conocida Meta 3 o Meta 30X30 del Marco Global de Biodiversidad, así como también para facilitar la implementación del llamado Tratado de Alta Mar.

Es claro que las ballenas son claves para el combate del cambio climático, la biodiversidad de los ecosistemas marinos y aún tienen un importante número de aspectos que no han sido revelados por la ciencia. Los cetáceos más grandes del mundo han dado de que hablar luego de este trágico estudio que revela su causa de muerte y WWF es tajante al señalar las medidas de protección necesarias que deben ser adoptadas por las autoridades de Chile.